categoria: Reinos y Geografía cultura: Hobgoblin Nighthawk (sobre una base élfica corrupta) dg-publish: true fundador: Desconocido (élfico) gobierno: Teocracia Militar (Clan Nighthawk) localizacion: Fronteras del norte de Mor’dhul, con vistas a los bosques de Eldrador nombre: Aluinel poblacion_razas: Hobgoblins, Goblins, Orcos, Elfos Oscuros (descendientes), Shadar-Kai (descendientes) reino: Mor’dhul religion: Culto a Kromagul, herejía de Arzia subcategoria: Fortalezas tags: - ciudad - fortalezas - lithernia - mor’dhul - reinos_y_geografía tipo: Ciudad Ocupada title: Aluinel summary: Aluinel, antigua ciudad élfica, fue conquistada y corrompida por el Clan Nighthawk. Ahora es una fortaleza oscura donde la magia de sombras petrifica la naturaleza y la vigilancia extrema domina, mientras los elfos descendientes sobreviven como clase servil.
Aluinel es una cicatriz en el paisaje, un monumento a una belleza asesinada. Lo que una vez fue una radiante ciudad élfica de torres de cuarzo pálido y puentes de grácil diseño, es ahora una fortaleza de pesadilla bajo el yugo del Clan Nighthawk. La elegancia ancestral de sus estructuras ha sido profanada con bastiones de hierro negro y barricadas de madera afilada. Los puentes que antes cantaban con el viento ahora cuelgan pesadamente, cubiertos de cadenas y púas oxidadas. Incluso la naturaleza ha sido subyugada; los grandes árboles vivientes que formaban parte integral de la ciudad están ahora petrificados, sus ramas retorcidas en una agonía silenciosa por la magia de sombras que impregna el aire. Aluinel no es una ciudad, es una tumba habitada por sus carceleros.
En una era anterior, Aluinel era una joya élfica en la frontera del mundo, un centro de adoración a Arzia, la diosa de las estrellas. Sus torres eran observatorios y sus jardines, santuarios. Pero su posición estratégica y su antigua magia la convirtieron en un objetivo codiciado durante la Gran Guerra. El Clan Nighthawk, maestros Hobgoblins del espionaje y la guerra de desgaste, la asediaron no con fuerza bruta, sino con sombras y miedo. Durante décadas, corrompieron la ciudad desde dentro, sembrando paranoia y debilitando sus defensas mágicas hasta que, en una noche sin luna, la tomaron.
Desde entonces, Aluinel se ha convertido en la principal base de operaciones de los Nighthawk. Los descendientes de los elfos originales, principalmente Elfos Oscuros y Shadar-Kai, viven como una clase servil, despojados de su historia y su fe. El culto a Arzia fue erradicado y reemplazado por la veneración a Kromagul, el Dios del Dolor, a quien los Hobgoblins asocian con la oscuridad eterna y el poder que se obtiene del sufrimiento ajeno.
La Aguja Sombría: La torre central y más alta de Aluinel, que en su día fue el principal observatorio de Arzia. Ahora es el corazón del poder del Clan Nighthawk, coronada por un enorme murciélago de obsidiana. Se dice que en sus cámaras más altas, los líderes del clan realizan rituales para alimentarse de las pesadillas de la población, fortaleciendo así su magia.
El Jardín Petrificado: Una extensa área de la ciudad que solía ser un jardín botánico con flora mágica de todo Eldrador. Ahora, cada planta y árbol está convertido en piedra gris, un testimonio silencioso de la magia de sombras que conquistó la ciudad. Es un lugar de un silencio sepulcral, evitado por todos.
El Distrito de las Cadenas: Los niveles inferiores y las afueras de la ciudad, donde se hacinan las barracas de los Orcos y los miserables barrios de la clase servil élfica. Es un laberinto de callejones estrechos, vigilado constantemente por patrullas hobgoblin. El aire es denso con el olor a hollín, sudor y resentimiento.
El Acueducto de los Lamentos: La antigua y compleja red de canales que discurre bajo Aluinel. Ahora en desuso y parcialmente derrumbado, es un lugar oscuro y peligroso, donde se dice que el fantasma de la última suma sacerdotisa élfica vaga, llorando por su ciudad perdida.
La vida en Aluinel es un ejercicio de supervivencia paranoica. La sociedad hobgoblin se basa en la vigilancia total, y el espionaje es una forma de vida. La lealtad se demuestra a través de la delación, y los ascensos en la jerarquía del clan a menudo se logran a costa de la desgracia de otro. Anualmente se celebra el “Festival de la Sombra Larga”, una noche de oscuridad absoluta en la que las leyes se suspenden y los ciudadanos son puestos a prueba, un ritual brutal diseñado para purgar a los débiles y a los desleales.
Mientras tanto, los descendientes de los elfos se aferran a su cultura en secreto. A través de canciones susurradas en la oscuridad de sus hogares, Mapas estelares ocultos cosidos en harapos y rituales prohibidos en las ruinas más profundas, mantienen viva la memoria de lo que perdieron, esperando el día en que las estrellas puedan volver a brillar sobre Aluinel.
El símbolo de la ciudad, un murciélago de obsidiana eclipsando una estrella de ocho puntas rota, está tallado en casi todas las superficies, un recordatorio constante de la nueva autoridad. El ambiente es opresivo y tenso. El sonido predominante no es el de un mercado bullicioso, sino el eco del metal de las patrullas, el chasquido de los látigos y el tintineo constante de las cadenas en los puentes. La luz natural lucha por penetrar la atmósfera sombría, y la ciudad vive en un perpetuo crepúsculo, incluso a mediodía.
El Lamento de Lirael: Se rumorea que el fantasma de Lirael, la última suma sacerdotisa de Arzia, aún vaga por los antiguos acueductos. Su lamento no es de tristeza, sino de una furia helada. Se dice que los Hobgoblins que lo escuchan son invadidos por recuerdos de alegría y belleza, sensaciones tan ajenas a ellos que los vuelven locos.
El Festín de Pesadillas: Una leyenda susurrada entre los sirvientes afirma que los líderes Nighthawk no duermen. En su lugar, se reúnen en la Aguja Sombría y extraen la esencia de los malos sueños de la población. Este “festín” no solo les otorga poder, sino que mantiene a los habitantes en un estado constante de agotamiento y desesperación, haciéndolos más fáciles de controlar.
Aluinel es un polvorín a punto de estallar. Externamente, sufre las incursiones constantes de comandos de elfos silvanos de Eldrador, que lanzan ataques relámpago en un intento desesperado por “liberar” las ruinas sagradas y recuperar artefactos perdidos.
Internamente, la situación es aún más volátil. Una facción de resistencia de Shadar-Kai, que se hacen llamar los “Hijos de la Estrella Rota”, opera desde las sombras de los niveles inferiores. Realizan sabotajes y buscan la forma de reactivar las antiguas defensas mágicas de la ciudad. Además, la tensión entre los Hobgoblins y sus vasallos Orcos es palpable. Los Orcos, utilizados como carne de cañón en las defensas fronterizas, están hartos del desprecio de sus amos y su resentimiento está a punto de desbordarse en una rebelión abierta.