Panteon: Panteón Enano (Líder) alineamiento_sugerido: Legal Neutral categoria: Dioses y Panteones dg-publish: true era: Era Crepuscular (Activo), Origen (Forja del Mundo) importancia: Mayor (Deidad Principal) nombre: Rokael reino: Valtoria (Deidad Patrona) relaciones: Valarios (Hermano gemelo y contraparte), Cirkon (Sobrina), Trovdor (Sobrino-nieto), Levbrios (Sobrino-nieto). residencia: El Núcleo de la Creación (Plano Divino) / Corazón de Valtoria (Manifestación conceptual) rol: Dios de la Creación, Forjador de Montañas, Padre de los Enanos, Líder del Panteón Enano simbolos: Un martillo de forja sobre un yunque de diamante; una montaña de la que emanan vetas de oro y mithril. subcategoria: Entidades Primordiales tags: - artesanía - creación - dios - dioses_y_panteones - enano - entidades_primordiales - forja - montaña - tierra - valtoria summary: Rokael, el Padre Forjador, es el dios creador de Lithernia, arquitecto del mundo y mentor de los enanos y gnomos. Forjó la tierra y sus criaturas, promoviendo la creación y el honor, en equilibrio con su hermano Valarios, dios de la destrucción.

Rokael

El Padre Forjador, Arquitecto del Mundo

Biografía

Origen y la Forja del Mundo En los albores del tiempo, cuando Lithernia era una masa de caos elemental, Rokael emergió como una de las voluntades divinas Primordiales. No era un dios de la guerra ni de la intriga, sino un artesano cósmico, una fuerza de orden y propósito cuya esencia era la creación misma. Mientras otros dioses soñaban con la vida o el poder, Rokael soñaba con la forma y la estructura. Con su martillo divino, golpeó el caos primordial y dio a luz a las grandes cordilleras, esculpió los valles profundos y sembró las entrañas de la tierra con vetas de metales preciosos y gemas resplandecientes. Él es el arquitecto silencioso de Lithernia, el que sentó las bases sobre las que el resto de la vida florecería.

La Guerra Divina y la Creación de los Enanos Rokael observó el ascenso del Primer Rey con una mezcla de admiración y recelo. Vio en su ambición de unificar el mundo un eco de su propio impulso creador, pero su desafío a los dioses fue un acto de suprema arrogancia: un intento mortal de usurpar la forja divina. Para Rokael, esto representaba un desequilibrio fundamental, una grieta en la estructura del universo. Aunque no se deleitaba en la violencia, participó en la El_Quiebre_del_Velo_y_la_guerra_celestial, probablemente forjando las armas de los dioses y erigiendo defensas impenetrables. Vio el Cataclismo del Lilium no como un acto de venganza, sino como un acto de purificación necesario, una refundición del mundo para corregir un diseño fallido.

Tras la devastación, cuando Lithernia era un lienzo calcinado, Rokael se retiró al corazón de sus amadas montañas. Allí, tomando la piedra más pura y el metal más resistente, imbuyéndolos con la paciencia de la tierra y el calor de la forja, creó a los Enanos. Les otorgó su propia esencia: una resistencia inquebrantable, un profundo amor por la artesanía, un sentido innato del honor y un anhelo de construir obras que desafiaran al tiempo. De la misma chispa creativa bendijo a los Gnomos, insuflando en ellos una curiosidad incansable y un genio para la invención. Así, se convirtió en el Padre Forjador, no solo un creador, sino un mentor para la raza que mejor encarnaba sus ideales.

Relaciones y Filosofía Divina La relación de Rokael con su hermano gemelo, Valarios, el dios de la destrucción, es el eje sobre el que gira el panteón enano. No es una enemistad de odio, sino una rivalidad de propósito, una tensión creativa que es fundamental para el ciclo del mundo. Rokael construye; Valarios arrasa para crear espacio para lo nuevo. Los volcanes de Valarios traen nuevos minerales a la superficie; los terremotos que provoca revelan vetas ocultas que los hijos de Rokael pueden explotar. Los Enanos temen la furia de Valarios, pero respetan su papel, entendiendo que sin destrucción no puede haber una nueva y más perfecta creación.

La filosofía de Rokael es de una simplicidad estoica: el valor se mide por lo que se crea, y la inmortalidad se alcanza a través de las obras que perduran. Desprecia la pereza, el desperdicio y la destrucción sin propósito, considerando la Gran Guerra un trágico despilfarro de tiempo, Recursos y vidas que podrían dedicarse a construir, no a destruir. Su paciencia es geológica, y sus planes se extienden a lo largo de eones. No interviene directamente en los asuntos mortales con frecuencia, pues cree que el verdadero valor de sus hijos reside en su capacidad para forjar su propio destino con las herramientas y dones que él les proporcionó.

Descripción Física y Avatar

Aunque Rokael rara vez camina entre los mortales, su avatar es la personificación del maestro artesano enano. Es una figura de inmensa solidez y estatura, con brazos tan anchos como troncos de roble y una piel que parece tallada en granito. Su barba, larga y magnífica, está trenzada con hilos de oro, platino y mithril que brillan con luz propia. Sus ojos arden con la tranquila intensidad del corazón de una forja, conteniendo una sabiduría milenaria.

Viste un delantal de cuero de dragón y una armadura funcional pero exquisita, una obra maestra de placas de adamantina entrelazadas, cada una grabada con una runa de creación. Su arma y herramienta principal es Geoda, el Martillo del Alma de la Montaña, un artefacto divino cuyo impacto puede dar forma a la materia y a la realidad misma. Se dice que el yunque que utiliza fue forjado a partir del corazón de una estrella caída.

Poderes y Dominios

Como deidad mayor, el poder de Rokael es vasto y fundamental, centrado en el acto de dar forma al mundo material. * Dominios: Creación, Tierra, Forja, Artesanía, Protección. * Poderes Conceptuales: * Geokinesis Absoluta: Es capaz de levantar cordilleras, hundir valles y dirigir el flujo de la lava en las profundidades de la tierra. La geología de Valtoria es, en esencia, la manifestación de sus pensamientos. * Alquimia Primordial: Puede percibir y alterar la estructura fundamental de la materia no viviente, transmutando plomo en oro o carbón en diamante con un mero acto de voluntad. * La Chispa de la Vida: Tiene el poder de imbuir la materia inerte con propósito y consciencia, como demostró con la creación de los Enanos y los Gnomos. * Bendición de la Maestría: Su presencia divina es una bendición para cualquier artesano. Bajo su influencia, las herramientas se vuelven extensiones perfectas de la voluntad, los materiales revelan su potencial oculto y las obras resultantes son imbuidas de una durabilidad y belleza sobrenaturales.

Legado e impacto en Lithernia

El legado más tangible de Rokael es el Reino de Valtoria y sus habitantes. Los Enanos, con su sociedad ordenada, su inquebrantable ética del trabajo y sus magníficas ciudades subterráneas, son un monumento viviente a los ideales de su dios. En un mundo devastado por el conflicto y la intriga, Valtoria permanece como un bastión de estabilidad y progreso tangible.

Rokael representa una fuerza de cohesión y perseverancia. Mientras otros panteones fomentan la guerra, la libertad caótica o el engaño, él enseña que la verdadera fuerza reside en la comunidad, la tradición y la creación duradera. Su participación en la guerra contra el Primer Rey reforzó su convicción de que cada ser tiene un lugar y un propósito en el gran diseño del cosmos, y que la ambición desmedida solo conduce a la ruina.

Por ello, contempla la Profecía del Retorno del Rey con una profunda y paciente desconfianza. No la ve como una promesa de salvación, sino como el eco peligroso de la misma soberbia que provocó el Lilium. Para Rokael, la salvación de Lithernia no vendrá de un rey retornado, sino del trabajo duro, la cooperación y la sabiduría para construir un futuro sólido, piedra a piedra, sobre las ruinas del pasado. Él es el cimiento silencioso sobre el que se apoya la esperanza de un mundo que, algún día, pueda ser tan perdurable y magnífico como las montañas que él mismo forjó.