categoria: Historia y Cronología deidad_asociada: Taladrios descripcion: Destino final donde las almas de los más grandes héroes de Lithernia se convierten en Leyendas eternas. dg-publish: true guardian: El Cronista Eterno habitantes_notables: - General Kaelen, la Lanza Rota - Valeria de la Herreria de Almas - Lyra Vientocantor - Elarion del Bosque Silencioso origen: ‘Múltiples teorías: eco de un proyecto del Primer Rey, dominio del dios Taladrios, o un demiplano creado por la fe mortal.’ proposito: Honrar y preservar la memoria de los héroes cuyas hazañas trascienden la vida y la muerte. subcategoria: Leyendas tags: - historia_y_cronología - leyendas - lithernia - lugar - mitologia tipo: Plano de existencia title: Los Salones del Renombre summary: Los Salones del Renombre son un plano etéreo donde las almas de héroes legendarios trascienden la muerte, convirtiéndose en constelaciones vivientes. Forjados por la memoria colectiva, honran hazañas que desafían a los dioses y preservan la historia eterna de Lithernia.
En el vasto tapiz de la historia de Lithernia, tejido con hilos de guerra, magia y sacrificio, existe un lugar más allá de los Mapas mortales y de los dominios de los dioses celosos. No es una construcción de piedra o metal, sino un plano de existencia forjado con la memoria colectiva, la admiración y la leyenda. Se le conoce como los Salones del Renombre, el destino final donde las almas de los más grandes héroes no mueren, sino que se convierten en eternas constelaciones en el firmamento de la mitología.
Entrar en los Salones no es un derecho de nacimiento ni una recompensa otorgada por los dioses, a quienes muchos de los honrados allí desafiaron. Es un honor ganado a través de hazañas que resuenan en el alma del mundo, actos de valor tan puros y de sacrificio tan profundo que trascienden el ciclo de la vida y la muerte dictado por deidades como Sel’thirak. Es el eco inmortal de quienes vivieron y murieron por un ideal más grande que ellos mismos.
Las crónicas de los sabios de Valtoria y los poetas de Galvorn difieren sobre el origen de los Salones, aunque todas coinciden en su naturaleza trascendental.
El Legado del Primer Rey: La teoría más extendida sostiene que el concepto nació en la era de la Unificación. Se dice que el Primer Rey, en su afán por honrar a quienes lucharon a su lado contra los Dragones y los señores de la guerra, decretó la construcción de una gran sala de héroes en su capital. Esta estructura física fue arrasada por el Cataclismo del Lilium, pero la voluntad del Rey y la devoción de su pueblo eran tan fuertes que la idea sobrevivió como un eco en el Tejido del Maná. Los Salones actuales serían la manifestación etérea de aquel proyecto perdido, un santuario que el fuego de los dioses no pudo consumir.
El Susurro de Taladrios: Otros eruditos, especialmente los Humanos devotos de los dioses de Galvorn, creen que los Salones son un dominio personal de Taladrios, el dios del tiempo y la historia. Como cronista divino, Taladrios preservaría en este lugar las gestas que definen las eras, protegiéndolas de la erosión del tiempo o de los intentos de los dioses por reescribir la historia a su conveniencia. El guardián de los Salones, una figura conocida como el Cronista Eterno, es considerado por muchos un aspecto del propio Taladrios.
El Fruto de la Apoteosis: Durante la Era de los Mil Años, la fe en los dioses decayó mientras surgían héroes mortales cuyas hazañas eran dignas de veneración. Esta “Apoteosis de los Héroes” generó una energía psíquica y espiritual tan inmensa que, según los magos estelares, creó un demiplano en el mar astral: los Salones del Renombre. No fueron creados por un dios, sino por la fe y la memoria de los pueblos mortales.
Quienes han sido bendecidos con una visión de los Salones en sueños o en Velrath de la muerte los describen no como un edificio, sino como un cosmos de gloria.
El “suelo” es un mar de nubes plateadas, y el “techo” un firmamento donde cada estrella es el alma de un Heroes. En lugar de columnas, se alzan gigantescos tapices de luz tejida que narran vívidamente los grandes eventos de la historia: la rebelión del Primer Rey contra los cielos, la defensa de Valtoria contra las hordas de Mor’dhul, la fundación de Galvorn sobre las olas.
Las estatuas de los héroes no son de mármol frío, sino Ecos vivos de su leyenda. La figura de un Guerrero orco podría estar eternamente trabada en su grito de guerra, con el fulgor de la batalla en sus ojos. La efigie de una hechicera élfica podría estar rodeada de las Runas de su conjuro más poderoso, un hechizo que salvó a su pueblo. Estos ecos no son meros recuerdos; son la esencia destilada del Heroes, una fuente de inspiración perpetua.
En el centro de este dominio se encuentra el Trono del Recuerdo, donde se sienta el Cronista Eterno, una entidad encapuchada cuya túnica parece hecha de las páginas de todos los libros de historia jamás escritos. Es él quien juzga si una hazaña es digna de ser inscrita y quien da la bienvenida a los nuevos héroes.
Nadie puede buscar activamente los Salones del Renombre, pues la ambición por la gloria personal es la antítesis de los valores que honran. El renombre debe encontrar al Heroes. Para que un alma sea considerada, debe cumplir con criterios no escritos pero universalmente comprendidos:
Cuando un mortal cumple estas condiciones, en el momento de su muerte (o a veces en vida, durante una meditación profunda), el Cronista Eterno le extiende una invitación. El alma del Heroes es entonces guiada a los Salones para tomar su lugar entre las Leyendas.
Ser admitido en los Salones del Renombre otorga beneficios que trascienden la vida y la muerte, impactando al mundo que el Heroes dejó atrás.
Aunque la lista es incontable, las Leyendas hablan de algunos de los residentes más célebres de los Salones: