agrupacion: El Coro Discordante alianzas: Clan Kromagul, Clan Sel’thirak (Transaccional) categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Calanor dg-publish: true edad: ‘85’ escudo: Una boca abierta gritando, de la que emanan ondas sonoras dentadas de color sangre, sobre un fondo de basalto agrietado. lema: ‘“El silencio miente. El grito es verdad.”’ nombre: Lyraxis, la Virtuosa relaciones: Experta en la anatomía psíquica de todas las razas; principal instructora de nuevos acólitos del Coro. rivalidades: Clan Whisper rol: Maestra de la Agonía Sónica subcategoria: Personajes tags: - ’ ’ - ’’’’ - ‘,’ - ‘[’ - a - c - d - e - f - g - h - i - j - l - m - n - o - p - personajes - personajes_y_agrupaciones - r - s - t - u - ó tipo: Facción summary: Lyraxis, Tiefling de piel índigo y ojos violetas, es la Maestra de la Agonía Sónica en Calanor. Usa su sensibilidad psíquica para convertir el dolor en música arcana, buscando la verdad cósmica en la agonía y liderando orquestas de tortura en Mor’dhul.
En los salones de Calanor, donde el sufrimiento es a la vez arte y plegaria, ninguna melodía es más pura ni más temida que la que compone Lyraxis. Conocida con el irónico título de “La Virtuosa”, esta Tiefling ha elevado el dolor a una forma de expresión arcana, convirtiéndose en la Maestra de la Agonía Sónica del Coro Discordante y en una de las figuras más aterradoras de Mor’dhul.
Nacida con una inusual sensibilidad psíquica, un rasgo de su linaje Tiefling que le permitía percibir las emociones ajenas como vibraciones audibles, Lyraxis encontró su propósito durante el cisma del Clan Whisper. Mientras sus congéneres Hobgoblins se aferraban a los secretos del silencio, ella se sintió atraída por la herejía de Vexian: la doctrina que postulaba que el poder más auténtico no residía en el eco de la muerte, sino en el grito primordial de la vida al ser desgarrada. Para Lyraxis, el sigilo era una mentira, una supresión de la verdad más fundamental del universo: la existencia es dolor, y el dolor es música.
Al ser exiliada junto a los primeros disidentes, Lyraxis floreció en Calanor. Bajo el patrocinio del culto a Kromagul, el dios del dolor, encontró un lienzo perfecto para su arte. No le interesaban los burdos métodos del acero o el fuego; su instrumento es el alma misma. Se sumergió en el estudio de la anatomía psíquica de cada raza de Lithernia, aprendiendo que la mente de un enano se quiebra con una resonancia grave y persistente como el retumbar de la piedra, mientras que el espíritu de un elfo se desgarra con una frecuencia aguda y disonante, similar al chirrido de una estrella al morir. Su especialidad es encontrar la “frecuencia de ruptura” de cada individuo, una nota única y personal que desmorona la voluntad y convierte la mente en arcilla.
Como principal instructora de nuevos acólitos, su método es a la vez una lección y una tortura. Enseña a sus estudiantes a percibir el dolor no como sufrimiento, sino como una compleja gama de notas, armonías y silencios. Sus “orquestas de lamentos” son legendarias en Mor’dhul; interrogatorios donde la víctima se convierte en el instrumento principal de una sinfonía de la desesperación, revelando cada secreto al compás de su propia agonía. Su rivalidad con el Clan Whisper es profunda y personal; los considera artesanos sordos, incapaces de apreciar la belleza cacofónica de la verdad, mientras que ellos la ven como una bárbara ruidosa que profana el sagrado arte de la sutileza.
Su motivación trasciende el simple sadismo. Lyraxis cree que en el grito más puro, en la agonía absoluta, yace una nota fundamental del universo: la misma energía caótica que dio origen al Lilium. Su búsqueda no es solo de poder, sino de una verdad cósmica, una Música Primordial que, de ser dominada, podría otorgar un poder similar al de los propios dioses.
Lyraxis es una figura de una elegancia severa y perturbadora. Es una Tiefling esbelta y de porte erguido, con una piel de un profundo color índigo, casi negro bajo la luz de las antorchas de Calanor. Sus cuernos, finos y pulidos como el obsidiana, se curvan hacia atrás desde su sien en una forma que recuerda a un diapasón. Sus ojos, de un intenso color violeta, parecen vibrar levemente, como si estuviera escuchando constantemente una sinfonía que nadie más puede percibir.
No viste armadura, prefiriendo túnicas de un tejido oscuro y pesado que parece absorber el sonido a su alrededor. Las prendas están sutilmente bordadas con hilos de plata que trazan patrones de ondas sonoras y fractales acústicos. Sus manos son delgadas y sus dedos largos, siempre en un ligero movimiento como si dirigiera una orquesta invisible.
Su equipamiento principal no es un arma, sino una herramienta de su arte: * El Diapasón Anímico: Un diapasón forjado en un metal desconocido, posiblemente hueso petrificado de una criatura psíquica, que resuena con la energía emocional de su entorno. Al golpearlo suavemente contra una superficie, emite una nota inaudible que le permite “sintonizar” con la estructura psíquica de su objetivo, revelando sus miedos y debilidades como notas en una escala. * Las Partituras del Lamento: Una colección de pergaminos de piel humana donde anota meticulosamente sus hallazgos. Cada pergamino detalla la “composición” necesaria para quebrar a un individuo o incluso a un tipo de criatura, con anotaciones sobre timbre, tempo y la armonía de gritos necesaria para lograr la disolución total de la voluntad.
Lyraxis, la Virtuosa, ha transformado la tortura en una ciencia arcana y un pilar del poder del Coro Discordante. Su reputación por sí sola es un arma psicológica que el Clan Kromagul y sus aliados utilizan para infundir terror. Es la razón por la que los prisioneros más valiosos de Mor’dhul no son enviados a las mazmorras comunes, sino a las “salas de conciertos” de Calanor, de donde nadie sale con la mente intacta.
A largo plazo, su impacto podría ser mucho más profundo y catastrófico. Su incesante búsqueda de la Música Primordial la acerca peligrosamente a las energías fundamentales que rigen Lithernia. Si alguna vez lograra aislar y replicar la frecuencia del Lilium, o encontrar la resonancia capaz de afectar a las Lanzas Celestiales que aprisionan al Primer Rey, el poder que desataría podría reescribir la realidad o, más probablemente, hacerla añicos. Su legado, por tanto, pende de un hilo: ser recordada como la interrogadora más efectiva de la historia de Mor’dhul, o como la artista que, en su búsqueda de la nota perfecta, compuso el réquiem para el mundo entero.