Panteon: Panteón Korogrim casa_linaje: Progenitor del linaje divino de la Muerte y la Sangre categoria: Dioses y Panteones dg-publish: true enemigos: Deidades de la paz y el orden (Yfrit, Ferion, Rokael), seguidores del Primer Rey, cualquier facción que busque la unificación de Lithernia. era: Eterna (Activo desde la post-Caída del Lilium hasta la Era Actual) nombre: Thyrgram raza_asociada: Orco (Korogrim) reino_influencia: Mor’dhul residencia: El Campo de Batalla Eterno (Plano divino) rol: Dios de la Guerra y el Caos seguidores_principales: Clan Thyrgram, Clan Bloodfire, guerreros Orcos y caudillos de Mor’dhul. subcategoria: Dioses tags: - ’ ’ - ’’’’ - ‘,’ - ‘[’ - _ - a - c - d - dioses - dioses_y_panteones - e - g - h - i - k - l - m - n - o - p - r - s - t - u summary: Thyrgram, dios primigenio de la furia y el conflicto en el panteón Korogrim, encarna la guerra perpetua. Forjó a los orcos y manipula a sus hijos para mantener la batalla viva, despreciando la paz y venerando el caos bélico.
Thyrgram es la encarnación divina de la furia primigenia, una de las deidades más antiguas y temidas del panteón Korogrim. Nacido del eco violento del Cataclismo del Lilium, Thyrgram no es un dios de la conquista estratégica ni del dominio territorial; es la personificación misma del conflicto, la furia desatada y el glorioso caos de la batalla. Mientras otros dioses construían reinos y civilizaciones sobre las cenizas del viejo mundo, Thyrgram forjó a los Orcos a su imagen y semejanza: criaturas tenaces, de honor brutal y con una sed innata de combate, destinadas a ser el motor de la guerra perpetua que él tanto anhela.
Su filosofía es simple y aterradora: la paz es estancamiento y la guerra es la prueba definitiva de la existencia. Para Thyrgram, un mundo sin conflicto es un mundo muerto. Es por ello que se deleita con la Gran Guerra que azota Lithernia, viéndola no como una tragedia, sino como la más pura expresión de la vitalidad del mundo y una manifestación de su propio poder.
Como progenitor de una parte significativa del panteón Korogrim, la influencia de Thyrgram es innegable, aunque su rol como padre es distante y manipulador.
Thyrgram desprecia a las deidades que promueven la paz, la creación o la armonía, como Yfrit o Rokael, pues sus ideales amenazan su propia existencia. Por el contrario, siente un respeto reticente por dioses de la destrucción como Valarios, reconociendo en él una fuerza afín, aunque carente de la “gloria” del combate.
Aunque su verdadera forma es un concepto abstracto de furia y conflicto sin fin, cuando Thyrgram elige manifestarse ante sus seguidores, adopta un avatar imponente y aterrador.
Su manifestación no es sutil. El aire se llena con el eco de acero contra acero, el olor a sangre y ozono, y la tierra tiembla bajo sus pies. No habla con palabras, sino con órdenes que estallan directamente en el alma de los guerreros, impulsándolos a una furia irrefrenable.
Como dios de la Guerra y el Caos, el poder de Thyrgram reside en el conflicto mismo.
El impacto de Thyrgram en el mundo es tan profundo como las cicatrices de la Gran Guerra. Es el arquitecto de la cultura marcial de los Orcos y el principal responsable de la inestabilidad perpetua que define al reino de Mor’dhul. Su existencia es un pilar fundamental del status quo de Lithernia: un mundo dividido y en conflicto constante.
Thyrgram representa una de las mayores amenazas para cualquier esperanza de paz duradera. La profecía del retorno del Primer Rey es, para él, una herejía que debe ser aplastada, ya que un Lithernia unificado significaría el fin de su dominio y, en esencia, su propia muerte. Es el antagonista definitivo para cualquier Heroes que sueñe con un mundo sin guerra, planteando una pregunta incómoda y eterna: ¿puede la vida existir verdaderamente sin lucha? Para Thyrgram y sus seguidores, la respuesta es un rotundo y sangriento “no”.