agrupacion: Los Heraldos del Rey Sellado alianzas: Células Rebeldes de Mor’dhul, Eruditos Disidentes de la Torre de las Estrellas ciudad_sede: Lywathil dg-publish: true edad: 250 escudo: Una corona de plata envuelta en cuatro cadenas rotas, de las que emana una luz dorada. Detrás, una lanza celestial quebrada en dos. lema: La Lanza se quebrará, el Sello caerá, el Rey volverá. nombre: Kaelen Umbrasauce relaciones: Líder de la célula de Lywathil, descendiente de la nobleza local, organizador del ritual del ‘Susurro del Sauce’. rivalidades: El Reinado de Sel’thirak y el Panteón Korogrim, La Mano de Hierro de Eldrador rol: Guardián del Susurro tags: - culto - heraldos del rey sellado - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones - semielfo tipo: Culto categoria: Personajes y Agrupaciones subcategoria: Personajes summary: Kaelen Umbrasauce, semielfo y líder de Los Heraldos del Rey Sellado en Lywathil, desafía la tiranía divina que mantiene Lithernia en guerra. Custodia secretos ancestrales y guía un culto clandestino que busca liberar al mundo según una antigua profecía.

Kaelen Umbrasauce

Biografía

En las venas de Kaelen Umbrasauce fluyen dos mundos y una misma herejía. Nacido en la antigua y recluida ciudad de Lywathil, en los confines boscosos entre Eldrador y Galvorn, Kaelen es un semielfo, un puente viviente entre la longevidad élfica y la tenacidad humana. Su linaje, la Casa Umbrasauce, fue una vez una rama menor de la nobleza élfica crepuscular, mezclada con sangre humana de los días previos a la Gran Guerra. Se negaron a someterse a la rígida Mano de Hierro de Eldrador y se retiraron a Lywathil, convirtiéndose en guardianes de tradiciones que otros prefirieron olvidar.

Durante dos siglos y medio, Kaelen ha cargado con el legado de su familia: la creencia de que el Primer Rey no fue un tirano, sino un mártir, y que los dioses que hoy gobiernan son usurpadores cuyas rencillas han condenado a Lithernia a un ciclo de guerra sin fin. Esta convicción no es un mero dogma, sino la sangre que alimenta su corazón. Vio cómo la guerra devoraba generaciones, cómo la tiranía de Sel’thirak en Mor’dhul corrompía la misma noción de vida y muerte, y cómo la arrogancia de los nobles de Eldrador perpetuaba un sistema de castas que ahogaba el espíritu libre.

Impulsado por estas injusticias, Kaelen ascendió dentro de la red clandestina conocida como Los Heraldos del Rey Sellado. Hoy, no es solo un miembro, sino el Guardián del Susurro, líder de la célula más influyente del culto. Desde Lywathil, organiza el ritual secreto del “Susurro del Sauce”, una ceremonia celebrada en noches sin luna bajo las ramas de un sauce milenario. Allí, los iniciados no juran lealtad, sino que escuchan en el murmullo de las hojas la verdadera historia de Lithernia, la del sacrificio del Rey y la tiranía divina. Es a través de este rito que Kaelen recluta a los descontentos: elfos oprimidos, Humanos despojados, Enanos eruditos que ven la verdad en textos prohibidos e incluso Tieflings que repudian a sus divinos creadores.

Su vida es una danza constante en las sombras. Cada alianza —sea con los rebeldes desesperados de Mor’dhul o con los académicos exiliados de la Torre de las Estrellas— es un riesgo calculado. Su conflicto personal no es solo contra los espías del Rey-Dios o los justicieros de Eldrador, sino contra el peso del tiempo y la duda. Ha visto a demasiados camaradas caer, demasiadas esperanzas desvanecerse. Sin embargo, se aferra a la Profecía con una fe inquebrantable, convencido de que es su deber preparar el camino para el Heroes que empuñará una Lanza Celestial y liberará al mundo. Para Kaelen, el fin de la guerra no es un sueño, es una deuda con los caídos y la única herencia que desea dejar.

Descripción Física y Equipamiento

Kaelen posee la gracia inherente a su sangre élfica, pero sus 250 años han marcado su semblante con la gravedad de un líder que carga con el peso de un mundo. Su cabello, oscuro como la corteza de un sauce mojado, está veteado de plata. Sus ojos, de un gris profundo, reflejan la calma de un bosque al anochecer, pero ocultan una voluntad de acero forjada en la clandestinidad y la pérdida. Se mueve con un sigilo deliberado, su presencia es más una ausencia de sonido que una afirmación.

No viste como un Guerrero, sino como un guardián de secretos. Su atuendo consiste en una armadura de cuero endurecido de color oscuro, sin emblemas visibles, diseñada para la agilidad y el silencio. Bajo su túnica, lleva una espada corta de manufactura élfica, una reliquia familiar cuya hoja nunca ha probado la sangre en una batalla campal, solo en la defensa desesperada de sus secretos. Su equipo más valioso es el que no se ve: * El Colgante del Heraldo: Un pequeño medallón de plata oscurecida que oculta el símbolo del culto: la corona rota y la lanza quebrada. Solo lo muestra a aquellos que han superado el Susurro del Sauce. * Diario Cifrado: Un libelo encuadernado en piel de sauce donde anota rutas seguras, contactos, fragmentos de la profecía y los nombres de los caídos, todo escrito en un código que solo él y unos pocos iniciados pueden descifrar. * Bolsa Ritual: Una pequeña bolsa que contiene hojas secas del sauce milenario, polvo de plata y un cristal de cuarzo ahumado, componentes esenciales para el ritual del Susurro y para comunicarse en secreto con otras células.

Legado e Impacto en Lithernia

En los anales de los reinos, el nombre de Kaelen Umbrasauce no aparecerá. No es un rey, un general ni un archimago. Es un fantasma, un susurro de herejía en un mundo gobernado por el dogma de los dioses. Sin embargo, su impacto es tan profundo como las raíces del árbol que le da nombre a su rito.

Kaelen es el corazón latente de la mayor amenaza ideológica para el orden establecido de Lithernia. Su trabajo mantiene viva la llama de una rebelión que no se lucha con ejércitos, sino con verdades prohibidas. Al conectar a los descontentos de todos los reinos, teje una red que, si la Profecía se cumple, podría derribar imperios y redefinir la relación entre los mortales y los dioses para siempre.

Si su causa triunfa, Kaelen será recordado por las generaciones futuras como uno de los arquitectos de la nueva era de paz, un pastor que guio a su rebaño a través de la noche más oscura. Si fracasa, él y sus Heraldos serán borrados de la historia, sus nombres convertidos en sinónimo de traición, y el Susurro del Sauce se extinguirá en el viento, como tantas otras esperanzas perdidas en la Gran Guerra. Su legado, por tanto, pende del mismo hilo que el destino de Lithernia.