agrupacion: Clan Vilethorn alianzas: - Clan Nighthawk (Intercambio pragmático de inteligencia por venenos) - El Cónclave Silencioso de Nynthil (Relación transaccional de secretos por “soluciones” alquímicas) categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Syrenya dg-publish: true edad: 120 escudo: Una serpiente de obsidiana enroscada mordiendo su propia cola en un ouroboros. De su colmillo gotea una única gota de veneno púrpura sobre un campo negro. lema: La Sombra Golpea Donde el Acero Falla nombre: Xyrak Vilethorn relaciones: - Morwenna Vilethorn (Mentora y matriarca del clan, lealtad absoluta) - Red de Informantes Adictos (Herramienta principal de poder, mantenida a través de brebajes exclusivos) rivalidades: - Clan Vexia (Guerra fría por el control de los negocios ilícitos de Syrenya) - Clan Kromagul (Rivalidad filosófica sobre la efectividad del dolor físico frente al veneno silencioso) rol: Maestro de Espías y Verdugo Principal subcategoria: Personajes tags: - alquimista - clan - espía - lithernia - mor’dhul - personajes - personajes_y_agrupaciones - tiefling tipo: Clan summary: Xyrak Vilethorn, Maestro de Espías y Verdugo del Clan Vilethorn en Mor’dhul, domina la intriga y el veneno psicológico. Experto en toxinas y manipulación, usa su “Niebla del Olvido” para controlar enemigos y tejer redes de poder en las sombras.
En el pútrido y ambicioso corazón de Mor’dhul, donde el poder se mide en gritos o en oro, Xyrak Vilethorn ha elegido una métrica diferente: el silencio. Nacido en el seno del Clan Vilethorn, un cónclave fundado por apotecarios Shadar-Kai exiliados y magos Tiefling, Xyrak fue adoctrinado desde joven en una verdad fundamental: el veneno más potente no es el que detiene el corazón, sino el que retuerce la voluntad.
Su linaje Tiefling le confirió una afinidad natural por la sombra y la intriga, pero fue su mentora, la enigmática matriarca del clan Morwenna, quien vio en él la paciencia de una araña y la precisión de un cirujano. Bajo su tutela, Xyrak no solo aprendió a destilar toxinas de flores lunares y bilis de basilisco, sino que dominó el arte de la Alquimia social. Comprendió que la adicción, la paranoia y el secreto eran venenos para el alma, mucho más eficaces que cualquier ponzoña física.
Su ascenso a Maestro de Espías fue meteórico y sigiloso. Mientras el Clan Kromagul exhibía sus trofeos de carne torturada, Xyrak desmantelaba redes rivales sin levantar la voz. Su obra maestra fue la creación y perfeccionamiento de la “Niebla del Olvido”, una toxina etérea capaz de borrar recuerdos específicos, convirtiendo a enemigos en aliados desmemoriados y a testigos en fantasmas con la mente en blanco. Con esta herramienta, aseguró la lealtad de figuras clave en Syrenya, tejiendo una red de informantes que no cooperan por miedo al dolor, sino por la desesperada necesidad del próximo brebaje que calma sus nervios o les devuelve un ápice de falsa lucidez.
Como Verdugo Principal, Xyrak es el instrumento final del clan. No blande un hacha, sino una aguja. Sus ejecuciones son obras de arte macabro: muertes que parecen accidentes, enfermedades súbitas o suicidios inexplicables. Desprecia la brutalidad del Clan Kromagul, considerándola un “arte burdo y ruidoso”, una admisión de fracaso. Para Xyrak, el éxito es un obituario que nadie cuestiona, un trono que se vacía sin que nadie sepa quién empujó a su ocupante. Su lealtad a Morwenna es absoluta, pues ve en ella la arquitecta de una filosofía de poder que él se encarga de ejecutar con devoción. Su ambición no es gobernar abiertamente, sino ser la mano invisible que mueve los hilos de Mor’dhul, asegurando que la sombra de los Vilethorn se alargue más que la de cualquier otro clan.
Xyrak posee la gracia contenida de un depredador en reposo. A sus 120 años, su herencia Tiefling se manifiesta con una elegancia sutil: su piel tiene el tono pálido de la piedra lunar, y dos cuernos negros y lisos se curvan hacia atrás desde su sien, desapareciendo entre su cabello oscuro y sedoso. Sus ojos, de un intenso color amatista, rara vez parpadean y parecen analizarlo todo con una calma inquietante. Es de complexión delgada y ágil, y sus movimientos son deliberados, económicos y absolutamente silenciosos.
Viste con ropajes de alta calidad pero discretos, típicamente túnicas de seda negra o gris oscuro sobre una armadura de cuero endurecido casi imperceptible. Evita cualquier ornamento que pueda delatar su estatus, prefiriendo la funcionalidad a la ostentación.
Equipamiento Relevante: * Dagas de Estilete Gemelas: Finas y letales, forjadas con un metal oscuro que no refleja la luz. Sus hojas están acanaladas para administrar veneno con la más mínima punción. * Viales de Cristal de Sombra: Una colección de pequeños viales irrompibles, asegurados en un bandolera oculta bajo su túnica. Contienen sus creaciones más preciadas, desde la mortal “Lágrima del Basilisco” hasta la infame “Niebla del Olvido”. * Anillo del Ouroboros: Su anillo de sello del clan, una serpiente de obsidiana que muerde su cola. La cabeza de la serpiente es un compartimento oculto que contiene una única dosis de un veneno de acción instantánea, su último recurso. * Kit de Alquimista Maestro: Un estuche de cuero que contiene herramientas de precisión para analizar y preparar sus toxinas sobre el terreno: morteros de obsidiana, pipetas de cristal y reactivos exóticos.
Xyrak Vilethorn no es un conquistador ni un general, pero su influencia en Mor’dhul es tan profunda como la de cualquier señor de la guerra. Encarna la filosofía de su clan, demostrando que el poder más duradero no se impone por la fuerza, sino que se infiltra como una enfermedad. Ha redefinido el espionaje en el reino oscuro, sustituyendo la coacción bruta por la dependencia química, creando una red de información más leal y desesperada que ninguna otra.
Su rivalidad con el Clan Kromagul es más que una simple disputa; es una batalla por el alma de la tiranía en Mor’dhul. ¿Gobernará el miedo al dolor físico o el control insidioso de la mente y el espíritu? La respuesta a esta pregunta podría dictar la futura estrategia de expansión de Sel’thirak y su reino.
A través de sus alianzas, los venenos de Xyrak han llegado a las cortes de Eldrador y a los pasillos del poder de otros reinos, sembrando discordia y eliminando obstáculos de forma anónima. Es un arma de guerra política, un cáncer que se extiende por el tejido de Lithernia sin que sus víctimas sepan siquiera que están enfermas.
Xyrak Vilethorn no busca grabar su nombre en la historia con monumentos de piedra, sino con los silencios que deja tras de sí: las traiciones no contadas, los secretos enterrados y los tronos que se tambalean sin saber por qué.