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Los Danzantes del Dolor habitan principalmente en Aelithor, una ciudad tallada directamente en las paredes de un profundo desfiladero de granito negro. La ciudad se extiende en múltiples niveles conectados por puentes de hueso y hierro suspendidos sobre el abismo.
Las fachadas están adornadas con runas silenciadoras que absorben el sonido y brillan con una luz espectral verdosa, creando un ambiente de silencio y misterio. La arquitectura refleja la cultura paranoica y secreta de sus habitantes, con estructuras diseñadas para la vigilancia y el control.
La población está compuesta mayoritariamente por hobgoblins del Clan Whisper, que forman la clase gobernante y mágica. Los tieflings actúan como administradores y diplomáticos, mientras que una pequeña pero temida comunidad de exiliados Shadar-Kai sirve como asesinos y espías. Los goblins constituyen la clase servil.
Los Danzantes del Dolor mantienen relaciones tensas y secretas con otras facciones de Mor’dhul y Lithernia. Su influencia se extiende a través de redes de espionaje y comercio ilícito, especialmente en el tráfico de información, grimorios prohibidos y artefactos oscuros.
La ciudad está constantemente amenazada por incursiones de fuerzas externas, rebeliones internas y la lucha por el poder dentro del clan. Además, la práctica de la nigromancia sónica y los rituales de tortura atraen la atención de dioses oscuros y entidades del plano de las sombras, lo que puede desencadenar eventos catastróficos.