categoria: Reinos y Geografía cultura: Fusión humano-élfica bohemia dg-publish: true fundador: Faeron el Viajero gobierno: Consejo de los Sauces localizacion: A orillas del Río Anhelar nombre: Faerion poblacion_razas: Humanos, Semielfos, Elfos del Bosque, Genasi de Aire reino: Galvorn religion: Panteón Humano (Yfrit, Quiteon) con influencia élfica (Ferion, Lerian) subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - galvorn - lithernia - reinos_y_geografía tipo: Ciudad Fluvial title: Faerion summary: Faerion, en la desembocadura del Río Anhelar en Galvorn, es una ciudad fluvial de arte y naturaleza. Fundada por el bardo Faeron, es un refugio bohemio donde humanos, elfos y semielfos conviven, gobernada por el Consejo de los Sauces.
Donde el gran Río Anhelar se ensancha antes de besar el mar, yace Faerion, la joya fluvial de Galvorn. No es una ciudad de murallas imponentes ni de muelles atestados de navíos de guerra, sino un remanso de arte y naturaleza. Sus edificios, una elegante fusión de la robusta madera de roble galvornesa y las líneas curvas de la estética élfica, se alzan sobre pilotes a lo largo de las riberas, conectados por un laberinto de pasarelas de madera y puentes de lianas vivas. Es una ciudad que parece flotar sobre las aguas, un lugar donde el susurro del viento entre los sauces se mezcla con el rasgueo de una lira y el tintineo del cristal soplado. Su símbolo, una lira de madera entrelazada con las ramas de un sauce plateado, refleja su alma: un santuario para la inspiración y la armonía.
Faerion nació de un sueño. Siglos después del Cataclismo del Lilium, cuando los reinos aún se definían con hostilidad, el Bardo semielfo Faeron el Viajero, devoto de Quiteon, buscaba un lugar donde el espíritu aventurero humano y la serenidad natural élfica pudieran coexistir. Siguió el curso del Río Anhelar tierra adentro, lejos de la política tumultuosa de la capital, hasta encontrar una arboleda de sauces ancestrales cuyas ramas parecían susurrar historias al agua.
Allí fundó un pequeño asentamiento, atrayendo a poetas, artesanos y librepensadores de todo Galvorn y de las fronteras de Eldrador. La ciudad creció no por conquista, sino por su reputación como un refugio de creatividad. Elfos del bosque, cansados de la rigidez de la Mano de Hierro, enseñaron a los Humanos a tejer puentes vivos; los Humanos, a su vez, compartieron sus robustas técnicas de construcción naval, que los Semielfos refinaron hasta convertirlas en un arte. Hoy, Faerion es gobernada por el Consejo de los Sauces, una asamblea de gremios y sabios que mantiene vivo el espíritu bohemio de su fundador, rindiendo tributo al Rey de Galvorn pero conservando una preciada autonomía cultural.
El Muelle del Poeta: El corazón comercial de Faerion, donde las barcazas fluviales, con sus cascos tallados con intrincados motivos de hojas y animales del bosque, atracan para comerciar. Los almacenes no son meros edificios, sino galerías de arte donde se exhiben las mercancías. Aquí, los genasi de aire usan sus dones para guiar los barcos con brisas suaves, y los bardos compiten por ver quién narra la mejor historia a cambio de unas monedas.
La Arboleda del Consejo: En una pequeña isla en el centro del río se alza la arboleda sagrada que da nombre al gobierno de la ciudad. Un círculo de sauces milenarios rodea un claro donde no se han construido edificios. En su lugar, el Consejo de los Sauces se reúne bajo las ramas, creyendo que la sabiduría de la naturaleza guía sus decisiones. Es un lugar de culto a Ferion y de profunda meditación.
Los Talleres de Brisa y Vidrio: Este distrito, perfumado por el humo aromático de las forjas de vidrio, es el hogar de los artesanos más renombrados de Faerion. Los talleres están abiertos, permitiendo a los transeúntes observar cómo los maestros vidrieros soplan delicadas obras que parecen capturar la luz de las estrellas, o cómo los carpinteros dan forma a liras que cantan con la voz del viento.
Las Viviendas del Anhelar: El distrito residencial principal, compuesto por casas de madera y piedra blanca construidas sobre pilotes a diferentes alturas sobre el río. Están interconectadas por una red de pasarelas y pequeños muelles privados, donde cada familia amarra su propia canoa o esquife tallado. Por la noche, las luces de los farolillos de las casas se reflejan en el agua, creando la ilusión de una ciudad de estrellas flotantes.
La inspiración es la moneda más valorada en Faerion. Un poema bien recitado puede pagar una comida, y una talla de madera exquisita es un regalo más preciado que el oro. Las disputas a menudo se resuelven no con duelos, sino con concursos de ingenio o arte, mediados por los sabios del Consejo. La armonía con la naturaleza es fundamental; cada árbol talado para la construcción se acompaña de un ritual de agradecimiento y la plantación de tres nuevos árboles.
El evento más importante del año es el ‘Festival de las Luces Flotantes’. En el solsticio de verano, al anochecer, toda la ciudad se congrega en las orillas del río. Miles de farolillos de papel, cada uno con un deseo escrito y encantado con una efímera Luz Danzante, son liberados sobre el agua, creando un río de luz que fluye hacia el mar como una plegaria colectiva a Yfrit y a los espíritus del bosque.
Faerion es la encarnación de la arquitectura orgánica. Las robustas vigas de roble se curvan en arcos elegantes, sosteniendo techos cubiertos de musgo vivo. Los puentes no son de piedra, sino de lianas y raíces hábilmente tejidas por la magia de los elfos del bosque. Las torres de los sabios, hechas de piedra blanca pulida y grandes paneles de cristal, están diseñadas para capturar hasta el último rayo de luz del alba y del crepúsculo. El ambiente es de una calma creativa, donde el aire fresco del río se mezcla con el olor a madera trabajada y flores silvestres. El sonido predominante es el murmullo del agua, el canto de los pájaros y la música que parece emanar de cada esquina.
El Barco de los Lamentos: Se susurra entre los barqueros que, en las noches de niebla espesa, un elegante esquife élfico tripulado por espectros luminosos navega silenciosamente por el Anhelar. La leyenda dice que buscan a una amante perdida, una doncella de Faerion que prometió esperar a su amado Guerrero de Eldrador. Quienes son lo suficientemente valientes como para no huir y ofrecer una canción triste al barco fantasma, reciben a cambio un don de inspiración divina o una premonición crucial sobre su propio destino.
La Sombra del Sauce: Los padres advierten a sus hijos que no se adentren solos en la Arboleda del Consejo por la noche. Cuentan la historia de la “Sombra del Sauce”, una antigua y malévola criatura feérica que duerme entre las raíces de los árboles más viejos. Se dice que la criatura despierta con el olor de la codicia o la malicia, y que se lleva a quienes dañan el bosque o intentan robar los secretos del consejo, arrastrándolos a un reino de sombras del que nunca regresan.