alias: Hijos del Cataclismo categoria: Razas y Pueblos creencias: Creen ser los aliados naturales del Heroes en la Profecía del Retorno del Rey. dg-publish: true habilidades_innatas: Resistencia al fuego y al calor, poder arcano en bruto, afinidad y curación en tierras desoladas. origen: Descendientes de mortales imbuidos por Lithernia/El_Cataclismo_del_Lilium|Lithernia/01_Historia/08_EraActual/El_Cataclismo_del_Lilium|El_Cataclismo_del_Lilium del Lilium durante el Cataclismo posicion_social: Parias rechazados por la mayoría de sociedades; vistos como abominaciones, presagios de desastre o corrupciones de la naturaleza. rasgos_notables: Cicatrices que brillan con fulgor ambarino o carmesí, ojos sin pupila con luz interna, piel con textura de obsidiana agrietada o ceniza. subcategoria: Genasi tags: - genasi - lithernia - raza - razas_y_pueblos title: Los Hijos del Cataclismo summary: Los Hijos del Cataclismo son descendientes de mortales transformados por el poder caótico del Lilium tras la Gran Guerra. Marcados por cicatrices brillantes y resistencia al fuego, son parias temidos y rechazados en las sociedades de Lithernia.
En los rincones más sombríos de Lithernia, en las tierras baldías donde el suelo aún susurra con el dolor del fuego eterno, caminan los Hijos del Cataclismo. No son una raza creada por los dioses, sino un eco viviente de la era que precedió a la Gran Guerra, un testamento de la furia divina y la indomable voluntad de supervivencia mortal. Son los descendientes de aquellos que no perecieron bajo el Lilium, sino que fueron deshechos y rehechos por su poder caótico, marcados en cuerpo y alma por la tragedia que dio forma al mundo actual.
Cuando los dioses, en su cólera, desataron el [[Lilium sobre el mundo para castigar la rebelión del Primer Rey, la mayor parte de la humanidad ancestral fue borrada de la existencia. Sin embargo, no todos murieron. En los lugares donde la energía del cataclismo fue más extraña y volátil, algunos mortales fueron imbuidos por El_Cataclismo_del_Lilium. Sus cuerpos y almas se convirtieron en crisoles donde la esencia de la vida mortal luchó contra la magia divina pura y destructiva.
Los que sobrevivieron a esta agonizante transformación dieron a luz a un nuevo linaje. Estos son los Hijos del Cataclismo, portadores de una herencia que no proviene de ninguna deidad del panteón actual, sino del propio evento que dividió la historia. Su sangre recuerda un mundo unificado, y su existencia misma es una afrenta silenciosa a los dioses que intentaron borrar todo rastro del legado del Rey.
Los Hijos del Cataclismo son tan variados como las llamas del Lilium, pero todos portan las marcas de su origen.
La sociedad de Lithernia, forjada por los dioses tras el Cataclismo, no tiene un lugar para sus Hijos. Son vistos con una mezcla de miedo, desprecio y superstición.
Debido a este rechazo universal, muchos Hijos del Cataclismo viven como ermitaños en las tierras baldías. Algunos han formado pequeñas comunidades nómadas y secretas, clanes de supervivientes que se protegen mutuamente y preservan las tradiciones orales de un mundo olvidado. Otros encuentran refugio entre los Descastados de Mor’dhul, donde su condición de paria es, irónicamente, la norma.
Los Hijos del Cataclismo ocupan un lugar único y ambiguo en la Profecía del Retorno del Rey. El augurio afirma que el Heroes elegido “purgará el mundo de las creaciones fallidas de los dioses”. Para muchos Hijos del Cataclismo, esta frase es un faro de esperanza. Ellos no son una creación de los nuevos dioses; son los últimos vestigios de la humanidad del Rey.
Creen que están destinados a ser los aliados naturales del Heroes, los únicos que comprenden verdaderamente la injusticia cometida por el panteón divino. Se susurra entre ellos que solo alguien con la sangre del Lilium puede tocar sin ser destruido los artefactos de la era del Primer Rey o soportar la energía liberada al quebrar una de las Lanzas Celestiales. Por ello, muchos buscan activamente señales del cumplimiento de la profecía, listos para ofrecer su lealtad y su poder a la causa que podría devolverles su lugar en el mundo o, en su defecto, vengar el que les fue arrebatado.