‘- nombre_grupo’: El Cónclave de los Videntes (Nythalas) ‘- nombre_individuo’: Lyra Umbra, Alquimista Principal agrupacion: El Gremio del Velo Cinéreo ciudad_sede: Miryalis descripcion: Aliada valiosa pero frágil. Grak siente un deber paternal de protegerla en secreto durante las misiones, consciente de que su trabajo con las esencias corruptas la consume. dg-publish: true edad: ‘55’ escudo: Una quimera de ébano enroscada alrededor de un monolito de obsidiana agrietado, del que emana una tenue luz púrpura. El fondo es de color gris ceniza. lema: Del veneno, el antídoto. De la ceniza, el renacer. nombre: Grak ‘Cicatriz de Ceniza’ rol: Jefe de Cazadores tags: - ’ ’ - ’’’’ - ‘,’ - ‘[’ - a - c - d - e - g - h - i - j - l - m - n - o - p - personajes - personajes_y_agrupaciones - r - s - t - u - v - z - é tipo: Gremio categoria: Personajes y Agrupaciones subcategoria: Personajes summary: Grak, orco del Clan Thyrgram, fue marcado y desterrado tras una herida corrupta en batalla. Rescatado por Kaelen, líder del Velo Cinéreo, se convirtió en su Jefe de Cazadores, protegiendo Lithernia de amenazas oscuras con ferocidad y disciplina.
Nacido bajo los cielos perpetuamente encapotados de Mor’dhul, Grak fue forjado en la brutalidad del Clan Thyrgram. Su juventud fue un bautismo de sangre y acero, una vida dedicada a la guerra interminable que su dios patrón exigía. Era fuerte, feroz y ascendía en las filas con la promesa de una muerte gloriosa. Sin embargo, en el estruendo de la batalla y en los silencios del campamento, una pregunta herética germinaba en su mente: ¿cuál era el propósito de un océano de sangre si las mareas nunca cambiaban? Para Grak, la guerra de los clanes se había convertido en un ciclo sin sentido, una bestia que se devoraba a sí misma.
El punto de inflexión llegó durante una incursión en las tierras baldías cicatrizadas por el Lilium. Su escuadrón no se topó con elfos ni Enanos, sino con algo mucho más antiguo: una Bestia de la Agonía, una criatura deformada por el eco del cataclismo. La batalla fue un torbellino de terror arcano. Grak sobrevivió, pero a un coste terrible. Una llamarada de energía corrupta le alcanzó el rostro y el hombro, no quemándolo con fuego, sino con la esencia misma del dolor y la ceniza. La herida nunca sanó del todo, dejando tras de sí una marca macabra de piel grisácea y cuarteada, como si las brasas aún ardieran bajo la superficie. Para el Clan Thyrgram, esta no era una herida de honor, sino una mancha de corrupción. Marcado y deshonrado, Grak fue declarado un paria y abandonado a su suerte.
Como un descastado, vagó por las tierras más inhóspitas de Lithernia, cazando para sobrevivir, su odio por el mundo creciendo con cada amanecer. Fue en ese abismo de desesperación donde lo encontró Kaelen, el enigmático fundador del Velo Cinéreo. Kaelen no vio en él a un orco maldito, sino a un superviviente que había mirado al verdadero enemigo del mundo a los ojos. Le ofreció a Grak no solo un refugio, sino un propósito. Le enseñó el lema del gremio: “Del veneno, el antídoto. De la ceniza, el renacer.”
Grak abrazó esta nueva doctrina con la fervorosa lealtad que una vez reservó para su clan. Su ferocidad innata, ahora templada por la disciplina y el conocimiento del gremio, lo convirtió en el Cazador más letal del Velo Cinéreo. No luchaba por gloria ni por un dios sediento de sangre, sino para proteger al mundo de las heridas supurantes que nadie más se atrevía a tocar. Ascendió por méritos propios hasta convertirse en el Jefe de Cazadores, el líder táctico que dirige las expediciones del gremio a los rincones más oscuros y peligrosos de Lithernia.
Hoy, Grak es un pilar del gremio. Su lealtad a Kaelen es absoluta, pues le dio un camino cuando solo conocía la destrucción. Sin embargo, su coraza de veterano esconde una vulnerabilidad: Lyra Umbra, la joven y brillante alquimista del gremio. Ve en su fragilidad un reflejo del mundo que ha jurado proteger y, en secreto, se asegura de que ninguna de sus misiones la ponga en un peligro del que él no pueda sacarla. Es un pacto silencioso, una deuda personal que paga al único vestigio de esperanza que conserva.
Grak es un orco imponente, cuya herencia del Clan Thyrgram es visible en su poderosa musculatura y su estatura. Sin embargo, los años de caza y disciplina lo han moldeado en algo más parecido a un depredador acechante que a un berserker. Su piel es de un tono verde oliva oscuro, y sus colmillos, aunque formidables, rara vez se muestran en una mueca de ira, sino en una expresión de concentración perpetua.
La “Cicatriz de Ceniza” domina el lado izquierdo de su rostro, extendiéndose desde la sien hasta la clavícula. No es una cicatriz común; la piel allí es de un gris ceniciento, perpetuamente fría al tacto y surcada por finas fisuras de las que, en momentos de gran esfuerzo, parece emanar un levísimo humo espectral.
Viste una armadura funcional y curtida por mil batallas, compuesta de placas de quitina de monstruo y cuero endurecido de basilisco sobre una cota de malla ennegrecida. No hay en ella adornos, solo las marcas de garras, ácidos y filos que ha resistido.
Su arma principal es “Cenicienta”, una descomunal hacha de verdugo forjada por el propio Grak. Su hoja de acero oscuro está permanentemente impregnada con aceites alquímicos y sales de ceniza de abominación, haciéndola especialmente efectiva contra criaturas corruptas. Al cinto lleva un surtido de viales con antídotos, catalizadores y venenos preparados por Lyra, junto con trampas de caza y un mapa de las líneas ley de Lithernia, toscamente dibujado sobre piel de bestia.
Grak ‘Cicatriz de Ceniza’ nunca será cantado en las cortes de Eldrador ni honrado en las forjas de Valtoria. Su nombre es un susurro entre aquellos que conocen la verdadera podredumbre que se esconde bajo la superficie de Lithernia. No es un rey ni un profeta, sino algo mucho más fundamental: un guardián.
Su impacto no se mide en territorios conquistados, sino en desastres evitados. Es la muralla silenciosa que se interpone entre los reinos y los horrores nacidos del Lilium. Cada criatura que caza, cada fisura que sella, es una catástrofe que el resto del mundo nunca sabrá que estuvo a punto de ocurrir.
Para el Velo Cinéreo, es la encarnación de su credo: un ser nacido del veneno de Mor’dhul que se convirtió en el antídoto. Para el resto de Lithernia, Grak es un fantasma, una leyenda oscura contada para asustar a los niños. Pero para aquellos que sobreviven gracias a sus sacrificios anónimos, es la prueba viviente de que incluso de las cenizas más oscuras puede surgir un protector indomable. Su legado no quedará grabado en piedra, sino en el silencio de las tumbas de los monstruos que nunca verán la luz del día.