categoria: Reinos y Geografía cultura: Miryaliana (Casta de la Brasa) dg-publish: true fundador: Archmage Vorlag, el Primer Magistrado gobierno: Magocracia Teocrática (Magistrado del Fuego Velado) localizacion: Las Cicatrices del Lilium nombre: Miryalis poblacion_razas: Tieflings, Goblins, Hobgoblins reino: Mor’dhul religion: Culto oficial a Sel’thirak, ritos secretos al Lilium subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - lithernia - mor’dhul - reinos_y_geografía tipo: Ciudad de Contención title: Miryalis summary: Miryalis es una ciudad construida sobre una fisura que emite una llama primordial imposible de extinguir. Fundada por magos Tiefling para contener este fuego divino, su cultura austera y ritualística se centra en mantenerlo dormido y evitar un nuevo cataclismo.

Miryalis

Miryalis no es una ciudad, es una herida contenida. Situada en el corazón de las Cicatrices del Lilium, donde El_Cataclismo_del_Lilium del cataclismo se negó a morir, la ciudad existe con un único y terrible propósito: vigilar la llama que podría consumir el mundo. Construida con un orden aterrador, sus estructuras de basalto negro y liso descienden en terrazas concéntricas hacia una fisura central, una grieta en la propia realidad de la que emana un brillo púrpura y enfermizo. No hay ventanas que miren al exterior; la ciudad se vuelve sobre sí misma, iluminada desde dentro por el pálido y constante resplandor del “cristal de Lilium”, dándole la apariencia de una colmena espectral que brilla en la desolación de Mor’dhul.

Historia

Tras el Cataclismo, mientras otros huían de las tierras devastadas, un cónclave de magos Tiefling liderado por el Archmage Vorlag fue enviado a estudiar una de las cicatrices más profundas dejadas por el Lilium. Pronto comprendieron que el fuego allí no podía ser extinguido; su poder era primordial, una furia divina atrapada bajo la piel del mundo. En lugar de huir, Vorlag propuso lo impensable: construir una jaula alrededor de la llama.

Con la bendición reticente de un naciente Clan Sel’thirak, que vio la utilidad estratégica en controlar tal poder, Vorlag y sus seguidores —la futura Casta de la Brasa— fundaron Miryalis. Generación tras generación, han perfeccionado sus rituales y su arquitectura, no para adorar el fuego, sino para aplacarlo y mantenerlo dormido. Son los carceleros de un dios enojado, una labor que ha forjado su cultura austera y su alma colectiva en la disciplina y el secreto. Su lealtad a Sel’thirak es una formalidad; su verdadera devoción es a la contención, pues saben que un solo error podría significar un segundo Apocalipsis.

Barrios y Zonas

Costumbres y Vida Cotidiana

La vida en Miryalis es una vigilia perpetua. La cultura valora la precisión, la disciplina y el control emocional por encima de todo. Un arrebato de ira o una muestra de miedo se consideran debilidades peligrosas que podrían perturbar el delicado equilibrio. El evento más sagrado del año es la “Vigilia de la Ceniza”, una noche en la que toda la ciudad se sume en un silencio absoluto y una oscuridad total (los cristales de Lilium se cubren), para no “despertar al Fuego”.

Los recién nacidos no son celebrados con alegría, sino con solemnidad. A los pocos días de nacer, un Magistrado marca al infante con una runa de contención temporal, trazada con ceniza bendecida, un recordatorio constante de su deber y su destino. Su símbolo, una flama púrpura atrapada en un ojo de obsidiana, se encuentra en cada puerta y uniforme, un recordatorio de su eterna vigilancia.

Arquitectura y Ambiente

Miryalis es una obra maestra de la ingeniería opresiva. Los edificios, tallados en basalto negro, son lisos, angulares y funcionales, desprovistos de cualquier adorno que no sea una runa de contención. La falta de ventanas al exterior crea una atmósfera claustrofóbica y desorientadora. La única luz proviene del interior, de las placas de cristal de Lilium que emiten un resplandor frío y constante, bañando las calles en una perpetua luz crepuscular de tonos violáceos. El aire es pesado, con un olor a ozono y piedra caliente, y el silencio solo es roto por un zumbido de baja frecuencia que parece emanar de la propia tierra, el ronroneo del Fuego Durmiente.

Leyendas Urbanas