agrupacion: Los Custodios de la Llama Durmiente alianzas: - Rebeldes de Chéneras - Células Disidentes en Galvorn categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Thirawen dg-publish: true edad: 95 escudo: Una corona de plata rota, envuelta en cuatro cadenas de obsidiana. Desde la fractura, emana la luz de una única estrella de ocho puntas. lema: Su sueño es nuestra vigilia, su despertar será nuestra gloria. nombre: Vexian, el Desheredado relaciones: - Mentor de Ghorza - Rival ideológico del Guardián de Thirawen rivalidades: - El Trono de Mor’dhul (Clan Sel’thirak) - El Culto de Valarios - La Casa Astralis de Vallatheas rol: Heraldo Principal subcategoria: Personajes tags: - culto - heraldo - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones - revolucionario tipo: Culto summary: Vexian, nacido en una rama deshonrada de la Casa Rellian, es el Heraldo Principal de los Custodios de la Llama Durmiente. Lidera una insurrección en Thirawen para restaurar al Primer Rey y desafiar la tiranía divina que domina Lithernia.
Nacido en el seno de una rama menor y deshonrada de la Casa Rellian de Galvorn, Vexian nunca conoció la opulencia ni el poder. Su linaje fue marcado por la infamia generaciones atrás, cuando sus ancestros, devotos cronistas del mar, se atrevieron a registrar y difundir fragmentos de la verdadera historia del Primer Rey. Fueron declarados herejes, despojados de sus títulos y tierras, y condenados a vagar como un eco de su antigua gloria. “El Desheredado” no es un apodo que Vexian eligió; es la herencia que corre por sus venas, una cicatriz que le recuerda a diario el orden injusto impuesto por los dioses usurpadores.
Su juventud fue una lucha por la supervivencia en los barrios bajos de los puertos de Galvorn, donde aprendió que la lealtad de los olvidados vale más que el oro de cualquier Noble. Fue allí donde su resentimiento se transformó en propósito al encontrar a los Custodios de la Llama Durmiente. En sus susurros y textos prohibidos, Vexian no encontró solo una historia alternativa, sino la promesa de redención: la Profecía del Retorno del Rey. Para él, restaurar al monarca legítimo no es una ambición, sino un deber sagrado para sanar un mundo fracturado por la tiranía divina.
Con el tiempo, su elocuencia forjada en el debate callejero y su fanatismo templado en acero lo convirtieron en el Heraldo Principal del culto. Es el arquitecto de la rebelión silenciosa, el tejedor de alianzas improbables. Su mayor hazaña no fue en un campo de batalla, sino en las minas de esclavos de un clan orco menor, donde rescató a una joven orca llamada Ghorza. En ella vio el reflejo de la opresión que sufrían todas las “creaciones fallidas” y la tomó como su protegida, demostrando con hechos la visión unificadora del Primer Rey.
Ahora, con base en la ciudad-prisión de Thirawen, Vexian aviva las llamas de la insurrección. Considera al Guardián de Thirawen un carcelero ciego, un peón del sistema que perpetúa el sufrimiento. Su rivalidad es una guerra de ideas librada en las sombras, donde cada alma convertida a su causa es una victoria contra los dioses. Vexian es consciente del peligro que representa, no solo para el Trono de Mor’dhul, sino para el equilibrio precario de todo Lithernia. Pero a sus 95 años, sabe que el tiempo se agota y está dispuesto a sacrificarlo todo para que la Llama Durmiente finalmente despierte.
Vexian es un hombre de edad avanzada, pero su figura no está encorvada por el peso de los años, sino erguida por la fuerza de su convicción. Su rostro, surcado por las arrugas de una vida dura, enmarca unos ojos grises, penetrantes y llenos de un fuego que desmiente su edad. Su cabello, largo y plateado, lo lleva recogido en una sencilla trenza.
Viste con la austeridad de un peregrino: una túnica de lana oscura, gastada pero impecable, y un manto pesado para protegerse de los vientos fríos de Thirawen. No porta armadura ni armas ostentosas. Su único compañero es un bastón de madera de roble nudoso, coronado con una pieza de obsidiana sin pulir. Más que un arma, es un símbolo de su autoridad como heraldo y un apoyo en sus largos viajes.
Oculto bajo su túnica, lleva un pequeño medallón de plata con el escudo del culto grabado, frío al tacto como un recordatorio constante de su juramento. También transporta un estuche de cuero sellado que contiene pergaminos frágiles: copias de los textos prohibidos sobre la profecía y Mapas estelares que, según cree, señalan la ubicación de las Lanzas Celestiales.
Vexian, el Desheredado, no es un conquistador ni un rey, pero su impacto potencial en Lithernia es incalculable. Como Heraldo Principal de los Custodios, es el catalizador del cambio más radical que el continente podría enfrentar desde el Cataclismo del Lilium. Si tiene éxito, su nombre será recordado como el del profeta que devolvió a su legítimo monarca y puso fin a la Gran Guerra, uniendo a todas las razas bajo un mismo estandarte.
Sin embargo, si fracasa, o si la profecía resulta ser una mentira o una trampa, Vexian será recordado como el fanático que desató un caos sin precedentes. Su rebelión podría provocar una purga brutal por parte de Mor’dhul y sus aliados, o peor aún, podría ser el detonante de un conflicto que atraiga de nuevo la ira directa de los dioses. Su legado, por tanto, pende de un hilo: ser el partero de una nueva era de paz o el incendiario que quemó el mundo en la búsqueda de un sueño imposible.