agrupacion: Casa Volantis alianzas: Casa Sylva de Erwynn, Los Tejedores de Savia categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Eranthil (Reino de Eldrador) dg-publish: true edad: 610 escudo: Una flecha de plata con plumas de Fénix, cruzando verticalmente una luna creciente de obsidiana, sobre un campo verde bosque. lema: La Cuerda Tensa, el Destino Certero. nombre: Voron del Taller relaciones: Elara Volantis (Pupila y líder actual de la Casa) rivalidades: La Alta Nobleza de Eranthil, Casa Valerius de Yndoriel rol: Maestro Ebanista y Custodio de la Tradición de la Casa Volantis subcategoria: Personajes tags: - artesano - casa noble - eldrador - elfo del bosque - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones tipo: Casa Noble Menor (Artesanal) summary: Voron del Taller, el artesano ancestral de la Casa Volantis en Eldrador, es maestro del arte de liberar el arco oculto en la madera. Su vida es una devoción silenciosa a la perfección funcional y al legado noble más allá de la sangre.
En los salones dorados y las torres de marfil de Eldrador, donde el linaje y la sangre ancestral lo son todo, Voron no es un lord, ni un general, ni un Mago de la corte. Es algo más fundamental: es el corazón latente de su casa, el custodio de su alma de madera. Su nombre de pila es Voron, pero en todo el reino es conocido por su epíteto, “del Taller”, un título ganado no por herencia, sino por seiscientos años de devoción a un arte que es a la vez oficio, fe y arma.
Nacido como un Elfo del Bosque poco después de que Faelar Volantis, el legendario ‘Arquero Silente’, elevara a su gremio de artesanos al estatus de casa Noble, Voron es uno de los pocos que aún recuerda las enseñanzas directas de los fundadores. Creció entre el aroma de la savia y el aserrín, aprendiendo que la verdadera nobleza no reside en la seda y las gemas, sino en la perfección funcional. Para él, el Tejido del Maná no es algo que se conjura con palabras, sino una corriente que se siente vibrar en la veta de un árbol milenario, una energía que debe ser guiada, no forzada.
Su vida ha sido una peregrinación silenciosa hacia la maestría. Mientras otros nobles élficos competían en justas o intrigas palaciegas, Voron pasaba décadas estudiando un único tronco de madera de corazón petrificado, aprendiendo sus secretos, sus tensiones y la canción que dormía en sus fibras. Su filosofía, que ha transmitido a generaciones de aprendices, es que un artesano de la Casa Volantis no “crea” un arco, sino que “libera” el arco que ya existe dentro de la madera. Cada corte de su gubia y cada pulido con resinas alquímicas es un ritual: una ofrenda a Ferion, que bendice el bosque, y una plegaria a Arzia, que guía la flecha hacia las estrellas y su destino final.
Su relación con Elara Volantis, la joven y ambiciosa líder actual de la casa, es el eje de su existencia. Él fue su maestro, y ve en ella el fuego y la visión de Faelar, pero también teme que su ansia por legitimar a los Volantis ante la arrogante nobleza de Eranthil la aleje de sus raíces. A menudo, sus consejos son un ancla que la devuelve al taller, recordándole que el poder de su casa no nace en los salones del Rey, sino en el silencio donde la madera y la mano se vuelven uno.
Voron ha enfrentado el desdén de las casas rivales toda su vida. Recuerda con una sonrisa irónica la vez que un joven lord de la Casa Valerius se refirió a su trabajo como “simple carpintería”. Voron, sin decir palabra, le entregó un arco recién terminado. La fuerza necesaria para tensarlo casi quiebra al Noble, y la flecha que liberó partió una roca a trescientos pasos. Desde entonces, el desprecio de sus rivales se tiñe de un miedo respetuoso. Por el contrario, mantiene lazos profundos con sus aliados, especialmente con Los Tejedores de Savia, los únicos capaces de nutrir y cosechar la madera viva sin extinguir su espíritu, a quienes considera verdaderos hermanos en su fe por la naturaleza.
Su motivación no es la gloria, sino la perdurabilidad. Quiere asegurar que el legado de la Casa Volantis —la prueba de que el mérito es más Noble que la cuna— no se corrompa. Su lucha no es en el campo de batalla, sino en el alma de su casa, una batalla silenciosa contra el olvido y la vanidad.
Voron tiene la apariencia de un Elfo del Bosque endurecido por el tiempo y el trabajo. Con 610 años, su piel curtida tiene la textura del cuero fino y está surcada por arrugas que parecen las vetas de un roble. Es alto y enjuto, pero sus hombros y brazos poseen la fuerza fibrosa de quien ha pasado siglos tensando madera y blandiendo herramientas. Su cabello, del color de la corteza de abedul plateado, lo lleva largo y recogido en una sencilla trenza de cuero. Sus ojos, de un profundo color musgo, reflejan una paciencia infinita, pero se encienden con una chispa de orgullo feroz cuando habla de su oficio.
No viste las sedas ni los brocados de la nobleza de Eldrador. Su atuendo habitual es una túnica de lino verde oscuro bajo un delantal de cuero grueso, manchado por incontables resinas, barnices y el polvo de maderas exóticas. Sus manos son su rasgo más distintivo: callosas y fuertes, con dedos largos y sorprendentemente ágiles, capaces de detectar la más mínima imperfección en una superficie.
Su único ornamento es un pequeño colgante de madera de tejo petrificado, una pieza descartada del primer arco que ayudó a crear.
Equipamiento Relevante: * Las Herramientas del Taller: Voron no porta armas, sino sus herramientas, que son extensiones de su propia alma. Cada una tiene un nombre y una historia. Destacan la “Gubia Silente”, heredada de Faelar, que se dice que puede cortar la madera sin producir sonido; y el “Martillo del Corazón”, usado para asentar las empuñaduras, cuyo golpe resuena con el latido del bosque. * El Arco del Maestro: Siempre lleva consigo un arco largo de madera de serbal. A simple vista parece una pieza funcional pero sin adornos. Es un arco que él considera “imperfecto”, uno de sus muchos experimentos. Aun así, su potencia y precisión superan con creces a los mejores arcos de cualquier otra armería en Lithernia.
El impacto de Voron del Taller en Lithernia es tan silencioso y profundo como las raíces de un árbol ancestral. Aunque su nombre no figure en las crónicas de grandes batallas, sin su maestría, la defensa de las fronteras de Eldrador contra las incursiones de Mor’dhul sería mucho más precaria. Cada arco que sale de su taller es un baluarte, un voto de protección que resuena en todo el reino.
Voron representa la encarnación viva de la filosofía de la Casa Volantis: un faro de meritocracia en la rígida y estancada sociedad de castas élfica. Es un símbolo para todos los artesanos del reino, la prueba de que el verdadero poder puede florecer desde el trabajo humilde y la dedicación absoluta. Su existencia es una espina clavada en el orgullo de la alta nobleza, un recordatorio constante de que la utilidad y la fuerza a menudo superan a la pompa y la ceremonia.
Su legado más duradero, sin embargo, será Elara Volantis. El futuro de la casa depende de si ella logra equilibrar las enseñanzas de su mentor sobre la humildad y la pureza del oficio con las exigencias políticas de su tiempo. La influencia de Voron determinará si Casa Volantis se convierte en un poder respetado y autónomo en Eldrador o si se disuelve en un intento fallido por imitar a las casas que los desprecian. En el gran tapiz de Lithernia, Voron del Taller es un hilo modesto pero indispensable, cuya tensión asegura que el destino de muchos siga un curso certero.