afiliacion: Reino de Mor’dhul alias: El Tirano Inmortal del Reino de la Muerte categoria: Personajes y Agrupaciones clase: Soberano, Nigromante dg-publish: true estado: Inmortal nombre: Sel’thirak raza: Tiefling reino: Mor’dhul religion: Panteón Korogrim (Encarnación del dios de la muerte) residencia: Ciudadela de Obsidiana subcategoria: Villanos tags: - gobernante - korogrim - lich - lithernia - mordhul - personaje - personajes_y_agrupaciones - villanos tipo: Lich title: El Lich-Rey de Mordhul summary: Sel’thirak, el Lich-Rey de Mor’dhul, es un tirano inmortal que gobierna mediante necromancia, rituales de sangre y pactos infernales. Su poder divino y militar mantiene un reino de terror y fanatismo, sostenido por una corte de sombras y secretos mortales.

El Lich-Rey de Mordhul

El Tirano Inmortal del Reino de la Muerte

Sel’thirak, conocido como El Lich-Rey de Mor’dhul, es el gobernante absoluto de Mor’dhul, un reino eternamente envuelto en cenizas y sombras. Como encarnación mortal del dios de la muerte del panteón Korogrim, combina divinidad y umbralidad en una figura temida por mortales y deidades por igual. Desde su trono en la Ciudadela de Obsidiana, en la capital homónima, gobierna mediante rituales de sangre, pactos con entidades infernales y una red de necromancia institucionalizada que mantiene a su reino en un equilibrio perverso entre el terror y la obediencia fanática.

Apariencia y Origen Divino

Sel’thirak se presenta como un tiefling de proporciones monumentales, con piel del color del ébano pulido y ojos que arden como brasas sumergidas en brea. Dos cuernos retorcidos coronan su cabeza, entre los que flota una corona de hueso eterno tallada con Runas que absorben la luz circundante. Su armadura ceremonial, forjada con placas de hierro vil extraído de volcanes malditos, emite un zumbido constante de almas atrapadas —cada una de ellas perteneciente a un rival derrotado o a un traidor ejecutado.

Su existencia como lich-rey se debe a un pacto ancestral: durante la coronación mortal de Sel’thirak (hace más de cinco siglos), consumió el alma de Kael’thrak, el último rey orco de Mor’dhul, y al hacerlo quemó su propio cuerpo mortal en las llamas del Lilium. Desde entonces, su esencia quedó ligada a una filacteria desconocida —posiblemente el mismísimo Altar de Sombras bajo la capital—, otorgándole inmortalidad al precio de sacrificios periódicos de almas puras.

Reinado y Rituales de Sangre

La teocracia del Lich-Rey se basa en tres pilares sagrados: 1. La Ascensión por la Espada: Solo los más fuertes gobiernan; las rebeliones entre clanes son permitidas (y fomentadas) como prueba de valía ante el trono. 2. El Pacto del No-Muerto: Todo súbdito debe jurar lealtad no solo en vida, sino también en muerte. La necromancia militarizada mantiene ejércitos esqueléticos en reserva en fosas colosales bajo Noblestevo y Chega. 3. El Tributo del Latido: Cada luna nueva, delegados de todas las ciudades traen sangre viva (Humanos, elfos o prisioneros de guerra) para alimentar los fuegos rituales del Lich-Rey. Se dice que quien se niega tiene su corazón arrancado por las Garras de Lakros, gólems guardianes forjados con sangre del dios de la guerra.

Su festividad más terrible es la Noche del Lilium, donde hace arder en hogueras públicas a cientos de herejes mientras profetiza sobre el “fuego eterno que purgará a los indignos” —un recordatorio tácito de su poder para repetir el castigo divino que arrasó Lithernia en el pasado.

La Corte Eterna y Sus Sombra

El Lich-Rey gobierna rodeado de tres figuras clave: - Lady Xandria “La Susurrante”: Su hechicera personal, capaz de infiltrar mentes y tejer ilusiones que mantienen la nobleza en constante paranoia. Maestra de magia psiónica oscura. - Lord Volrath “La Mano Negra”: Comandante de los ejércitos de Mor’dhul, un orco convertido en no-muerto ungido por el propio Sel’thirak. Su hacha Rompealmas drena la fuerza vital de quienes hiere. - La Voz del Lilium: Un misterioso oráculo sin rostro que habita en una columna de humo perpetuo en el trono real. Sus profecías dictan las campañas militares y las purgas internas del reino.

Las intrigas palaciegas son tan letales como las batallas abiertas. Se rumorea que el Lich-Rey permite las conspiraciones (incluso las que apuntan a derrocarlo) como forma de detectar debilidad en sus filas. Aquellos traidores expuestos sufren el Destierro Silente: sus almas son encerradas en faroles de agonía que iluminan las calles de la capital mientras gritan eternamente.

Secretos y Legado Maldito

Sel’thirak guarda dos secretos que podrían desatar su caída: - El Juramento con Thyrgram: En su coronación, pactó sangre con el dios de la guerra (su padre) para garantizar conflicto perpetuo en Mor’dhul. Si la guerra cesara, su inmortalidad se debilitaría. - El Pecado contra el Primer Rey: Fue él quien clavó la Lanza Mortum en el costado del Primer Rey durante el Cataclismo. Un fragmento de esa lanza, guardado en su cámara privada, es su mayor vulnerabilidad —se dice que si se rompe, el sello del Primer Rey podría resquebrajarse.

Hoy, el Lich-Rey observa el mundo con desdén divino. Mientras su guardia de Caballeros Muertos Vivientes impone su ley, él se dedica a descifrar la próxima etapa de la profecía del retorno del Rey de Lithernia. Sabe que el día que un Heroes alcance una de las Lanzas, su reinado tendrá los minutos contados… y planea convertir ese momento en un holocausto que arrase Lithernia antes de rendir su trono.