categoria: Reinos y Geografía cultura: Cultura de la Reliquia dg-publish: true fundador: Grak an-Mator gobierno: Consejo de Excavadores localizacion: Páramos de la Ceniza nombre: Eldurnis poblacion_razas: Orcos (Clan Grimstone), Goblins, Hobgoblins, Tieflings reino: Mor’dhul religion: Culto secreto a ‘El Primer Erudito’ subcategoria: Ciudades tags: - ciudad - ciudades - lithernia - mor’dhul - reinos_y_geografía tipo: Ciudad de las Ruinas title: Eldurnis summary: Eldurnis, ciudad del Clan Grimstone en los Páramos de la Ceniza, fusiona ruinas élficas y arquitectura orca. Centro de excavación y estudio arcano, provee reliquias al trono de Mor’dhul, guiada por la devoción al conocimiento como poder.

Eldurnis

En los desolados Páramos de la Ceniza, donde el viento arrastra los ecos del Lilium, se alza Eldurnis, una ciudad que es tanto una cicatriz como un monumento. No es una creación, sino una ocupación. Aquí, la fuerza bruta del Clan Grimstone se ha superpuesto a la grácil belleza de unas ruinas élficas olvidadas, creando una amalgama única y austera. Muros de basalto negro rellenan las brechas de antiguas murallas de mármol blanco, y puentes de hierro y cuerda cruzan sobre patios hundidos que ahora sirven como vastos fosos de excavación. Eldurnis es un lugar de propósito implacable: un centro neurálgico para desenterrar el poder del pasado y empuñarlo como un arma en el presente sombrío de Mor’dhul.

Historia

Eldurnis nació de una anomalía orca. El Clan Grimstone, liderado por su legendario fundador Grak an-Mator (“Grak el Buscador”), siempre fue diferente. Mientras otros clanes Orcos buscaban la gloria en el fragor de la batalla, los Grimstone encontraban poder en el silencio de las ruinas. Hace siglos, tropezaron con los restos de una ciudad élfica sin nombre, barrida por el Cataclismo. En lugar de saquearla y abandonarla, Grak vio su verdadero valor: un arsenal de conocimiento y artefactos esperando ser reclamado.

Fundó Eldurnis sobre los huesos de la ciudad caída, estableciendo un nuevo tipo de dominio. Bajo su liderazgo, el clan desarrolló una cultura única, una extraña fusión de disciplina marcial y obsesión académica. Para mantener las apariencias con la capital, Eldurnis rinde culto público a Sel’thirak, pero en la oscuridad de sus catacumbas restauradas, la verdadera devoción del clan se dirige a “El Primer Erudito”. Esta deidad sincrética, nacida de Leyendas del Primer Rey y mitos de dioses olvidados, encarna su creencia fundamental: que el conocimiento no es para iluminar, sino para dominar. Hoy, Eldurnis es el principal proveedor de reliquias arcanas para el trono de Mor’dhul, una posición que le otorga una peligrosa autonomía.

Barrios y Zonas

Costumbres y Vida Cotidiana

La vida en Eldurnis es metódica y disciplinada. El día comienza con la “Llamada del Polvo”, un ritual al amanecer donde los equipos de excavación reciben sus asignaciones frente a los chamanes del clan. El símbolo de la ciudad, un cráneo de orco con un solo colmillo sobre el que reposa un libro abierto con una runa élfica rota, preside todas las ceremonias.

Los hallazgos importantes no se celebran con gritos, sino con un silencio reverencial en la “Cámara del Eco”. Allí, los chamanes intentan despertar la memoria latente del objeto a través de cánticos guturales que resuenan en la piedra antigua. Las disputas no se resuelven con duelos de hachas, sino con “Juicios de Interpretación”: los contendientes deben descifrar un texto o runa antigua. El que falla, demuestra su ignorancia y pierde el juicio, a menudo condenado a trabajar en las excavaciones más peligrosas.

Arquitectura y Ambiente

El ambiente de Eldurnis es de una quietud opresiva, cargada de polvo y secretos. Las estructuras orcas, funcionales y brutales, se aferran como parásitos a la elegancia moribunda de la arquitectura élfica. Arcos gráciles que una vez enmarcaron jardines ahora soportan pasarelas de hierro oxidado. El olor a tierra húmeda y metal frío se mezcla con una tenue fragancia de ozono mágico que emana de las ruinas. No hay música, solo el eco lejano de picos contra la roca y el silbido del viento a través de las torres rotas, un perpetuo lamento por un mundo perdido.

Leyendas Urbanas