agrupacion: El Gremio del Grifo de Hierro alianzas: Clan Agrietacero de Valarion, Sínodo del Engranaje Pulido de Cyndril ciudad_sede: Valarion dg-publish: true edad: ‘98’ escudo: La cabeza de un grifo de perfil, forjada en hierro negro con un ojo de rubí brillante, sobre un fondo de cuero curtido. lema: ‘“La Bestia Cae, el Mundo Respira.”’ nombre: Finkle ‘Dedos-de-Pólvora’ relaciones: Clan Agrietacero rivalidades: Gremios de Adiestradores de Ruelith, Círculo de los Custodios de Erwynn rol: Jefe de Suministros y Alquimia tags: - ’ ’ - ‘,’ - ‘[’ - a - c - e - f - g - h - i - j - l - m - n - o - p - personajes - personajes_y_agrupaciones - r - s - t - u - í tipo: Gremio categoria: Personajes y Agrupaciones subcategoria: Personajes summary: Gnomo exiliado por un accidente, Finkle ‘Dedos-de-Pólvora’ se especializa en explosivos y alquimia para el Gremio del Grifo de Hierro. Su ingenio y precisión son vitales para equipar cazadores contra bestias peligrosas, combinando ciencia y artesanía con rigor.
Nacido en un pequeño y recluido enclave gnomo en las estribaciones de las montañas de Valtoria, Finkle demostró desde joven una fascinación casi peligrosa por las reacciones químicas y la física de las explosiones. Mientras sus pares se dedicaban a la creación de intrincados autómatas o ilusiones sutiles, Finkle buscaba la fórmula perfecta para la pólvora, el ácido más corrosivo y el catalizador más volátil. Su carrera académica terminó abruptamente tras un “incidente experimental” que demolió el ala de Alquimia de su comunidad y chamuscó permanentemente las cejas del Archisabio. Exiliado por su imprudencia, pero no por falta de talento, Finkle encontró su verdadero hogar en el lugar más improbable y, a la vez, más adecuado: el Gremio del Grifo de Hierro.
En la pragmática y brutal cultura del Gremio, su obsesión por la destrucción controlada no fue vista como un defecto, sino como un activo de valor incalculable. Bajo la tutela de cazadores veteranos y en las forjas del Clan Agrietacero, Finkle perfeccionó su arte. Ya no buscaba la explosión más grande, sino la más eficiente. Aprendió a diseñar cargas que podían quebrar el caparazón de un basilisco sin derruir la cueva, o a formular venenos que derribaban a un wyvern en pleno vuelo con una sola dosis certera.
Su meticulosidad y su extraña capacidad para prever las necesidades logísticas de las cacerías más peligrosas lo elevaron rápidamente de un simple artífice a Jefe de Suministros y Alquimia. Finkle se convirtió en el corazón palpitante del arsenal del Gremio. No hay Cazador que salga de las puertas de Valarion sin llevar consigo sus bálsamos, sus granadas o sus municiones encantadas. Él es la razón por la que un Cazador solitario puede enfrentarse a una hidra y tener una oportunidad de sobrevivir.
Su relación con el Clan Agrietacero es la piedra angular de su trabajo. Mantiene una amistad gruñona y profundamente respetuosa con el maestro de forja Borin Agrietacero, con quien debate durante horas sobre la aleación perfecta para las carcasas de sus bombas o la pureza del carbón de las minas más profundas. Aunque Finkle es un gnomo, su mentalidad directa, su honestidad brutal y su devoción por la artesanía le han ganado un lugar de honor entre los Enanos, que lo ven menos como un extranjero y más como un excéntrico pero indispensable colega.
Su motivación no es la gloria ni el oro, sino el desafío intelectual. Cada monstruo es un problema que requiere una solución química o mecánica. Derrotar a una quimera no es una hazaña heroica para él, es la prueba exitosa de una hipótesis. Este desapego esconde un peso inmenso: cada fallo en sus cálculos, cada poción mal calibrada, puede costar la vida de los cazadores que confían en él. Finkle carga con esta responsabilidad en silencio, ocultándola bajo una capa de sarcasmo y una dedicación obsesiva a su trabajo.
Finkle es la personificación de su oficio. Es un gnomo de complexión robusta, con unos brazos sorprendentemente musculosos por años de martillar y moler componentes. Sus cejas, perpetuamente cortas y erizadas, son un recuerdo constante de sus primeros experimentos. Sus dedos, callosos y manchados de hollín, azufre y docenas de otros químicos, le ganaron su apodo. Siempre lleva unas gruesas gafas de vidriero empujadas sobre su frente, que bajan sobre sus agudos ojos grises solo en los momentos de máxima concentración.
Viste un delantal de cuero de draco, grueso y resistente al fuego, sobre ropas de trabajo reforzadas proporcionadas por sus aliados Enanos. Su cinturón no porta dagas ni bolsas de monedas, sino un caos ordenado de viales de cristal, bolsas de polvos de colores, rollos de mecha de distintos grosores y herramientas de precisión.
Su pieza de equipamiento más preciada es “Rompemandíbulas”, un arma de fuego personalizada, un híbrido entre un trabuco enano y un rifle de precisión gnomo. Es una obra maestra de ingeniería capaz de disparar desde munición perforante estándar hasta cápsulas alquímicas de su propio diseño: proyectiles que estallan en una nube de ácido, hielo o una llamarada cegadora.
Finkle ‘Dedos-de-Pólvora’ nunca se sentará en un trono ni su nombre será cantado en las grandes baladas épicas de las cortes de Eldrador. Sin embargo, su impacto en el día a día de las gentes de Lithernia es innegable. Es uno de los pilares anónimos que sostienen la frágil seguridad del mundo post-Lilium.
Dentro del Gremio del Grifo de Hierro, es una leyenda. Es el artífice que convirtió a un grupo de cazadores desesperados en la fuerza de exterminio más eficaz del continente. Sus innovaciones en Alquimia de combate y armamento de fuego han definido el estilo de lucha del Gremio y han salvado incontables vidas, tanto de sus miembros como de los civiles que protegen.
Para el Clan Agrietacero y la ciudad de Valarion, Finkle es el nexo viviente de una de las alianzas más sólidas de Valtoria. Ha introducido técnicas gnomas en las forjas enanas y, a su vez, ha adaptado la resistencia y la potencia de la metalurgia enana a sus explosivos, creando una sinergia tecnológica única en la región.
A escala continental, Finkle representa una fuerza de cambio silenciosa. Mientras los nobles de las grandes casas conspiran y los dioses juegan sus partidas milenarias, hombres y mujeres como Finkle enfrentan las amenazas reales y tangibles. Él es la prueba de que en Lithernia, el ingenio, la dedicación y un poco de pólvora bien colocada pueden ser tan poderosos como la sangre Noble o la fe divina. Su legado no está escrito en piedra, sino en los cráteres humeantes donde antes anidaban monstruos, y en la gratitud silenciosa de cada aldea que puede ver un nuevo amanecer.