agrupacion: La Cadena Rota alianzas: - Círculos Académicos Disidentes en Valtoria y Galvorn - Células Rebeldes y de Descastados en Mor’dhul - Redes de librepensadores y artífices clandestinos categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Venalith (Eldrador) dg-publish: true edad: 78 escudo: Un eslabón de cadena de hierro roto en su centro, con un martillo de artífice y un frasco de alquimista cruzados detrás sobre un campo de color gris piedra. lema: Nuestro Destino, Nuestras Manos. nombre: Kaelen ‘El Desatado’ relaciones: - Expulsado de la Torre de las Estrellas de Valtoria por el Archimago Thalios tras publicar su obra prohibida. - Mantiene una vasta red de correspondencia secreta con eruditos, magos renegados y nobles descontentos en todos los reinos. rivalidades: - Reino de Mor’dhul (en particular, la teocracia del Clan Sel’thirak) - Nobleza Teocrática de Eldrador (Casa Auris y linajes afines) - ‘Culto de Valarios (rivalidad ideológica: destrucción vs. construcción)’ rol: Primer Orador y Fundador subcategoria: Personajes tags: - fundador - hereje - la cadena rota - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones tipo: Facción Secreta / Movimiento Filosófico summary: Kaelen ‘El Desatado’ fue un erudito expulsado de la Torre de las Estrellas por cuestionar la divinidad y promover la emancipación mortal. Fundó La Cadena Rota para difundir conocimiento y liberar a los mortales del dominio divino.

Kaelen ‘El Desatado’

Biografía

En los anales de la Torre de las Estrellas de Valtoria, el nombre de Kaelen es una nota a pie de página borrada con recelo, un eco de genialidad y herejía. Nacido humano en los valles fronterizos, su intelecto acuciante le ganó un lugar como uno de los pocos no-Enanos aceptados como Adepto en la gran biblioteca de la montaña. Durante décadas, fue un Erudito ejemplar, un prodigio que devoraba tomos sobre historia, teología y las cicatrices que el Cataclismo del Lilium había dejado en el mundo.

Pero Kaelen no leía para memorizar, sino para comprender. Y su conclusión fue tan brillante como peligrosa. Mientras sus maestros veían en la historia del Primer Rey una advertencia contra la arrogancia mortal, Kaelen vio la prueba irrefutable de la tiranía divina. Analizó la Gran Guerra no como un conflicto entre mortales, sino como un tablero de juego para dioses caprichosos cuyas rivalidades se cobraban vidas como peones.

Su obra magna, el tratado clandestino La Deidad como Enfermedad, fue la chispa que incendió su vida. En sus páginas, argumentaba con lógica implacable que la fe ciega era una cadena, que los panteones eran parásitos del potencial mortal y que el único camino hacia una paz duradera era la emancipación total de la influencia divina. El Archimago Thalios, con una mezcla de horror y respeto a regañadientes, lo expulsó de la Torre, no tanto por sus ideas, sino por el caos que desatarían.

Así nació Kaelen ‘El Desatado’. No por un acto de violencia, sino por la liberación de su mente. Viajó por Lithernia no como un exiliado, sino como un apóstol de la razón. En las academias prohibidas de Eldrador encontró a magos elfos que resentían la Mano de Hierro de su nobleza teocrática. En los puertos de Galvorn, conoció a filósofos que anhelaban una libertad que no dependiera de los caprichos del mar o sus dioses. En los campamentos de descastados de Mor’dhul, vio la consecuencia más cruda del fanatismo.

Con estos retazos de disidencia, fundó La Cadena Rota. Su sede se estableció en la ciudad élfica de Venalith, un crisol de magia y conocimiento donde, paradójicamente, podían ocultarse a plena vista. Desde allí, Kaelen, ahora Primer Orador, dirige una revolución silenciosa. No busca coronas ni tronos; su objetivo es mucho más ambicioso: armar a los mortales con el conocimiento —Alquimia, ingeniería, filosofía— para que puedan construir su propio futuro, ladrillo a ladrillo, libre de las profecías y las guerras de los cielos. Para él, el retorno del Primer Rey o la victoria de Sel’thirak son simplemente dos caras de la misma moneda de servidumbre. La única victoria real es un mundo donde los mortales se miren a los ojos y reconozcan que su destino, para bien o para mal, descansa únicamente en sus propias manos.

Descripción Física y Equipamiento

Kaelen es un hombre de 78 años cuyo cuerpo ha comenzado a ceder al tiempo, pero cuya mente permanece tan afilada como el acero valtoriano. Su rostro está surcado de arrugas profundas, enmarcadas por un cabello plateado, ralo y rebelde. Sus ojos, de un gris tormentoso, conservan una intensidad indómita que puede desarmar a nobles y consolar a parias con la misma facilidad. Su espalda está ligeramente encorvada por décadas de inclinarse sobre libros y mesas de trabajo.

Viste con la sencillez de un Monje o un Erudito viajero: túnicas de lana gris o marrón, funcionales y sin adornos, a menudo manchadas de tinta en los puños. No porta armas, pues considera que las ideas son más letales. Su único equipo constante es:

Legado e Impacto en Lithernia

Kaelen ‘El Desatado’ representa la amenaza más fundamental para el orden establecido de Lithernia. No es un conquistador que busca derrocar un reino, sino un filósofo que pretende demoler los cimientos de todos ellos. Su existencia introduce una tercera vía peligrosa en el gran conflicto del mundo: ni la restauración teocrática de los dioses, ni la rebelión mesiánica del Primer Rey, sino la ascensión secular de los mortales.

Su legado será una paradoja. Si La Cadena Rota tiene éxito, Kaelen será recordado como el gran libertador, el Prometeo que entregó a la humanidad el fuego de la razón. Se construirán bibliotecas en su nombre y su rostro adornará las primeras academias de un mundo sin dioses.

Si fracasa, o si sus ideas desatan un caos que él no pudo prever, será vilipendiado como el peor de los herejes. Su nombre se convertirá en una maldición, un sinónimo de la locura que intentó desafiar el orden cósmico y trajo consigo una oscuridad aún mayor. En un mundo definido por el poder divino y las profecías, Kaelen es la pregunta que nadie se atrevía a formular: ¿Y si no necesitamos ni reyes ni dioses? La respuesta a esa pregunta forjará el destino de la próxima era de Lithernia.