categoria: Reinos y Geografía cultura: Mirastralina dg-publish: true fundador: Glimmerwhistle y Rokhand Mirastral gobierno: Casa Mirastral (Clan mixto gnomo-enano) localizacion: Cumbres de Cristal, Valtoria nombre: Rynhalis poblacion_razas: Gnomos, Enanos, Semi-elfos, Humanos reino: Valtoria religion: Panteón Enano (Rokael, Cirkon), con un culto sincrético a Arzia (“Guardiana de las Gemas del Cielo”) subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - lithernia - reinos_y_geografía - valtoria tipo: Ciudad Observatorio title: Rynhalis summary: Rynhalis, en las Cumbres de Cristal de Valtoria, es un observatorio-ciudad gobernado por la Casa Mirastral. Fundada por enanos y gnomos, destaca por su estudio astronómico, artesanía en lentes y gemas encantadas que iluminan sus calles.
En las alturas más gélidas de Valtoria, donde el aire es tan fino que parece cristal, se alza Rynhalis. No es una fortaleza excavada en la roca, sino un observatorio del tamaño de una ciudad, encaramado en una vasta meseta de las Cumbres de Cristal. Sus torres de granito pulido, lisas como espejos, se elevan hacia un cielo casi siempre despejado, coronadas por cúpulas de cristal y mithril que giran lentamente, siguiendo el movimiento de los astros. De noche, Rynhalis no se ilumina con antorchas, sino con el resplandor de miles de gemas encantadas incrustadas en sus calles, que replican con precisión las constelaciones del firmamento. Es un lugar de ciencia y reverencia, un testimonio de la creencia enana y gnómica de que los mayores tesoros no solo yacen bajo tierra, sino también sobre sus cabezas.
Rynhalis nació de una improbable amistad tras la devastación del Lilium. Mientras los Enanos reconstruían sus reinos en las entrañas de las montañas, el astrónomo gnomo Glimmerwhistle y el maestro tallador de gemas enano Rokhand Mirastral buscaron un propósito diferente. Descubrieron una meseta aislada con una atmósfera tan pura que las estrellas parecían al alcance de la mano. Combinando el ingenio gnomo para la óptica y la maestría enana sobre la piedra y el cristal, fundaron Rynhalis como un santuario para el estudio del cosmos.
Su linaje, la Casa Mirastral, ha gobernado la ciudad desde entonces, fomentando una cultura única que fusiona la precisión y paciencia enanas con la curiosidad insaciable de los Gnomos. Con el tiempo, la fama de sus lentes arcanas y sus precisos Mapas celestes atrajo a eruditos de todo el mundo, convirtiendo a Rynhalis en un faro de conocimiento en el corazón del Reino de la Montaña y un importante aliado de la Torre de las Estrellas.
La Cúpula Mayor: El corazón de Rynhalis. Es el observatorio más grande, una estructura colosal de granito y cristal encantado. En su interior se encuentra el “Ojo de Rokael”, un telescopio de poder legendario, cuyas lentes fueron talladas en un único diamante encontrado en el corazón de la montaña. Es la sede de la Casa Mirastral y el centro de gobierno de la ciudad.
El Taller de Lentes: Un laberinto de talleres donde resuena el zumbido de las herramientas de precisión. Aquí, Gnomos y Enanos trabajan codo con codo, puliendo cristales y tallando gemas con magia y habilidad para crear los instrumentos ópticos más codiciados de Lithernia. El aire huele a aceite de pulido y a la tenue chispa del maná.
El Paseo Estelar: La avenida principal de la ciudad. Es un amplio camino de obsidiana pulida, flanqueado por las gemas que iluminan la ciudad, creando un mapa estelar bajo los pies de sus habitantes. Es el centro social y comercial, donde los eruditos debaten sobre cosmología y los mercaderes venden cristales en bruto y cartas astrales.
Las Residencias de Granito: Los barrios residenciales de Rynhalis. Son edificios robustos de piedra, diseñados para resistir los vientos de la cumbre, pero con grandes ventanas de cristal para permitir la observación del cielo desde el interior de cada hogar. Están conectados por vertiginosos puentes colgantes de mithril que brillan bajo la luz de las estrellas.
La vida en Rynhalis está marcada por una disciplina casi monástica dedicada al estudio. El evento más importante del año es el “Festival de la Gema Estrellada”, una celebración en la que los artesanos presentan sus nuevas lentes, telescopios y descubrimientos astronómicos. Durante el festival, toda la ciudad se convierte en una galería de arte celestial, y se otorgan premios a las innovaciones más brillantes.
En marcado contraste, también practican el “Silencio de las Cumbres”, una semana entera en la que cesa todo trabajo y ruido. Los habitantes se dedican en exclusiva a la meditación y a la observación silenciosa del cosmos, buscando la inspiración y la sabiduría que, según ellos, susurran las estrellas. Veneran al panteón enano como los forjadores del mundo que observan, pero han adoptado a Arzia, la diosa élfica, como la “Guardiana de las Gemas del Cielo”, viendo en ella a la arquitecta divina de su campo de estudio.
Rynhalis es una ciudad de contrastes: la solidez del granito enano se une a la delicadeza del cristal gnomo. Las estructuras son funcionales pero elegantes, diseñadas para canalizar la luz y resistir los elementos. No hay árboles ni vegetación en la meseta, solo la roca desnuda y el cielo infinito. El ambiente es de una quietud sobrecogedora, roto únicamente por el silbido del viento en las cumbres y el suave zumbido de los mecanismos arcanos. El frío es perpetuo, pero el resplandor de las gemas encantadas y el calor de las forjas interiores crean una atmósfera acogedora y mágica.
El Susurro de las Cumbres: Los ancianos de Rynhalis afirman que en las noches sin luna, cuando el silencio es absoluto, los picos de las montañas circundantes no solo reflejan la luz de las estrellas, sino que también susurran los secretos del cosmos. Se dice que aquellos con la paciencia y la sensibilidad para escuchar pueden aprender fragmentos de la creación, profecías olvidadas o la ubicación de vetas de minerales caídos del cielo.
El Ojo Ciego del Titán: En las profundidades de la montaña sobre la que se asienta Rynhalis, yace una geoda masiva de cristal negro, del tamaño de un castillo. La leyenda la llama el “Ojo Ciego del Titán”, y se cree que es el ojo petrificado de una entidad primordial que duerme bajo Valtoria. Los líderes de la Casa Mirastral prohíben estrictamente cualquier excavación en esa zona, pues temen que perturbar la geoda no solo la haría añicos, sino que despertaría al titán, cuya mirada furiosa podría desintegrar la ciudad y la montaña entera en un instante.