categoria: Reinos y Geografía cultura: Mythalaniana dg-publish: true fundador: Casa Silvanus gobierno: Aristocracia (Casa Silvanus) localizacion: Valle de la Memoria nombre: Mythalan poblacion_razas: Altos Elfos, Elfos Silvanos, Eladrines, Elfos Oscuros, Semielfos reino: Eldrador religion: Panteón Élfico (Principalmente Lerian y Arzia) subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - eldrador - lithernia - reinos_y_geografía tipo: Ciudad Archivo title: Mythalan summary: Mythalan, en el Valle de la Memoria, es la “Ciudad de los Tomos Vivientes”, dedicada a preservar la historia de Eldrador. Fundada por la Casa Silvanus tras el Cataclismo, alberga vastos archivos en árboles petrificados y mantiene una estricta tradición bajo la guía de Lord Aerion.
Enclavada en el silencioso Valle de la Memoria, Mythalan es un monumento al pasado de Eldrador. Conocida como la “Ciudad de los Tomos Vivientes”, su propósito no es gobernar ni comerciar, sino recordar. Aquí, la historia no se escribe, se respira. La ciudad está construida sobre un bosque de árboles gigantescos, petrificados por una magia ancestral, cuyos troncos colosales albergan las bibliotecas y archivos más completos de Lithernia. Delicadas torres de mármol blanco se elevan desde el suelo del valle, entrelazándose con las copas de árboles de hoja plateada, mientras puentes de luz de luna solidificada conectan los distintos niveles. Es un lugar de belleza serena y melancólica, un bastión de la tradición donde la rígida jerarquía de “La Mano de Hierro” se observa con una devoción casi religiosa.
Mythalan fue fundada tras el Cataclismo del Lilium por la Casa Silvanus, un antiguo linaje de historiadores Altos Elfos que vio con horror cómo el legado del mundo se convertía en cenizas. Mientras otros elfos buscaban poder o refugio, los Silvanus emprendieron una misión sagrada: preservar cada fragmento de conocimiento que sobrevivió a la devastación. Se asentaron en el Valle de la Memoria, un lugar tocado por una magia que había fosilizado un bosque entero, y comenzaron a tallar sus archivos en la madera de piedra.
Bajo el patrocinio de Lerian, la diosa del conocimiento, la ciudad se convirtió en un imán para eruditos, escribas y videntes de todo Eldrador. A diferencia de otras ciudades que evolucionaron, Mythalan se cristalizó en el tiempo, obsesionada con la pureza del pasado y la exactitud de sus crónicas. Su lealtad a la corona élfica es inquebrantable, pues ven en el orden monárquico la única salvaguarda contra el caos que una vez casi lo borró todo. Hoy, Mythalan es gobernada por Lord Aerion Silvanus, un regente tradicionalista que cree que el futuro solo puede construirse sobre los cimientos inmutables de la historia.
El Archivo Petrificado: El corazón y el alma de Mythalan. Es un laberinto de salas y pasillos tallados directamente en los troncos de los árboles petrificados. Cada árbol está dedicado a una era o tema específico. El aire aquí es frío y huele a polvo de piedra y a pergamino antiguo. Está custodiado por gólems rúnicos y magos de la abjuración.
Las Terrazas de Plata: El distrito residencial, donde las elegantes torres de mármol blanco ascienden hacia el dosel de hojas plateadas. La segregación de castas es visible en la arquitectura: la nobleza vive en las agujas más altas, conectadas por puentes de luz, mientras que las clases trabajadoras habitan en las estructuras más bajas, a la sombra de los grandes archivos.
El Atrio de Lerian: Una vasta plaza al aire libre cuyo suelo es un mosaico que narra la creación del mundo. Es un espacio de contemplación, donde los bardos recitan las grandes épicas y los magos proyectan ilusiones de batallas históricas para la instrucción de los jóvenes. En su centro se encuentra una estatua colosal de Lerian, tallada en mármol veteado de lapislázuli.
El Observatorio del Destino: Un templo dedicado a Arzia, diosa de las estrellas. Consiste en una cúpula de cristal encantado en la cima de la torre más alta, donde los oráculos Eladrin estudian el firmamento. Desde aquí, trazan el destino de reinos y reyes, interpretando los presagios como advertencias para preservar el orden establecido.
La vida en Mythalan es un ritual constante de preservación. El ritmo es lento, contemplativo y está dictado por la tradición. Se valora el linaje y la sabiduría acumulada por encima de cualquier logro personal. El arte de la ciudad se centra en tapices históricos encantados que susurran los relatos que representan y en la composición de poesía épica que puede tardar décadas en perfeccionarse.
Dos ceremonias marcan la vida cultural: la Fiesta de las Estrellas Fugaces, un solemne festival anual donde los oráculos interpretan los presagios del cielo en memoria del Cataclismo, buscando señales de que la historia no se repita. Y el Ritual de la Pluma, un juramento que cada Erudito realiza al alcanzar la madurez, en el que jura ante Lerian proteger la verdad por encima de todo. Este juramento se sella con un tatuaje mágico de una pluma de plata en el antebrazo.
La arquitectura de Mythalan es una fusión de naturaleza fosilizada y elegancia etérea. Los colosales troncos de los árboles-archivo, grises y cubiertos de Runas, contrastan con la blancura luminosa de las torres de mármol. Todo está conectado por senderos de piedra pulida y puentes hechos de luz de luna solidificada, un secreto arcano de la ciudad. El ambiente es de un silencio casi sepulcral, roto únicamente por el susurro del viento entre las hojas plateadas y el murmullo lejano de los cantos corales de los templos. La ciudad vive en una perpetua luz crepuscular, filtrada por el denso dosel, lo que le confiere una atmósfera de serena y eterna melancolía.
La Crónica de las Cenizas: Se susurra entre los escribas de más alto rango que en una bóveda oculta, en las raíces del árbol-archivo más antiguo, se esconde un tomo prohibido: la “Crónica de las Cenizas”. Este libro, encuadernado en piel de dragón y escrito con tinta de fuego y sangre, no solo revela el verdadero nombre del Primer Rey, sino que también contiene las claves para romper el sello de la Lanza Celestial Chronos. Acceder a él es la mayor de las herejías, castigada con el borrado del alma.
El Espectro de Kaelen: La leyenda cuenta que el fantasma de Kaelen, un bibliotecario Shadar-Kai que intentó robar conocimiento prohibido hace siglos, todavía vaga por los pasillos del Archivo Petrificado. Se dice que su espíritu, atado a su ambición, guía a los buscadores de conocimiento. A los puros de corazón, les muestra el camino hacia textos perdidos que pueden traer la iluminación. Pero a los ambiciosos, los conduce hacia grimorios malditos cuya lectura provoca una locura de la que no hay retorno.