agrupacion: Clan Abismoforjado (Exiliado) categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Kythlas, en las Profundidades Inexploradas bajo Valtoria. dg-publish: true edad: ‘150’ escudo: Un yunque de obsidiana cruzado por dos martillos rúnicos brillantes, sobre un fondo de geoda púrpura fracturada. lema: ‘“Desde la Oscuridad, Forjamos la Fuerza.”’ nombre: Kaelen el Desterrado rol: Cartógrafo de las Profundidades, Erudito Exiliado subcategoria: Personajes tags: - ’ ’ - ‘,’ - ‘[’ - a - b - c - d - e - f - h - i - j - l - m - n - o - p - personajes - personajes_y_agrupaciones - r - s - t - u tipo: Clan summary: Kaelen, enano del Clan Abismoforjado, descubrió que la energía sagrada de su pueblo es una corrupción del Cataclismo del Lilium. Rechazado y desterrado, ahora busca desentrañar la verdad para salvar a su gente y purgar la corrupción ancestral.
Nacido en las entrañas del mundo, en la ciudad secreta de Kythlas, Kaelen nunca fue un enano común. Mientras sus hermanos de clan sentían la llamada del yunque y el martillo, Kaelen sentía la resonancia de la historia en la piedra. Miembro del Clan Abismoforjado —una facción radical de Enanos de Valtoria que abandonaron la luz para buscar poder en los minerales inestables de las fisuras más profundas—, fue instruido desde joven en las artes de la supervivencia en la oscuridad y en el dogma del clan: que el verdadero poder emana de la energía cruda del abismo, una manifestación de la diosa Cirkon en su forma más primigenia, la “Madre del Abismo”.
Su mentor, el maestro herrero Borgrim Manonegra, un pilar del clan, intentó guiarlo por la senda de la forja, pero pronto reconoció el talento innato de Kaelen para la erudición y la cartografía. Sus manos, aunque fuertes, eran más diestras con el carboncillo y el compás que con el martillo. Se convirtió en el Cartógrafo de las Profundidades, un rol vital y peligroso encargado de trazar Mapas de los túneles siempre cambiantes y de identificar nuevas vetas de metales resonantes. Su única confidente, Grelka Ojo-de-Geoda, una runasacerdotisa con la habilidad de leer el destino en los cristales, compartía su curiosidad por los secretos que el abismo guardaba.
La tragedia de Kaelen fue su propio talento. Aventurándose más allá de las rutas conocidas, descubrió una caverna sellada que no constaba en ningún mapa del clan. Dentro no había vetas minerales, sino las ruinas de una estructura de la Era del Primer Rey. Allí, entre monolitos erosionados por el tiempo, encontró grabados que contaban una historia diferente. La energía que su clan veneraba como la “Madre del Abismo” no era la esencia pura de Cirkon, sino un eco corrupto del Cataclismo del Lilium, una cicatriz mágica que retorcía la roca y susurraba promesas de poder a cambio de devoción. La “abismoforja” no era una artesanía divina, sino una lenta corrupción que hacía a sus armas poderosas, pero a sus almas, frágiles.
Armado con esta terrible verdad, regresó a Kythlas y presentó sus hallazgos ante el consejo de ancianos. Lo que esperaba que fuera una revelación fue recibido como una blasfemia. Borgrim Manonegra, su propio mentor, lo denunció públicamente, acusándolo de haber sido seducido por mentiras de la superficie y de traicionar los cimientos de su pueblo. Para los líderes del Clan Abismoforjado, la verdad de Kaelen era un veneno que amenazaba con destruir su identidad y su poder.
Fue declarado “Desterrado”. Despojado de su nombre de clan y de sus herramientas, fue expulsado a la superficie, un mundo que solo conocía a través de Leyendas. Ahora, Kaelen vaga por Lithernia con una doble carga: el dolor del exilio y el peso de un conocimiento que podría salvar a su gente o condenarla para siempre. Su motivación ya no es solo trazar Mapas de la tierra, sino desentrañar la verdadera historia del Lilium y del Primer Rey, con la esperanza de encontrar una forma de purgar la corrupción que anida en el corazón de su hogar y, quizás, algún día, dejar de ser el Desterrado.
Kaelen posee la complexión robusta de los Enanos, pero su cuerpo es más enjuto y fibroso que el de un Guerrero, forjado por años de escalada y exploración en lugar de combate. Su piel es pálida, con el tono ceniciento de quien rara vez ha visto el sol. Sus ojos, de un gris profundo, parecen retener la luz de las geodas púrpuras de Kythlas y están acostumbrados a la penumbra, otorgándole una mirada intensa y penetrante. Su barba y cabello, de un color negro como el carbón, están recogidos en trenzas prácticas, entrelazadas con finos hilos de metal pulido, un vestigio de su herencia artesana.
Viste un atuendo funcional de cuero reforzado y pieles oscuras, diseñado para el sigilo y la protección contra los afilados bordes de la roca. Su equipo más valioso no es un arma, sino su colección de herramientas de cartógrafo: un juego de compases, plomadas y teodolitos forjados en Kythlas con metales oscuros, un estuche de cuero con pergaminos vírgenes y Mapas a medio terminar, y un diario encuadernado en piel de basilisco donde anota sus descubrimientos con una caligrafía precisa. Para su defensa, porta un martillo de guerra de una sola mano, regalo de Borgrim en su juventud, cuya cabeza de acero oscuro está grabada con una runa de protección ahora despojada de su poder por el edicto de su exilio. Es un recordatorio constante de todo lo que ha perdido.
Aunque actualmente es una figura desconocida en el gran tapiz de Lithernia, el potencial de Kaelen es inmenso y peligroso. Es un catalizador andante, un portador de una verdad que podría fracturar los cimientos de la sociedad enana de Valtoria si se revelara, demostrando que incluso los más aislados no son inmunes a las antiguas cicatrices del mundo.
El legado de Kaelen el Desterrado aún no está escrito. Dependerá de si su búsqueda de la verdad lo convierte en un Heroes que ilumina las sombras o en un paria cuyo conocimiento solo trae más oscuridad al ya conflictivo mundo de Lithernia.