agrupacion: Clan Rompevelos alianzas: - descripción: Son el brazo ejecutor no oficial de la corona en asuntos de amenazas arcanas. La Reina Valeria Bronzebrillo les confía las misiones que requieren una mano dura y un conocimiento especializado que la guardia regular no posee. A cambio, el clan goza de una autonomía considerable y acceso a los Recursos del reino. nombre_facción: Corona de Valtoria - descripción: ‘Los Rompevelos dependen de los cristales puros y perfectamente tallados de Nolindor para sus dispositivos de contención y sus focos de abjuración. Mantienen una alianza comercial y de protección mutua: los Rompevelos aseguran que ninguna amenaza mágica perturbe la ciudad-geoda, y el Gremio les provee de los componentes más vitales para su cruzada.’ nombre_facción: Gremio de los Talladores de Luz (Nolindor) categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Nolindor dg-publish: true edad: 85 escudo: Un martillo de guerra de granito rompiendo una gema púrpura de la que emanan grietas de sombra. El fondo es de acero pulido, bordeado con Runas de contención. lema: Donde la magia se quiebra, la roca perdura. nombre: Kaeldra Picosilente relaciones: - descripción: Salvó a la joven gnoma de un autómata descontrolado, estableciendo un vínculo de protección silencioso pero inquebrantable. nombre_relacion: Glimma Ruedarruna tipo: Protegida (Juramento de Silencio) - descripción: Considera a sus guerreros ruidosos, indisciplinados y carentes de la seriedad que las amenazas arcanas requieren. nombre_relacion: Clan Bronzenhammer tipo: Rivalidad Ideológica rivalidades: - descripción: Una facción renegada y escindida de los propios Rompevelos. Creen que el clan se ha vuelto demasiado burocrático y compasivo. Los Cazadores de Sombras abogan por la destrucción total de toda magia y de quienes la usan, sin distinción, lo que los convierte en una amenaza extremista tanto para Valtoria como para sus antiguos hermanos. nombre_facción: Cazadores de Sombras - descripción: Como maestros del espionaje y la magia de sombras, los Nighthawk ven a los Rompevelos como su opuesto directo y un obstáculo para sus operaciones de infiltración en Valtoria. Chocan constantemente en las fronteras y en las sombras de las ciudades enanas, en una guerra silenciosa de contrainteligencia y purgas mágicas. nombre_facción: Clan Nighthawk (Mor’dhul) rol: Campeona y Guardiana de la Bóveda Prohibida subcategoria: Personajes tags: - clan rompevelos - enano - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones - valtoria tipo: Clan summary: Kaeldra Picosilente, enana del Clan Rompevelos, es experta en runas y magia de contención. Campeona tras neutralizar un autómata caótico, hoy custodia la Bóveda Prohibida en Nolindor, protegiendo artefactos y secretos peligrosos con silencio y disciplina.
Kaeldra no nació en una casa de nobleza dorada ni en el estruendo de una gran forja. Su linaje, Picosilente, es uno de los pilares fundacionales del Clan Rompevelos, descendientes directos de aquellos veteranos del Clan Cortepiedra que juraron que la roca de Valtoria jamás volvería a temblar por el caos de la magia desatada. Su infancia no fue de juegos, sino de lecciones. Aprendió a leer las Runas de contención antes que las sagas de héroes y a distinguir la corrupción de un artefacto del Lilium por su zumbido silencioso, un sonido que para otros sería imperceptible.
Criada en la ciudad-geoda de Nolindor, Kaeldra entendió desde joven la frágil dualidad de su mundo: la belleza de los cristales puros que iluminaban su hogar y la sombra retorcida que la magia corrupta podía proyectar sobre ellos. Su adiestramiento fue severo, enfocado en la disciplina, el silencio y la observación. Mientras los jóvenes del Clan Bronzenhammer practicaban cargas atronadoras, Kaeldra pasaba semanas en meditación, aprendiendo a sentir las vibraciones del maná inestable en la piedra, a rastrear cultistas por el eco de sus cánticos prohibidos y a desmantelar trampas arcanas con la precisión de un tallador de gemas.
Su ascenso al título de Campeona no se forjó en una gran batalla campal, sino en el corazón de un taller gnómico olvidado. Un antiguo autómata de la era pre-Lilium, cuya matriz de poder se había vuelto inestable, despertó y comenzó a masacrar todo a su paso. Un contingente del Clan Bronzenhammer intentó detenerlo con fuerza bruta, pero cada golpe de sus martillos solo hacía que la máquina liberara ondas de energía caótica que distorsionaban la realidad.
Fue Kaeldra quien, en solitario, se adentró en el caos. Ignorando los ataques directos, estudió los patrones del autómata, identificó las Runas de mando corruptas en su chasis y, con una serie de golpes precisos de su martillo rúnico, no lo destruyó, sino que rompió los flujos de maná que lo animaban, dejándolo inerte. En el proceso, salvó a una joven y aterrorizada gnoma llamada Glimma Ruedarruna, que se había escondido bajo una mesa de trabajo. El acto, realizado en un silencio casi absoluto en medio del estruendo, le valió el respeto de su clan y el título de Campeona. De Glimma obtuvo un juramento de silencio y protección que mantiene hasta hoy; la gnoma es un recordatorio viviente de lo que su clan juró defender.
Hoy, Kaeldra ostenta uno de los cargos más solitarios y cruciales del clan: es la Guardiana de la Bóveda Prohibida. Escondida en las profundidades de Nolindor, esta bóveda no guarda tesoros, sino pesadillas. En su interior, en celdas selladas con las más potentes Runas de contención, yacen artefactos imbuidos con la esencia del Lilium, tomos que susurran secretos que enloquecen a los sabios y, en ocasiones, los propios “Hijos de la Luna” cuya magia es demasiado volátil para el mundo exterior.
Su deber es una vigilia eterna. Pasa la mayor parte de sus días en el silencio absoluto de la bóveda, reforzando los sellos, estudiando la naturaleza de las amenazas contenidas y resistiendo los susurros psíquicos que emanan de los objetos malditos. Su rivalidad con los Nighthawk de Mor’dhul es personal; en más de una ocasión, ha frustrado sus intentos de infiltrarse en Valtoria para robar los secretos de la Bóveda, enfrentando a sus ilusionistas y asesinos de sombras en duelos silenciosos librados en túneles olvidados. Su lealtad a la Reina Valeria es inquebrantable, pues ve en el orden de la corona la única estructura capaz de evitar que la locura que ella custodia se derrame sobre Lithernia.
Kaeldra Picosilente es una enana de constitución sólida y fibrosa, forjada por la disciplina más que por la fuerza bruta. A sus 85 años, su rostro es un mapa de concentración serena, con pocas arrugas de expresión pero marcado por finas cicatrices de quemaduras rúnicas y cortes precisos, testigos de artefactos que casi se le escapan de las manos. Su cabello, de un color negro como el basalto, está recogido en una única y gruesa trenza funcional, sujeta con broches de acero pulido inscritos con Runas de silencio. Sus ojos son de un gris acerado, intensamente observadores, capaces de notar el más mínimo cambio en la luz o el aire que delate una presencia mágica. Rara vez sonríe, pero su mirada puede transmitir una aprobación férrea o una advertencia mortal sin necesidad de palabras.
El equipo de Kaeldra es puramente funcional, cada pieza una herramienta para su cruzada.
El legado de Kaeldra Picosilente no se cantará en las tabernas ni se forjará en estatuas doradas. El suyo es un legado de silencio, definido por las catástrofes que no ocurrieron, las plagas mágicas que fueron purgadas antes de nacer y los cultos apocalípticos desmantelados antes de que pudieran invocar a sus oscuros amos.
Para Valtoria, ella es el muro invisible, la centinela impasible que permite que la Torre de las Estrellas estudie y que la Reina Valeria gobierne en relativa paz. Es la encarnación de la filosofía Rompevelos: una fuerza pragmática y severa que comprende que las mayores amenazas no siempre se anuncian con tambores de guerra, sino con un susurro en la oscuridad.
Para los aventureros y héroes de Lithernia, Kaeldra no es una aliada fácil de ganar. Desconfía de los lanzadores de Conjuros impulsivos y de aquellos que buscan poder en ruinas olvidadas. Sin embargo, si la amenaza es lo suficientemente grave como para poner en peligro la propia estabilidad del Tejido del Maná, podría convertirse en la aliada más formidable y decidida, una fuerza de la naturaleza enana cuya voluntad es tan inquebrantable como la montaña misma. Su impacto no se medirá en reinos conquistados, sino en un mundo que, gracias a ella, ha podido seguir existiendo.