casa/linaje: Linaje del Fuego (Progenitor de los Dragones Metálicos) categoria: Personajes y Agrupaciones categoría: 02_Figuras_Historicas dg-publish: true era: Era de las Escamas y Fuego importancia: Mítica nombre: Ignis reino: Imperio Metálico (histórico, ya disuelto) relaciones: aliados: Dragones metálicos, antiguos clanes enanos, linajes humanos de forjadores complejas: Fidriel (dragón de la sabiduría) enemigos: Tal’vorak (líder de los dragones cromáticos), Sariel (dragón vampiro) rivales: Tal’vorak (archienemigo) residencia: Desconocida (históricamente, los picos volcánicos y las grandes forjas de Lithernia) rol: Dragón ancestral de fuego, líder de los dragones metálicos, co-creador del mundo subcategoria: Personajes tags: - ancestral - dragón - era de las escamas y fuego - figura histórica - fuego - metálico - personajes - personajes_y_agrupaciones summary: Ignis, dragón ancestral del fuego y forjador de montañas, lideró a los dragones metálicos en la creación y defensa de Lithernia. Su imperio cayó tras las Guerras Dracónicas, y su paradero actual es un misterio.

Ignis

Ignis, conocido en las crónicas más antiguas como el Forjador de Montañas y el Padre de los Dragones Metálicos, es una de las cuatro figuras dracónicas ancestrales que dieron forma a Lithernia durante la Forja del Mundo. Como encarnación del fuego primordial y constructivo, su legado está grabado en las cordilleras y volcanes del continente, y su espíritu de orden y creación perdura en el linaje de los Dragones metálicos.

Biografía

Origen y la Forja del Mundo Nacido en los albores del tiempo, junto a sus hermanos ancestrales Tal’vorak, Fidriel y Sariel, Ignis fue uno de los primeros y más poderosos seres en poblar la recién formada Lithernia. Mientras otros Primordiales representaban la tormenta, la sabiduría o la sombra, Ignis personificaba el poder dual del fuego: la capacidad de destruir y, a partir de las cenizas, crear. Se le describe como un majestuoso dragón carmesí, cuyo aliento no era mera llama, sino el magma del núcleo del mundo. Con él, forjó las grandes cadenas montañosas, hizo emerger volcanes que actuaban como faros de poder y calentó las vetas de la tierra para que los metales preciosos se cristalizaran.

La Era de las Escamas y Fuego Durante el Amanecer Dracónico, cuando los Dragones se convirtieron en la fuerza dominante, Ignis consolidó su poder como el líder indiscutible de los Dragones metálicos (oro, plata, bronce, cobre y latón). A diferencia de la tiranía brutal impuesta por su rival Tal’vorak y sus Dragones cromáticos, Ignis promovió un imperio basado en la fuerza, el honor y la creación.

Proclamó la conquista a través del fuego, pero el suyo era un fuego de forja. Vio potencial en las razas mortales emergentes y estableció las primeras alianzas con los clanes de Enanos y las tribus humanas que mostraban talento para la artesanía. Se dice que fue Ignis quien enseñó a los Enanos los secretos más profundos de la metalurgia y quien inspiró a los Humanos a construir ciudades inexpugnables. Para él, un arma bien forjada o una fortaleza bien construida eran formas de arte tan valiosas como el oro de su tesoro.

Las Guerras Dracónicas y la Caída La coexistencia de imperios dracónicos era insostenible. La ambición de Tal’vorak por subyugar toda Lithernia desató las devastadoras Guerras Dracónicas. Este conflicto milenario enfrentó directamente a la facción metálica de Ignis contra las hordas cromáticas de Tal’vorak. Las batallas eran de una escala apocalíptica: cielos que ardían, mares que hervían y paisajes enteros que eran redefinidos por el choque de alientos elementales.

Ignis lideró a sus ejércitos con una combinación de furia justa y brillantez estratégica, a menudo luchando en persona contra Tal’vorak en duelos que hacían temblar los cimientos del mundo. Sin embargo, la guerra fue un conflicto de desgaste. Tras generaciones de lucha, y con las intrigas de Fidriel y la corrupción de Sariel debilitando a ambos bandos, los grandes imperios dracónicos comenzaron a desmoronarse. Plagado de traiciones internas y con sus clanes menores exhaustos o diezmados, el poder de Ignis decayó.

La Era de las Escamas y Fuego terminó no con una derrota decisiva, sino con el colapso mutuo de los grandes linajes. El imperio de Ignis se fragmentó, y él, junto con los demás Dragones ancestrales, se retiró del mundo, dejando a las razas mortales el camino libre para forjar su propio destino. Su paradero actual es uno de los mayores misterios de Lithernia. Algunos creen que duerme en el corazón de un volcán, otros que pereció en su última batalla, y unos pocos susurran que simplemente observa, esperando el momento adecuado para regresar.

Descripción Física y Poderes

Ignis es descrito en los mitos como la personificación de la majestuosidad y el poder ígneo. Su cuerpo era colosal, más grande que cualquier montaña que él mismo hubiera creado. Sus escamas, de un profundo color carmesí, brillaban como rubíes pulidos y ardían con un fuego interno que las hacía parecer metal al rojo vivo. Sus ojos eran dos soles en miniatura, capaces de derretir la piedra con una sola mirada, y su voz retumbaba como el estruendo de una erupción volcánica. Una corona de cuernos naturales, afilados como la obsidiana, adornaba su cabeza.

Como dragón ancestral, su poder era casi divino y estaba intrínsecamente ligado a la estructura de Lithernia:

Legado e impacto en Lithernia

El legado de Ignis es tan permanente como las montañas que ayudó a crear. Geográficamente, los grandes volcanes y las cordilleras más ricas en minerales son considerados obra suya, y muchos de estos lugares siguen siendo focos de un inmenso poder mágico.

Culturalmente, es el padre fundador de la ideología de los Dragones metálicos: su código de honor, su aprecio por la vida y la creación, y su disposición a aliarse con razas humanoides provienen de sus enseñanzas. Las tradiciones de herrería de los Enanos de Valtoria y la destreza de los armeros de Galvorn tienen sus raíces en los mitos sobre su tutela.

Para los aventureros y eruditos de la Era Actual, Ignis representa un poder latente. La posibilidad de su retorno, o el descubrimiento de uno de sus lares perdidos, es el objetivo de muchas búsquedas épicas. Se cree que su tesoro no solo contenía riquezas, sino artefactos de la creación y conocimientos capaces de cambiar el destino del mundo. En un Lithernia amenazado por el legado del Lilium y las profecías oscuras, la figura de Ignis simboliza una era en la que el poder no solo servía para destruir, sino también para forjar.