cultura: Alloteniana dg-publish: true fundador: Gromnir el Litosonante gobierno: Consejo de los Maestros Talladores localizacion: Las Montañas Resonantes nombre: Allotena poblacion_razas: Enanos, Gnomos, Humanos, Semielfos, Genasi de Tierra reino: Valtoria religion: Adoración a Cirkon, Trovdor y Quiteon tags: - ciudad - ciudades - lithernia - reinos_y_geografía - valtoria tipo: Ciudad Caverna Musical title: Allotena categoria: Reinos y Geografía subcategoria: Ciudades summary: Allotena, ciudad subterránea en las Montañas Resonantes de Valtoria, está tallada en una geoda cristalina que amplifica sonidos. Fundada por artesanos y bardos, es un santuario de armonía donde la vida y la música se funden en una única sinfonía.
En el corazón de las Montañas Resonantes de Valtoria, Allotena no es una ciudad que se ve, sino una que se siente y se escucha. No fue construida, sino afinada. Excavada en las entrañas de una colosal caverna geodésica, sus paredes brillan con miles de cristales que atrapan y refractan la luz en un perpetuo crepúsculo. La arquitectura es una proeza de litomancia acústica: las viviendas y talleres, tallados directamente en la roca, están interconectados por túneles pulidos y puentes de cristal que no solo unen espacios, sino que amplifican cada sonido, desde el goteo de un manantial hasta el canto de un Bardo, convirtiendo la ciudad entera en un instrumento monumental. Un zumbido suave y armónico, el “Gran Canto”, impregna el aire, un recordatorio constante de que en Allotena, la vida y la música son una misma cosa.
La fundación de Allotena fue un acto de descubrimiento y devoción. Siglos atrás, un maestro artesano y Bardo enano llamado Gromnir el Litosonante, buscando un lugar donde la creación no fuera solo forja y metal, sino también melodía y espíritu, se adentró en las profundidades de la tierra. Guiado por un eco que solo él parecía oír, encontró la gran geoda. En su interior, descubrió que la piedra no era silente; cantaba.
Junto a sus seguidores, una mezcla de Enanos artesanos, Gnomos fascinados por la física del sonido, y bardos Humanos y Semielfos en busca de la melodía perfecta, Gromnir comenzó a “esculpir el sonido”. En lugar de imponer su voluntad sobre la roca, aprendieron a seguir sus vetas y resonancias naturales. Fundaron Allotena como un santuario a la armonía, un lugar donde la colaboración y la paciencia eran las herramientas más preciadas. Hoy, la ciudad es un faro de cultura y arte en Valtoria, un testimonio de que la creación más duradera es la que nace de escuchar a la tierra.
La Cúpula del Eco: Es el corazón de la ciudad, la cavidad central de la geoda. Aquí, el sonido viaja en patrones perfectos. Los grandes coros cavernosos de Allotena actúan en este anfiteatro natural, y las decisiones del Consejo de Maestros Talladores se anuncian aquí, pues se dice que la cúpula rechaza las palabras falsas.
Las Galerías del Canto: Los distritos residenciales y artesanales, compuestos por una red de túneles y cámaras más pequeñas. Cada túnel está tallado para llevar las melodías de los talleres y los hogares a través de la ciudad, creando una sinfonía comunal. Las fachadas de las viviendas están incrustadas con cristales resonantes que brillan con una luz suave y emiten un tono único para cada familia.
El Puente del Diapasón: Un espectacular puente de cristal puro que cruza el abismo central de la caverna. Su estructura está diseñada para vibrar con el Gran Canto de la ciudad, y caminar sobre él es una experiencia inmersiva, donde uno puede sentir la música de Allotena en sus propios huesos.
El Santuario del Silencio: Una pequeña y aislada caverna en lo más profundo de la ciudad, forrada con minerales que absorben completamente el sonido. Es el único lugar verdaderamente silencioso de Allotena. Aquí se celebra el clímax del festival del “Gran Silencio”, un día en que los habitantes meditan para “escuchar el latido de la montaña”.
La vida en Allotena se centra en la búsqueda de la armonía. La ‘Litomancia Acústica’, una forma de adivinación que interpreta las vibraciones de la tierra, es una práctica común para tomar decisiones importantes, desde elegir el lugar para una nueva construcción hasta prever desprendimientos. Los conflictos se resuelven a través de “duelos armónicos”, donde los disputantes deben crear una melodía juntos, buscando un consenso en lugar de una victoria.
El trabajo es una forma de arte. Los herreros golpean el metal al ritmo de canciones ancestrales, creyendo que la cadencia de Trovdor imbuye de precisión a sus herramientas. Los mineros escuchan las canciones de Cirkon en la roca para encontrar las vetas más puras. Incluso el viento que se cuela por las grietas superiores es venerado como el aliento de Quiteon, trayendo nuevas inspiraciones melódicas desde el mundo exterior.
El ambiente de Allotena es de una paz resonante y una belleza cristalina. No hay oscuridad completa; los cristales geodésicos emiten un resplandor constante que tiñe la ciudad de tonos azules, violetas y ambarinos. El aire es fresco y lleva consigo el olor a piedra húmeda y a ozono. La ciudad entera vibra con una energía palpable, un murmullo subyacente que es a la vez calmante y vigorizante. Cada estructura, cada pasadizo, está diseñado no solo para ser funcional, sino para contribuir a la gran sinfonía que es Allotena.
El Lamento del Dragón Sónico: Muchos en Allotena creen que el “Gran Canto” que envuelve la ciudad no es natural. La leyenda dice que es el eco eterno del lamento de un dragón sónico ancestral, una criatura de pura melodía que fue derrotada y petrificada en la caverna más profunda hace eones. Algunos temen que si el canto cesa, el espíritu del dragón despertará en un grito de furia. Otros, más osados, buscan la “tumba” del dragón, creyendo que su corazón de cristal contiene la esencia de toda la música.
La Frecuencia de la Ruptura: Se susurra entre los maestros talladores más ancianos que existe un tono prohibido, una frecuencia única capaz de desintegrar la roca y hacer colapsar la propia montaña. Este conocimiento, supuestamente heredado del propio Gromnir como un arma de último recurso, es el secreto mejor guardado de Allotena. Los espías de Mor’dhul han intentado infiltrarse en la ciudad durante generaciones, no en busca de oro o mithril, sino de esta nota devastadora que podría convertir la mayor fortaleza de Valtoria en polvo.