categoria: Reinos y Geografía cultura: Pragmatismo Guardapicos dg-publish: true fundador: Los Primeros Guardapicos gobierno: Consejo de los Guardapicos localizacion: Mesetas del Viento Eterno nombre: Verue poblacion_razas: Gnomos, Goliaths, Enanos reino: Valtoria religion: Panteón de Valtoria, con culto a Quiteon y Arzia subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - lithernia - reinos_y_geografía - valtoria tipo: Ciudad Observatorio title: Verue summary: Verue es una ciudad fortificada en una meseta ventosa de Valtoria, conocida por su arquitectura excavada en roca y su papel como centro de vigilancia y cartografía. Fundada por una alianza de Goliath, Gnomos y Enanos, destaca por su ingeniería, observatorios y minas de cristales ópticos.

Verue

Verue es una ciudad que desafía a los cielos. Cincelada en una alta meseta perpetuamente azotada por el viento en las cordilleras de Valtoria, no es un lugar para los débiles de espíritu. Sus edificios, bajos y robustos, son de un granito oscuro que parece absorber la escasa luz, y están parcialmente excavados en la misma roca para guarecerse de las feroces tormentas que dan nombre a la región. El aire es frío, puro y vibra con el zumbido constante de los ingeniosos molinos de viento Gnomos y el eco melancólico de incontables carillones de piedra. Es una ciudad de vigilancia, donde cada catalejo apunta al horizonte y cada ciudadano tiene un ojo puesto en las nubes, pues Verue es la atalaya de todo un reino.

Historia

Verue no nació de la codicia por el oro, sino de la necesidad de ver más allá. Tras las incursiones de Mor’dhul que amenazaron los valles bajos de Valtoria, una alianza insólita de pioneros decidió establecer un puesto de avanzada en el punto más inhóspito y elevado que pudieron encontrar. Este grupo, conocido hoy como “Los Primeros Guardapicos”, estaba formado por un estratega Goliath, un visionario artífice Gnomo y un maestro cantero Enano. Juntos, aunaron la resistencia de la roca, el ingenio de la mecánica y la fortaleza para soportar las alturas.

En lugar de construir hacia arriba, excavaron hacia adentro, creando una ciudad que se aferra a la montaña como un liquen. Con el tiempo, Verue se convirtió en el principal centro de observación y cartografía del reino, un bastión de ciencia y vigilancia que reporta directamente al Concilio de la Montaña. Su gobierno, el “Consejo de los Guardapicos”, es un triunvirato que honra a sus fundadores, asegurando que la fuerza, la innovación y la solidez sigan siendo los pilares de la ciudad.

Barrios y Zonas

Costumbres y Vida Cotidiana

La vida en Verue es pragmática y comunitaria. La supervivencia depende de la cooperación y la precisión. Su festividad más importante es el “Festival del Viento Susurrante”, un evento en el que toda la ciudad se reúne para volar cometas de diseños increíblemente complejos, en una ofrenda a Quiteon para que calme las tormentas venideras y traiga vientos favorables.

El rito de paso para los jóvenes es el “Juramento de la Lente”, un desafío en el que deben fabricar su primer instrumento óptico funcional, ya sea un pequeño catalejo, un monóculo de relojero o una lente para un visor. Completar la tarea significa que están listos para asumir su papel como vigilantes de Valtoria. La religión es una mezcla de devoción práctica: veneran a Cirkon por la roca que les da cobijo y a Rokael por la artesanía, pero sus plegarias más fervientes se dirigen a Quiteon, dios del viento, y a Arzia, diosa de las estrellas, cuya guía es vital para su trabajo.

Arquitectura y Ambiente

La arquitectura de Verue es una de fortaleza y adaptación. Todo está diseñado para resistir vientos huracanados y el peso de la nieve. No hay ostentación, solo funcionalidad brutalista y una belleza austera. El símbolo de la ciudad, un catalejo de bronce sobre un aspa de molino de plata con un pico nevado de fondo, se puede ver grabado en las puertas y herramientas. El ambiente es de una quietud vigilante, rota solo por el silbido del viento, el tintineo de los carillones y el chirrido lejano de la maquinaria. Huele a piedra mojada, a ozono y al humo metálico de las forjas de los artífices.

Leyendas Urbanas