cultura: Yllinita dg-publish: true fundador: El Vidente Yllin gobierno: Consejo de los Cantores localizacion: Las Cascadas de Cristal nombre: Yllinwe poblacion_razas: Eladrin, Elfos Silvanos, Altos Elfos, Shadar-kai, Semielfos reino: Eldrador religion: Culto a Arzia y Lerian, reverencia a Ferion, capillas secretas a Morgal tags: - ciudad - ciudades - eldrador - lithernia - reinos_y_geografía tipo: Ciudad de las Cascadas title: Yllinwe categoria: Reinos y Geografía subcategoria: Ciudades summary: Yllinwe, en Eldrador, es una ciudad tallada en terrazas junto a la cascada Lágrima de Yllin. Fundada por el eladrin Yllin, es un centro de adivinación y arte donde el agua y la música revelan profecías. Sus habitantes practican rituales de meditación y armonía.
En el corazón de Eldrador, donde las montañas lloran ríos de plata, se encuentra Yllinwe, la Ciudad de las Cascadas. No es una fortaleza de poderío militar, sino un monumento a la armonía entre el agua, la luz y el sonido. La ciudad está tallada en una serie de terrazas de piedra blanca que descienden junto a una cascada colosal, la Lágrima de Yllin. Sus edificios de cristal pulido y sus puentes de luz sólida parecen flotar sobre los canales que serpentean por cada nivel, llevando el murmullo del agua a todos los rincones. Por la noche, Yllinwe se transforma en un firmamento terrenal, cuando luces encantadas en el fondo de sus canales se encienden para imitar las constelaciones, creando un espejo del cielo en la tierra.
Yllinwe fue fundada no por un conquistador, sino por un vidente. Hace siglos, un Eladrin llamado Yllin, devoto de Arzia y Lerian, se sintió llamado por una melodía que solo él podía oír, emanando de las cascadas ocultas en las montañas. La leyenda cuenta que el agua le susurró una profecía: que en un mundo gobernado por la rigidez de la Mano de Hierro, el conocimiento verdadero y el destino puro solo podrían encontrarse en la fluidez.
Siguiendo esta visión, Yllin y sus seguidores fundaron una ciudad dedicada a la adivinación a través del agua y la música. Con el tiempo, Yllinwe se convirtió en un faro para artistas, poetas y místicos de todo Eldrador. Sus habitantes, los “Cantores del Agua”, perfeccionaron el arte de interpretar las profecías ocultas en la acústica de las cascadas, ganándose el respeto —y a veces el temor— de la corte élfica. Aunque leal al reino, Yllinwe mantiene una distancia contemplativa, prefiriendo escuchar los secretos del cosmos a las intrigas del poder.
El Anfiteatro de la Lágrima: La terraza más baja y amplia de la ciudad, situada justo en la base de la gran cascada. Aquí, el agua se estrella contra una poza de cristal, creando una acústica natural de una pureza increíble. Es el escenario de los grandes conciertos de los Cantores del Agua y el lugar donde se celebran los “Bautismos de la Cascada”.
Las Terrazas de Cristal: El principal distrito residencial. Las viviendas, talladas en piedra blanca y adornadas con fachadas de cristal, se aferran a las laderas de la montaña. Cada casa tiene su propio canal de agua que fluye a través de un pequeño jardín interior, manteniendo un ambiente de serenidad y frescura perpetua.
El Mirador del Crepúsculo: Una vasta plataforma en el nivel más alto de la ciudad, orientada perfectamente hacia el oeste. Sus suelos de mármol pulido reflejan el cielo con una claridad asombrosa. Es aquí donde toda la ciudad se reúne para el “Silencio del Crepúsculo”, un ritual diario de meditación mientras las primeras estrellas aparecen en el cielo y en los canales a sus pies.
Los Canales Sombríos: En los niveles inferiores de la ciudad, lejos de la luz principal, se encuentra una red de canales más antiguos y estrechos. El agua aquí es lenta y oscura. Es un secreto a voces que en esta zona se encuentran las capillas clandestinas a Morgal, y se rumorea que en algún lugar de este laberinto acuático se oculta el legendario Estanque del Olvido.
La vida en Yllinwe fluye al ritmo del agua. La perfección no se mide en riqueza, sino en la fluidez de una melodía, la claridad de una visión o la armonía de un poema. El símbolo de la ciudad, un sauce de cristal llorando sobre tres estrellas reflejadas en el agua, representa esta unión de melancolía, belleza y destino.
La costumbre más sagrada es el “Silencio del Crepúsculo”, un momento en que todo trabajo cesa y la ciudad entera se sume en una meditación silenciosa, buscando la paz interior y la conexión con el cosmos. El rito de paso más importante es el “Bautismo de la Cascada”, donde los jóvenes elfos se sitúan bajo el velo de la Lágrima de Yllin para interpretar una profecía personal a partir del sonido del agua, definiendo así su camino en la vida. Ser un “Cantor del Agua” es la más alta vocación, una mezcla de Sacerdote, artista y oráculo.
Yllinwe es una obra de arte arquitectónica diseñada para canalizar y celebrar el agua. La piedra blanca pulida y el cristal son los materiales predominantes, creando una sensación de ligereza y luminosidad. Los puentes no son de madera o piedra, sino arcos de luz mágica sólida que cruzan los abismos entre terrazas. El ambiente es etéreo y musical. El sonido constante de la cascada no es un estruendo, sino un murmullo melódico que lo impregna todo, un recordatorio constante del poder y la belleza de la naturaleza. El aire es fresco y huele a piedra mojada y a las flores de loto estelares que crecen en los canales.
El Susurro de la Muerte: Se cuenta entre los habitantes que en las noches sin luna, la Lágrima de Yllin se silencia. Su canto melódico cesa y es reemplazado por un susurro apenas audible. Aquellos con la sensibilidad para escucharlo no oyen música, sino los nombres de quienes morirán antes del próximo ciclo lunar. Los Cantores del Agua consideran una maldición y un deber sagrado escuchar este lamento, y nunca revelan los nombres que oyen.
El Estanque del Olvido: En los canales más profundos y secretos de la ciudad, se dice que existe un estanque oculto cuya agua es negra como la tinta y completamente inmóvil. La leyenda afirma que quien sumerge un objeto personal de gran valor sentimental en sus aguas puede borrar un recuerdo doloroso de su mente. Pero el estanque es caprichoso y tiene un precio oculto: a veces, junto con el dolor, se lleva también toda la alegría asociada a ese recuerdo, dejando un vacío helado en el alma.