agrupacion: Casa Faelgard alianzas: Ciudad de Sylorian, Casa Galanthil de Eldrador categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Sylorian dg-publish: true edad: 450 escudo: Un yelmo de enano de granito verde, del cual brotan astas de ciervo hechas de plata sobre un campo de color tierra. lema: La Piedra Cede, el Deber Permanece nombre: Maestre Elara Cantosavia relaciones: Matriarca espiritual de la Casa Faelgard, protectora jurada del linaje de Kaelen ‘Cuernoverde’, mentora de Thalia. rivalidades: Casa Dravonis, Clan Nighthawk rol: Archidruida de los Guardianes Verdes, Consejera Principal de la Casa Faelgard subcategoria: Personajes tags: - casa faelgard - druida - elfo silvano - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones - valtoria tipo: Casa Noble Enana (Consejera Principal y Matriarca Espiritual) summary: Maestre Elara Cantosavia, druida élfica y matriarca espiritual de la Casa Faelgard, unió a elfos y enanos para fundar Sylorian. Su sabiduría y poder protegen el Valle Verdeante y mantienen la frágil alianza frente a amenazas internas y externas.
En los anales de Valtoria, donde el eco de los martillos y el honor del metal son ley, pocos nombres resuenan con la extraña armonía de la piedra y la hoja como el de Elara Cantosavia. Nacida en los bosques profundos de Eldrador hace más de cuatro siglos, Elara no es enana de sangre, sino el alma élfica que guía a una de las casas más singulares de las montañas: los Faelgard.
Criada entre los Guardianes Verdes, un círculo de elfos silvanos devotos del dios Ferion, Elara mostró desde joven una conexión innata con el tejido de la vida. Podía sentir el lento latir de la roca bajo el musgo y escuchar los susurros del viento entre los picos de Valtoria. Fue esta sensibilidad la que la llevó a la frontera, donde la expansión minera de los Enanos amenazaba con devorar los valles ancestrales. Allí, en lugar de conflicto, encontró un espíritu afín en un enano visionario: Thane Kaelen ‘Cuernoverde’ Faelgard.
Mientras otras casas veían el bosque como un obstáculo, Kaelen veía en él un aliado. Cansado de la guerra sin fin, propuso un pacto sin precedentes. Elara, entonces una joven pero respetada Druida, fue la voz que convenció a su propio pueblo. Vio en la propuesta de Kaelen no una rendición, sino una simbiosis sagrada: la resistencia de la piedra de Cirkon unida a la resiliencia de la vida de Ferion. Juntos, elfos y Enanos fundaron la ciudad de Sylorian en el corazón del Valle Verdeante, y con ella, la Casa Faelgard.
Tras la muerte de Kaelen, Elara juró sobre su túmulo de piedra viva proteger su linaje y su legado. Durante siglos, ha cumplido su promesa con una devoción que trasciende la sangre y la raza. Su sabiduría ha guiado a generaciones de señores Faelgard, convirtiéndose en su consejera principal y, para todos, en la matriarca espiritual de la casa. Es ella quien enseña a los jóvenes Enanos a escuchar la montaña en lugar de solo perforarla, y a los jóvenes elfos a respetar la fuerza inmutable de la piedra.
Hoy, la Maestre Cantosavia es una figura de inmenso poder, tanto político como espiritual. Desde Sylorian, gestiona la delicada alianza, mentoreando a la joven Thalia, en quien ve la futura encarnación del pacto. Mantiene una vigilancia constante sobre sus rivales: la Casa Dravonis, que considera a los Faelgard blandos y herejes por su reverencia a la naturaleza, y el Clan Nighthawk de Mor’dhul, cuyos agentes oscuros buscan corromper la pureza del valle. Para Elara, cada árbol que crece sobre una fortaleza enana y cada tratado firmado con la Casa Galanthil de Eldrador es una victoria contra la discordia que plaga Lithernia.
Elara no posee la frágil belleza de los altos elfos de Eldrador; su cuerpo es un testimonio de su vida en la naturaleza salvaje. Con 450 años, su rostro es un mapa de sabiduría, con una piel que recuerda a la corteza del abedul y ojos del profundo color del musgo húmedo. Su largo cabello, una cascada de lianas plateadas y castañas, está a menudo entrelazado con pequeñas gemas y hojas vivas. Es alta y de complexión fuerte, moviéndose con una gracia silenciosa que desmiente la fuerza de un roble centenario.
Viste túnicas tejidas con fibras naturales en tonos tierra, verde y gris, reforzadas con cuero endurecido y placas de madera de serbal tratada alquímicamente. No porta armaduras de metal, pues confía en la protección de la propia naturaleza.
Su equipamiento más notable es su báculo, Corazón de Sylva. Tallado por el propio Kaelen ‘Cuernoverde’ a partir de una rama del primer Árbol Corazón del valle, el báculo está rematado con un cristal de ámbar que contiene una semilla petrificada. Se dice que el báculo canaliza la fuerza vital del valle y que, en manos de Elara, puede hacer que la piedra florezca o que las raíces de los árboles se conviertan en una barrera impenetrable.
El legado de Maestre Elara Cantosavia es la prueba viviente de que la unidad es posible en un mundo fracturado por la Gran Guerra. Ella es el símbolo de una paz forjada no a través de la conquista, sino del respeto mutuo. La ciudad de Sylorian y la existencia misma de la Casa Faelgard son monumentos a su diplomacia y a su fe inquebrantable en el equilibrio.
Mientras las grandes potencias de Lithernia se consumen en antiguas rencillas, Elara ha creado un santuario de cooperación que sirve de faro de esperanza. Su mayor impacto no reside en los hechizos que puede conjurar, sino en la idea que representa: que un elfo puede liderar a los Enanos, que la naturaleza y la industria pueden coexistir, y que el deber de proteger la vida es un juramento más fuerte que cualquier lazo de sangre. El futuro de esta visión recae ahora sobre los hombros de su pupila, Thalia, pero mientras Elara Cantosavia respire, la alianza entre la hoja y la piedra permanecerá inquebrantable.