agrupacion: Cazadores de Sombras alianzas: - Agentes de Mor’dhul - Los Hijos del Leño Muerto (Culto corrupto) ciudad_sede: Douchy (Guarida oculta en las profundidades cercanas) dg-publish: true edad: 180 escudo: Un yunque de obsidiana fracturado del que emanan sombras reptantes sobre un fondo de granito gris. lema: El poder no se hereda, se arranca de la oscuridad. nombre: Grorna Rompepiedra relaciones: - Mantiene una relación de mentora con una ex-guardia de Douchy que desertó por su causa. - Siente un odio visceral hacia los elfos de Sylorian por “corromper” la pureza enana. rivalidades: - Reino de Valtoria - Torre de las Estrellas - Ciudades Santuario de Valtoria (Chaus, Nolindor, Sylorian, Pralestamo) rol: Comandante de Guerra tags: - antagonista - enano - facción - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones - valtoria tipo: Facción (Antagonista) categoria: Personajes y Agrupaciones subcategoria: Personajes summary: Grorna Rompepiedra, enana exiliada de Douchy, lidera a los Cazadores de Sombras con brutal pragmatismo. Rechaza la tradición defensiva de Valtoria y busca destruir su orden para imponer un imperio enano basado en fuerza y oscuridad.
En los anales de Valtoria, el nombre Rompepiedra es sinónimo de honor, de clanes que han servido a la montaña con picos y martillos durante generaciones. Grorna nació en el seno de esta tradición, en los profundos salones de Douchy, y desde joven demostró una afinidad innata no con la paciencia del cantero, sino con la violencia de la fractura. Donde otros veían vetas de mithril que extraer con cuidado, ella veía debilidades que explotar. Su espíritu era el del terremoto, no el de la montaña paciente.
Durante sus años en la guardia de granito de Douchy, Grorna se ahogaba en la doctrina defensiva del reino. Observaba con desdén cómo el Concilio de la Montaña debatía durante ciclos lunares, cómo los sabios de la Torre de las Estrellas predicaban la contención, y cómo la diplomacia con los elfos de la cercana Sylorian “suavizaba” el alma de acero de su gente. Para Grorna, la sabiduría era cobardía disfrazada, y la tradición, una cadena que impedía a los Enanos reclamar su verdadero destino: el dominio.
Su punto de quiebre fue un tratado comercial con Sylorian, donde presenció cómo los líderes Enanos inclinaban la cabeza ante los “susurros de hojas” de los elfos. Aquella noche, desertó. No huyó como una paria, sino que marchó como una profeta de un nuevo orden. En las sombras de las montañas proscritas, encontró a otros como ella: exiliados, mineros cuya ambición superaba su lealtad y magos que osaban estudiar los ecos del Cataclismo del Lilium. Con ellos fundó los Cazadores de Sombras.
Como Comandante de Guerra, Grorna es la encarnación de la furia de su facción. Su nombre se susurra con temor en las avanzadillas de Valtoria. Lideró el asalto que profanó el Santuario de la Piedra Silente en Pralestamo, robando Runas ancestrales. Fue ella quien orquestó el colapso de las Minas de Plata de Nolindor, no para saquearlas, sino para cortar el sustento de un clan que consideraba débil. Su mayor victoria personal fue convencer a una joven y prometedora guardia de Douchy, a quien veía como su reflejo, de abandonar su puesto y unirse a su causa, probando que su filosofía era contagiosa.
Movida por un pragmatismo brutal, Grorna ha forjado alianzas con agentes de Mor’dhul. No siente devoción por sus dioses oscuros ni por Sel’thirak, pero reconoce el poder en sus métodos y la utilidad de un enemigo común. Les proporciona inteligencia sobre las defensas de Valtoria a cambio de conocimiento arcano prohibido y artefactos imbuidos con la energía de las sombras, convencida de que el fin justifica cualquier medio. Su objetivo final no es solo la riqueza o el poder personal, sino la demolición total del orden valtoriano, para reconstruir un imperio enano basado en la fuerza, el miedo y la oscuridad que, según ella, siempre ha latido bajo la piedra.
Grorna es una figura imponente, incluso para un enano. Su cuerpo es un bloque de músculo y dureza, forjado en batallas y túneles prohibidos. Su piel es pálida, del color del granito sin pulir, y su rostro está marcado por una red de cicatrices finas, recuerdos de esquirlas de roca y garras de Lithernia/07_Bestias_Monstruos/Bestias de las profundidades. Su barba, de un negro azabache, no está trenzada con los anillos de oro de la nobleza, sino con correas de cuero crudo y fragmentos de obsidiana. Sus ojos, oscuros y penetrantes, carecen del cálido brillo de la forja; son fríos, como astillas de un mundo sin sol.
Viste una armadura de placas de acero ennegrecido, despojada de cualquier adorno que no sea funcional o intimidante. Las hombreras y el peto están incrustados con venas de mineral oscuro que parecen absorber la luz, un regalo de sus aliados de Mor’dhul. No porta el escudo de los defensores Enanos; desprecia la idea de esconderse.
Su arma es una extensión de su voluntad: un colosal martillo
de guerra de dos manos, bautizado como
Rompe-espíritus. La cabeza del martillo,
forjada con hierro meteórico y templada en sangre, está cubierta de
Runas corruptas que brillan con una tenue luz
violácea. Se dice que cada golpe no solo quiebra la roca y el hueso,
sino que también desgarra el alma, dejando una estela de frío necrótico
a su paso.
Grorna Rompepiedra no es una simple bandida o renegada; es una herejía viviente para la cultura enana. Representa la fractura interna de Valtoria, la prueba de que ni la sociedad más estable y tradicionalista es inmune a la corrosión de la ambición y el resentimiento.
Su impacto directo es la desestabilización de las regiones montañosas. Sus incursiones obligan a Valtoria a desviar Recursos, a fortalecer sus defensas internas y a confrontar la incómoda verdad de que su mayor enemigo podría no ser Mor’dhul, sino sus propios hijos descarriados.
A largo plazo, el legado de Grorna podría ser catastrófico. Si sus Cazadores de Sombras logran corromper un lugar de poder significativo, como una de las Ciudades Santuario o un nexo de la Torre de las Estrellas, podrían causar un daño irreparable al espíritu y la magia de Valtoria. Su alianza con Mor’dhul amenaza con abrir una brecha en la fortaleza natural del reino, convirtiéndola en la punta de lanza de una invasión a gran escala.
Grorna Rompepiedra es el martillo que amenaza con hacer añicos los cimientos de Valtoria, demostrando al resto de Lithernia que la piedra más dura puede ser quebrada, no por fuerza externa, sino por la oscuridad que anida en su propio corazón.