agrupacion: El Cónclave del Velo Argénteo alianzas: - Células Rebeldes y Disidentes - Gremios de Información y Contrabandistas categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Thelyrion (ubicación secreta) dg-publish: true edad: 1250 escudo: Un pergamino de plata entreabierto. La mitad izquierda muestra Runas antiguas e intactas, mientras que la mitad derecha está carbonizada y rota. Sobre el centro del pergamino, una llave de obsidiana. lema: La verdad no fue quemada, solo escondida. nombre: Kaelenor Umbrafel relaciones: - Lyra Sombraviento (protegida y agente principal) - Borin Runescribe (colega y rival intelectual) rivalidades: - Clan Sel’thirak y el Reino de Mor’dhul - La Torre de las Estrellas de Valtoria - Las Casas Nobles de Eldrador rol: Archivista Primus subcategoria: Personajes tags: - archivista - cónclave del velo argénteo - elfo oscuro - facción - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones tipo: Facción summary: Kaelenor Umbrafel, elfo oscuro milenario y Archivista Primus del Cónclave del Velo Argénteo, busca la verdad oculta tras el Cataclismo del Lilium, desafiando la censura y desenterrando secretos prohibidos para revelar la historia real de Lithernia.
Nacido hace más de un milenio en las sombrías y eruditas arboledas de Eldrador, Kaelenor Umbrafel es un vestigio viviente de una era olvidada. Proviene de una rama menor y ahora extinta de los elfos oscuros, una casa que valoraba el conocimiento por encima de la intriga política y el poder marcial que dominaban las grandes casas como Auris o Noctha. Desde joven, Kaelenor mostró una insaciable sed de saber, no por la magia que pudiera otorgarle, sino por la verdad que revelaba. Fue testigo de cómo la historia era moldeada por los vencedores, cómo los textos que contradecían la narrativa de los dioses y sus nobles vasallos eran declarados herejía y purgados en llamas sagradas.
Su punto de quiebre llegó cuando descubrió un fragmento de una crónica de la Era del Primer Rey, un texto que describía una alianza pacífica y próspera entre Humanos y Orcos, algo impensable en la Lithernia de la Gran Guerra. Al presentar su hallazgo ante los sabios de Sunwood, fue acusado de disidencia, y su descubrimiento fue confiscado y destruido. Desilusionado y exiliado en espíritu, Kaelenor abandonó Eldrador, convencido de que la verdadera tiranía no se ejercía con la espada, sino con la censura.
Durante la Era Crepuscular, mientras el mundo se reconstruía sobre mentiras, Kaelenor encontró a otros como él: eruditos desposeídos, cronistas proscritos y magos desengañados. Juntos, fundaron el Cónclave del Velo Argénteo, una sociedad secreta juramentada a una misión sagrada y peligrosa: desenterrar la verdad oculta tras el Cataclismo del Lilium. Como Archivista Primus, Kaelenor se convirtió en el corazón intelectual de la organización. No es un líder de campo, sino el estratega que dirige una red de espías, arqueólogos y ladrones desde su archivo secreto en la ciudad oculta de Thelyrion.
Su motivación es una fría y paciente furia. Cree que la profecía del retorno del Primer Rey es una simplificación peligrosa. Lo que él busca es el conocimiento puro: la verdadera naturaleza del Lilium, la tecnología y magia de la era pre-cataclismo, y el motivo real de la rebelión del Rey. Para Kaelenor, las Lanzas Celestiales no son solo armas divinas, son las llaves de la prisión más grande de la historia, y él pretende encontrar la cerradura.
Entre sus hazañas más notorias se cuenta la orquestación del robo de los “Diarios de Ceniza” de una fortaleza del Clan Whisper en Mor’dhul y la decodificación de estelas dracónicas que revelaban la participación de antiguos Dragones en la guerra contra los dioses. Su relación más definitoria es con Lyra Sombraviento, una joven humana a la que rescató de los escombros de una biblioteca que el ejército de Mor’dhul había incendiado. En ella vio el reflejo de su propia juventud y la convirtió en su agente más letal y leal, sus ojos y manos en un mundo que él prefiere observar desde las sombras. Mantiene también una compleja rivalidad con Borin Runescribe, un sabio enano de la Torre de las Estrellas. Ambos se respetan profundamente, pero sus métodos chocan: Kaelenor confía en textos frágiles y secretos susurrados, mientras que Borin solo cree en la verdad tallada en la piedra eterna de Valtoria. Este duelo intelectual es un microcosmos de los conflictos ideológicos de Lithernia.
Kaelenor posee la gracia austera y atemporal de los elfos oscuros de antiguo linaje. Con 1250 años, su edad no se manifiesta en fragilidad, sino en una calma profunda y una mirada que parece contener el peso de bibliotecas enteras. Su piel tiene el color y la textura de la pizarra pulida, y su largo cabello, de un blanco plateado, suele llevarlo recogido en una sencilla trenza. Sus rasgos son afilados y aristocráticos, pero carece de la arrogancia típica de la nobleza élfica; en su lugar, proyecta una intensidad intelectual que puede resultar intimidante.
Viste con elegancia pragmática. Sus túnicas de lana oscura, casi negra, están cortadas a la perfección y carecen de adornos, salvo por sutiles bordados rúnicos en los puños que actúan como custodias mágicas menores. Sus ropajes ocultan numerosos bolsillos secretos donde guarda rollos de pergamino, tintas simpáticas y herramientas de falsificación de calidad magistral.
No porta armadura ni grandes armas, considerando la violencia un fracaso de la inteligencia. Sin embargo, en la manga de su túnica siempre lleva oculta una estilete de obsidiana, afilada como un fragmento de noche, para emergencias. Su objeto más preciado es el Ojo de la Memoria, un monóculo con una lente de cristal de luna encantado que, al ser presionado contra un documento o artefacto, le permite ver ecos de su historia: las manos que lo escribieron, las llamas que casi lo consumieron o la magia residual que aún lo impregna.
Kaelenor Umbrafel es una de las figuras más influyentes y desconocidas de la era actual. No aspira a un trono ni a la gloria en el campo de batalla, pero el conocimiento que acumula podría derrocar imperios. Él y el Cónclave representan una tercera vía en el gran conflicto de Lithernia: no buscan cumplir ni impedir la profecía, sino entenderla para que los mortales puedan, por primera vez, tomar una decisión informada sobre su propio destino.
Su impacto se sentirá a través de las verdades que revele. Un mapa antiguo entregado por uno de sus agentes podría guiar a un grupo de héroes a la Lanza Chronos. Un texto descifrado por él podría exonerar a una casa Noble caída o condenar a un rey venerado. Para las grandes potencias, es una espina clavada: una fuerza que no pueden controlar, que comercia con su recurso más preciado y peligroso: la verdad. El legado de Kaelenor no será una estatua en una plaza, sino la posibilidad de que la historia de Lithernia, por fin, sea escrita por aquellos que la viven, y no por los dioses que la incendiaron.