afiliacion: Concilio de Magos dg-publish: true era: Era Crepuscular grupos_principales: - La Senda del Crepúsculo - Los Guardianes de Eldrahar - La Hermandad de la Llama Silente lideres_notables: - Erraros el Sigiloso - Kaelira Ashwen - Lorael Venedis tags: - clases_y_profesiones - concilio-de-magos - era-crepuscular - lithernia - magia - magos - organizacion tipo: Colectivo de organizaciones title: Órdenes clandestinas y héroes del Concilio de Magos categoria: Clases y Profesiones subcategoria: Magos summary: Órdenes clandestinas surgieron en la Era Crepuscular para preservar el conocimiento arcano y resistir la corrupción del Concilio de Magos. Destacan la Senda del Crepúsculo, Guardianes de Eldrahar y Hermandad de la Llama Silente, junto a héroes como Erraros, Kaelira y Lorael.
En la oscuridad creciente de la Era Crepuscular, cuando las sombras se alargaron sobre Lithernia y las fuerzas oscuras amenazaban con engullir el mundo, surgieron las Órdenes clandestinas: grupos secretos de magos y alquimistas determinado a preservar la luz del conocimiento arcano. Estas cofradías no solo desafiaron la opresión y la corrupción que se extendían, sino que se convirtieron en los pilares de resistencia del Concilio de Magos.
La Era Crepuscular fue un tiempo de caos y decadencia, forjado por la caída de grandes reinos y el despertar de criaturas horrendas en las tierras olvidadas. El Concilio de Magos, institución ancestral que hasta entonces había ejercido la magia como fuerza reguladora y protectora, se fracturó debido a la infiltración de sectas oscuras y a la creciente desconfianza hacia sus decisiones. La persecución de ciertos hechiceros llevó a la creación de Órdenes clandestinas, cuyos miembros renunciaron a la legalidad para continuar su lucha desde las sombras.
Fundada por el Mago Erraros, la Senda del Crepúsculo se especializó en las artes de la ilusión y las sombras, utilizando el sigilo para sabotear a los cultistas oscuros. Sus integrantes vestían túnicas teñidas con los colores del ocaso y se reunían en templos ocultos en profundos bosques y ruinas antiguas.
Este grupo formó una élite de guerreros mágicos dedicados a proteger las reliquias arcanas que aún quedaban en Lithernia. Liderados por la heroína Kaelira Ashwen, su valentía y disciplina los convirtieron en Leyendas, custodiando portales y antiguos grimorios con fe implacable.
Místicos que dominaban la magia del fuego contenido y los encantamientos silenciosos, la Hermandad utilizó rituales prohibidos para corromper la influencia de oscuridad sin sucumbir a ella. Sus miembros frecuentemente se infiltraban en templos enemigos para desgarrar desde dentro sus estructuras.
Si bien las Órdenes eran colectivas, ciertas figuras brillaron con luz propia durante este período sombrío:
Erraros el Sigiloso: Fundador de la Senda del Crepúsculo, conocido por su astucia infalible y la creación del Manto de las Sombras, un artefacto que permitía a su portador volverse intangible durante breves momentos.
Kaelira Ashwen: Legendaria líder de los Guardianes de Eldrahar, su espada encantada, Lumenaria, era capaz de atravesar cualquier maleficio. Su sacrificio durante la defensa del sitio de Dorinhal se convirtió en canto y mito.
Lorael Venedis: Encantadora y bruja de la Hermandad de la Llama Silente, famosa por su dominio del fuego arcano controlado, capaz de consumir la corrupción sin dañar lo puro.
Dado que debían operar sin llamar la atención, las Órdenes desarrollaron complejos sistemas de símbolos y lenguajes secretos para comunicarse. Algunos de sus rituales básicos incluían:
El Juramento del Crepúsculo: Un ritual silencioso realizado ante un altar de obsidiana, donde los miembros prometían lealtad y preservación del balance arcano.
La Vigilia Silenciosa: Fiesta anual en la que se recordaban a los caídos y se reforzaban los lazos de hermandad, marcada por cánticos en lenguas olvidadas y el encendido de pequeñas llamas azules.
Los Sellos de Protección: Marcas invisibles tatuadas con tinta mágica en la piel, que ayudaban a detectar la magia negra y alertar sobre la presencia de esbirros enemigos.
Se cuentan muchas historias sobre las proezas de estas órdenes. Una de las más recordadas es la “Noche de las Mil Llamas”, cuando la Hermandad de la Llama Silente incendió simultáneamente trece fortalezas oscuras bajo el eclipse lunar, debilitando de forma decisiva al enemigo durante meses.
Otra leyenda habla del “Espejo de Erraros”, un artefacto perdido que se dice contenía las almas de quienes dieron su vida en la lucha oculta, permitiendo que sus consejos y hechizos puedan ser evocadas en los tiempos de mayor necesidad.
Las Órdenes clandestinas del Concilio de Magos no solo preservaron la magia ante la oscuridad, sino que sentaron las bases para la posterior reconstrucción del mundo. Sus enseñanzas y sacrificios inspiraron generaciones de hechiceros y héroes que renacieron en la eras siguientes, guiados por el legado de luz, sigilo y resistencia.
En tiempos donde la esperanza parecía extinguirse, fueron estas Órdenes las que mantuvieron encendida la llama de la arcana sabiduría, recordándonos que incluso en la noche más profunda puede brillar una estrella solitaria.