categoria: Reinos y Geografía cultura: Yelindriana dg-publish: true gobierno: Consejo de los Guardianes de la Senda localizacion: Península del Cartógrafo nombre: Yelindra poblacion_razas: Humanos, Genasi (Agua, Aire), Medianos, Semielfos reino: Galvorn religion: Panteón de Galvorn (Yfrit, Quiteon, Taladrios) subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - galvorn - lithernia - reinos_y_geografía tipo: Ciudad Gremial title: Yelindra summary: Yelindra, en la Península del Cartógrafo (Galvorn), es una ciudad marítima fundada por cartógrafos y bardos tras el Cataclismo del Lilium. Destaca por su arquitectura “Quilla de Coral”, canales navegables y su cultura centrada en la exploración, la narración y la cartografía.
Yelindra es una ciudad que no se mide en calles, sino en millas náuticas y versos épicos. Situada en la punta de la Península del Cartógrafo, en Galvorn, es el corazón palpitante de la exploración y la narración del reino. Sus edificios, construidos en un estilo único conocido como “Quilla de Coral”, se levantan con madera resistente a la sal y piedra de coral blanco, con tejados curvados que imitan los cascos invertidos de los barcos, diseñados para cantar con el viento en lugar de luchar contra él. Una red de canales de agua salada sirve de arteria principal, surcada por góndolas silenciosas que reemplazan a los carros y caballos. Aquí, un mapa no es solo una herramienta, es una obra de arte; una historia no es solo un cuento, es la bitácora del alma de un viaje.
Yelindra fue fundada no por un rey o un conquistador, sino por una sociedad de supervivientes: los primeros cartógrafos, astrónomos y bardos que se atrevieron a surcar los océanos desconocidos tras el Cataclismo del Lilium. Liderados por la capitana humana Elara “Quilla Dorada” y su primer oficial, un Genasi de Aire llamado Zéfiros, entendieron que el nuevo mundo, fracturado y peligroso, necesitaba ser comprendido antes que reclamado. Eligieron la península por sus cielos despejados y sus acantilados, que ofrecían una defensa natural y un mirador perfecto hacia el horizonte.
La ciudad creció como un imán para exploradores, artistas, eruditos y todos aquellos que creían que la inspiración y la precisión eran las herramientas más poderosas. Se estableció el “Consejo de los Guardianes de la Senda”, un gobierno formado por los maestros cartógrafos y los bardos más venerados, asegurando que Yelindra siempre fuera guiada por la sabiduría y la creatividad, no por la espada. Su lealtad a Galvorn es innegable, pero su verdadera devoción es hacia el horizonte y las historias que esperan ser descubiertas en él.
El Atrio del Timón: La plaza central de Yelindra. En su centro se alza un colosal monumento del símbolo de la ciudad: un timón de barco de bronce, en cuyo centro una espiral de nautilo hecha de nácar traza un mapa celestial que brilla con la luz de las estrellas. La plaza, rodeada por los principales gremios y salones de actos, es un hervidero de comercio, debate y actuaciones improvisadas de los bardos.
El Gran Scriptorium: Más que una biblioteca, es el alma de Yelindra. Un edificio circular con una cúpula de cristal que actúa como un lente gigante, iluminando las vastas salas inferiores. Aquí, los Guardianes de la Senda y sus aprendices dibujan, copian y archivan miles de Mapas, cartas de navegación y diarios de a bordo. El olor a sal, tinta y pergamino viejo impregna el aire.
El Embarcadero de las Leyendas: El bullicioso distrito portuario de la ciudad. Los muelles están repletos de barcos de todo Galvorn y más allá. Es aquí, en tabernas como “El Kraken Risueño” o “La Sirena Desafinada”, donde los bardos compiten en “duelos de tejido de Leyendas”, batallas de ingenio y memoria para ver quién puede contar la epopeya más grandiosa o el cuento más increíble.
El Santuario del Viaje Eterno: El principal complejo de templos de la ciudad, dedicado a Yfrit, Quiteon y Taladrios. No es un edificio cerrado, sino una serie de arcos de coral y mástiles de barcos retirados que se abren al mar. El viento y la brisa marina fluyen libremente a través de él, y se cree que los susurros de los dioses se pueden escuchar en el sonido de las olas rompiendo contra los pilares.
La vida en Yelindra está marcada por la partida y el regreso. Antes de que un barco zarpe hacia lo desconocido, su tripulación realiza el “Susurro de Mareas”: cada marinero confía sus esperanzas y miedos a una caracola, que luego arrojan al mar como ofrenda personal a Yfrit y Quiteon. El evento más importante del año es el “Festival del Trazado”, una competición de una semana donde los cartógrafos revelan sus últimos Mapas de aguas inexploradas, juzgados no solo por su precisión, sino también por su belleza artística. Ganar el festival es el mayor honor al que un yelindriano puede aspirar.
El ambiente de Yelindra es de constante movimiento y asombro. Los edificios de “Quilla de Coral” parecen estar listos para zarpar. Los faros, altos y delgados, no solo guían a los barcos, sino que también funcionan como observatorios astrales. El sonido del agua de los canales se mezcla con las salomas de los marineros y las baladas de los bardos, creando una banda sonora única. De noche, las luces de los faros y los reflejos en el agua dan a la ciudad un aspecto mágico y onírico, como si flotara entre el mar y el cielo.
La Flota Espectral de lo Inexplorado: Se dice que en las noches de niebla espesa, una flota de barcos fantasmales atraca silenciosamente en los muelles vacíos. Son los espíritus de los exploradores que se perdieron en el mar, condenados a navegar para siempre. No buscan oro, sino Mapas. Se rumorea que intentan robar las cartas más precisas para, por fin, encontrar el camino al descanso eterno. Algunos capitanes locos o desesperados afirman haber negociado con su almirante espectral, intercambiando un mapa por un susurro sobre una isla llena de tesoros que no figura en ningún otro lugar.
El Laberinto de la Sirena: En las cuevas marinas bajo los acantilados de Yelindra, se cuenta que una antigua sirena protege el “Corazón de Yfrit”, una perla del tamaño de un puño capaz de calmar cualquier tormenta. No es una guardiana malévola; su laberinto de túneles submarinos no es físico, sino una prueba para el alma. Solo aquellos con un corazón puro, que no buscan la perla por codicia, pueden navegar sus ilusiones y encontrarla.
La Tinta del Viento: La mejor cartógrafa de Yelindra, una Genasi de Aire llamada Maestra Lira Vientonavegante, posee un secreto legendario. Se dice que el propio dios Quiteon le susurró la receta de una tinta mágica. Los Mapas dibujados con esta tinta no solo muestran la tierra y el mar, sino también las corrientes de viento y las mareas futuras. La tinta guía al navegante a través de cualquier peligro, pero la leyenda advierte que las líneas se desvanecen y se vuelven traicioneras si el corazón del capitán se llena de avaricia.