agrupacion: Clan Umbracarn (Los Cazadores de Sombras) alianzas: ‘“Clan Agrietacero (Valarion), Clan Whisper (Mor’‘dhul)“’ categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Valarion, la Fortaleza de las Profundidades dg-publish: true edad: ‘452’ escudo: ‘“Un pico de minero y una daga de obsidiana cruzados sobre una geoda de cristal negro agrietada, de la que emana una sutil bruma oscura.”’ lema: ‘“La Sombra no Miente, la Piedra no Olvida.”’ nombre: Kaeldrak el Exiliado relaciones: ‘“Mentor reticente de Helga, Pacto de no agresión con el Forjamayor de Valarion”’ rivalidades: ‘“Nolindor y el Gremio de los Talladores de Luz, Casa Dravonis, Clan Bronzenhammer, el guardián elfo Sylorian”’ rol: Señor del Clan y Guardián de la Veta subcategoria: Personajes tags: - ’ ’ - ‘,’ - ‘[’ - a - b - c - d - e - h - i - j - l - m - n - o - p - personajes - personajes_y_agrupaciones - r - s - t - u - v - x tipo: Clan summary: Kaeldrak, ex maestro geólogo del Clan Picoférreo, fue exiliado tras descubrir las Vetas de Sombra, cristales de poder ancestral prohibido. Fundó el Clan Umbracarn en el exilio, buscando demostrar la fuerza oculta en la oscuridad y desafiar a Valtoria.

Kaeldrak el Exiliado

Biografía

En los anales de Valtoria, el nombre de Kaeldrak está grabado con la misma mezcla de reverencia y desprecio con la que se nombra a los grandes herejes. Kaeldrak no nació exiliado; fue, durante siglos, el más reputado maestro geólogo del Clan Picoférreo, un enano cuya conexión con la roca y la profundidad era casi una religión. Mientras sus pares de la Casa Dravonis y el Clan Bronzenhammer se enorgullecían de la luz de sus forjas y la majestuosidad de sus salones, Kaeldrak sentía que el alma enana se marchitaba en la superficie. Para él, la Torre de las Estrellas y la diplomacia con los elfos de Eldrador eran una traición a su esencia: la oscuridad, el peso de la montaña y los secretos que la tierra solo revela a quienes se atreven a escuchar en el silencio absoluto.

Su obsesión lo condujo a las galerías más profundas y olvidadas, más allá de donde cualquier otro minero se atrevía a llegar. Allí, en una era de meticulosa exploración, descubrió las Vetas de Sombra: filones de un cristal negro y pulsante que no reflejaba la luz, sino que parecía devorarla. Al tocarlas, Kaeldrak no sintió la corrupción del Lilium que el Concilio de la Montaña temía, sino la pura y primigenia voz de la piedra. Eran ecos de un poder ancestral, la verdad de una Cirkon olvidada, la diosa de las profundidades insondables, no la de las cuevas iluminadas.

Cuando presentó sus hallazgos al Concilio, esperando ser aclamado como un profeta, fue condenado como un apóstata. Le acusaron de profanar la montaña y de pactar con la magia prohibida de las sombras. Ante la orden de sellar las vetas para siempre, Kaeldrak se negó. “Sellar la verdad es el acto de los débiles”, declaró ante los señores Enanos. Por este desafío, él y sus seguidores fueron desterrados, borrados de los registros de Valtoria. Renacieron en el exilio, no como Picoférreo, sino como el Clan Umbracarn, los Cazadores de Sombras.

Hoy, a sus 452 años, Kaeldrak gobierna desde Valarion, una ciudad secreta tallada en las profundidades, oculta a la luz del sol y a los ojos de sus antiguos hermanos. Su motivación no es la mera venganza, sino una convicción fanática: demostrar que la devoción de Valtoria por la luz y la superficie la ha debilitado. Su objetivo es reunir el poder latente en la oscuridad, desenterrar los artefactos que susurran en las profundidades y, un día, presentar a Valtoria una verdad tan innegable como el peso de la montaña sobre sus cabezas.

Mantiene una frágil alianza con el Clan Whisper de Mor’dhul, un pacto forjado en el pragmatismo. Los Hobgoblins necromantes buscan secretos entre los muertos, y Kaeldrak los busca en la piedra muerta; intercambian conocimientos y artefactos que ambos mundos, el de la superficie y el del más allá, considerarían abominaciones. En su propia ciudad, ha forjado un pacto con el Forjamayor del Clan Agrietacero, un maestro herrero que comparte su desprecio por la Valtoria tradicional, aunque por razones más industriales que teológicas. Su relación más compleja es con su protegida, Helga. Ve en ella el futuro del clan, una voluntad tan afilada como la obsidiana, pero su ambición desmedida y su fascinación por el poder puro, en lugar de la verdad, le inquietan. Kaeldrak la adiestra como una herramienta necesaria, consciente de que esa misma herramienta podría un día volverse contra su creador.

Descripción Física y Equipamiento

Kaeldrak es la encarnación de la montaña erosionada por el tiempo. Sus 452 años se manifiestan en un rostro surcado por arrugas tan profundas como las vetas que explora. Su larga barba, antaño negra como el carbón, es ahora de un gris pétreo, trenzada con finos hilos de obsidiana y pequeños cristales de sombra que parecen absorber la luz a su alrededor. Sus ojos, hundidos bajo unas cejas pobladas, rara vez parpadean y poseen la intensidad fría y paciente de la oscuridad subterránea. Su piel, expuesta durante décadas al influjo de las Vetas, ha adquirido un tono ceniciento, casi translúcido, como si la sombra misma se hubiera filtrado en su ser. Aunque anciano, su cuerpo conserva la fuerza tenaz de los Enanos, un poder compacto y resiliente forjado por una vida de trabajo y exilio.

Equipamiento:

Legado e Impacto en Lithernia

Kaeldrak el Exiliado representa una grieta en el alma de la raza enana, una herejía que cuestiona los cimientos mismos de la cultura de Valtoria. No es simplemente un señor de la guerra rebelde; es el sumo Sacerdote de una fe olvidada, el guardián de un poder que podría ser tanto la salvación de su pueblo como su perdición definitiva.

Su impacto inmediato es la creación de una facción poderosa y secreta que opera en los márgenes de uno de los reinos más estables de Lithernia. Al controlar las Vetas de Sombra y forjar alianzas con potencias oscuras como el Clan Whisper, ha introducido un elemento de inestabilidad que la nobleza enana no puede ignorar ni erradicar fácilmente. Es un recordatorio constante de que la mayor amenaza para Valtoria no proviene de Mor’dhul ni de Eldrador, sino de las profundidades de sus propias montañas y de las verdades que decidieron enterrar.

El legado que Kaeldrak dejará está forjado en penumbra. Si sus enseñanzas sobre la verdad y la fuerza de la oscuridad son aceptadas, podría iniciar un renacimiento en la cultura enana, devolviéndola a sus raíces primigenias. Sin embargo, si su poder cae en manos de líderes más crueles y ambiciosos como Helga, el Clan Umbracarn podría convertirse en una fuerza destructiva, consumida por la misma sombra que juraron comprender. Al final, Kaeldrak será recordado como un profeta o un monstruo, un visionario que vio la verdad en la oscuridad o un anciano loco que condujo a su pueblo a la noche eterna. Su historia es una advertencia para todo Lithernia: la piedra no olvida, y las verdades enterradas siempre encuentran la forma de volver a la superficie.