cultura: Galvornesa Marítima dg-publish: true gobierno: Triumvirato localizacion: Costa de las Brumas, sobre los Farallones del Susurro nombre: Serawen poblacion_razas: Humanos, Semielfos, Genasi, Medianos, Semiorcos reino: Galvorn religion: Panteón Humano tags: - ciudad - ciudades - galvorn - lithernia - reinos_y_geografía tipo: Ciudad Portuaria de Acantilado title: Serawen categoria: Reinos y Geografía subcategoria: Ciudades summary: ‘Serawen es una ciudad vertical en acantilados costeros, gobernada por la niebla y conectada por puentes mágicos. Centro de cartografía arcana y refugio de navegantes, destaca por su historia ligada al Cataclismo del Lilium y su gobierno tripartito: Defensa, Comercio y Saber.’
Serawen no se esconde de la niebla; la gobierna. Esculpida sobre una serie de altísimos farallones de roca que se clavan en el mar, la ciudad es un bastión vertical que desafía la bruma perpetua de la costa. No hay calles convencionales, solo una vertiginosa red de puentes de cuerda y madera, reforzados con magia, que conectan edificios aferrados a las paredes del acantilado. Durante el día, es una silueta gris contra un cielo lechoso; por la noche, se transforma en una constelación de faros mágicos y linternas colgantes, cuyos haces de luz cortan el velo de niebla como espadas divinas. Serawen es el corazón de la cartografía arcana y el refugio de los navegantes más audaces, un lugar donde el conocimiento de lo oculto es tan valioso como el oro.
Serawen nació de la necesidad y la superstición. Tras el Cataclismo del Lilium, cuando los mares se volvieron impredecibles y nuevos monstruos acechaban en las profundidades, las rutas navales seguras eran escasas. Un grupo de exploradores, magos del clima y sabios devotos de Taladrios y Quiteon fundaron un puesto de observación en los Farallones del Susurro, el único lugar desde el que se podían estudiar las corrientes anómalas y las nieblas mágicas que asolaban la costa.
Lo que comenzó como una austera torre de vigilancia creció hasta convertirse en una ciudad. Sus fundadores, conocidos como los Primeros Vigías, desarrollaron técnicas únicas de cartografía que mezclaban la astronomía con la adivinación, creando Mapas que no solo mostraban la tierra, sino también los flujos de magia y el humor del océano. Esta pericia atrajo a capitanes, comerciantes y aventureros de todo Galvorn, y la ciudad floreció, gobernada por un Triumvirato que perpetúa el espíritu original de sus fundadores: Defensa, Comercio y Saber, tres faros guiando a la ciudad a través de cualquier tormenta.
La Espira del Susurro: Es el acantilado más alto y el centro administrativo y arcano de Serawen. Aquí se encuentra el Salón del Triumvirato y la gran biblioteca de los Guardianes de las Cartas Astrales. Su cima está coronada por un faro de cristal que emite una luz tranquilizadora, y se dice que sus paredes de roca susurran las predicciones del viento a quienes saben escuchar.
Los Muelles Colgantes: El distrito comercial de la ciudad no está en el agua, sino suspendido a cientos de pies sobre ella. Una serie de enormes plataformas de madera, ancladas a la roca con cadenas rúnicas, sirven como mercados y astilleros de reparación. Grúas impulsadas por elementales de aire suben y bajan mercancías y tripulaciones desde los barcos que atracan en las cuevas de la base.
El Santuario de la Ola Eterna: En la base de los farallones, una red de cavernas marinas horadadas por la marea alberga el principal templo a Yfrit. Solo se puede acceder durante la marea baja o mediante rituales de control del agua. Las paredes de la cueva brillan con vetas de perlas y salitre mágico, y el sonido de las olas que rompen en su interior es considerado la voz de la diosa.
Las Pozas del Vidente: Un conjunto de grutas aisladas y terrazas de meditación dedicadas a Taladrios. Las pozas de agua de mar, llenas por la marea, son utilizadas por los adivinos para escrutar el futuro. Es un lugar de silencio, solo roto por el goteo del agua, y el principal centro de recolección de las valiosas Perlas de la Niebla.
La vida en Serawen está marcada por un profundo respeto y temor al mar y a la niebla. Son un pueblo supersticioso que nunca nombra directamente a las grandes Lithernia/07_Bestias_Monstruos/Bestias marinas, refiriéndose a ellas con eufemismos como “El Profundo” o “La Sombra de Abajo”. Antes de cada viaje peligroso, las tripulaciones practican el “Rito del Silencio”, pasando un ciclo de marea en completa quietud para no atraer la atención de lo que acecha bajo las olas.
Su mayor celebración es el Festival de las Luces Flotantes, una noche al año en la que miles de linternas de papel encantadas se sueltan desde los acantilados. Se cree que estas luces guían a las almas de los marineros perdidos de vuelta a casa y apaciguan a los espíritus de la niebla. La narración es un arte sagrado, y los “Cantores de Marea”, maestros de los mitos marinos, son figuras tan respetadas como los miembros del Triumvirato.
La arquitectura de Serawen es una proeza de ingeniería y desafío a la gravedad. Los edificios de madera resistente a la sal y piedra blanquecina parecen parte orgánica del acantilado. No hay espacio desperdiciado; las casas se apilan unas sobre otras, con balcones que se asoman a un abismo de nubes y agua. El ambiente es húmedo y salado, y un viento constante silba a través de los puentes y callejones de cuerda. El sonido dominante es una sinfonía marítima: el estruendo de las olas lejanas, el grito de las aves marinas y el crujido perpetuo de la madera y las sogas que mantienen unida a la ciudad.
El Lamento del ‘Errante’: En las noches más espesas de niebla, los vigías afirman ver las luces de un barco fantasma, el Errante. La leyenda dice que su capitán hizo un pacto con un dios oscuro para navegar a través de cualquier tormenta, pero fue traicionado y condenado a vagar eternamente por la niebla, buscando las almas de los náufragos para añadirlas a su tripulación maldita.
El Ojo del Leviatán: Los Cantores de Marea susurran que la inusualmente profunda fosa sobre la que se asienta la bahía de Serawen no es natural. Cuentan que es el nido donde duerme un leviatán de tamaño inconcebible, una criatura de la Era del Primer Rey. Los ritos y la constante luz de los faros son lo único que lo mantiene en su letargo. Despertarlo significaría el fin de Serawen y, quizás, de toda la costa.
El Mapa de Ecos: Se rumorea que los Guardianes de las Cartas Astrales custodian un artefacto único: el Mapa de Ecos. No es un pergamino, sino una cuenca de agua marina encantada que, al ser tocada por una Perla de la Niebla, revela la ubicación de grandes tragedias y tesoros hundidos. Muchos creen que este mapa es la clave para encontrar una de las Lanzas Celestiales, perdida en el océano tras el Cataclismo del Lilium.