agrupacion: Clan Moldearroca alianzas: Clan Sel’thirak (Tieflings) categoria: Personajes y Agrupaciones ciudad_sede: Valarion dg-publish: true edad: 38 escudo: Un puño cerrado de obsidiana del que emergen grietas de magma rojo, sobre un fondo de piedra agrietada. lema: La tierra obedece a la voluntad, no al acero. nombre: Fenris el Erudito relaciones: Ur’thok (supervisor y maestro), Grizelda (protectora secreta), Vor’lag (amenaza constante) rivalidades: Clan Thyrgram (Orcos), Clan Agrietacero (Enanos de Valarion) rol: Esclavo Humano y Arquitecto subcategoria: Personajes tags: - arquitecto - clan moldearroca - humano - lithernia - mor’dhul - personajes - personajes_y_agrupaciones tipo: Clan summary: Fenris, esclavo humano y erudito del Clan Moldearroca en Mor’dhul, es arquitecto de fortalezas y criptas. Oculta su deseo de libertad y destrucción del sistema bajo una lealtad aparente, usando su conocimiento para debilitar el poder orco desde dentro.

Fenris el Erudito

En Mor’dhul, la fuerza se mide en acero y sangre. Pero la verdadera permanencia, la que sobrevive a los imperios y a los dioses, se talla en la piedra. Y la piedra, como todo, tiene sus puntos de quiebre.

Biografía

Fenris es una paradoja viviente: un esclavo humano cuyo intelecto es uno de los activos más preciados del Clan Moldearroca, en el corazón del brutal reino de Mor’dhul. Nacido libre en la cosmopolita Galvorn, su destino se torció irrevocablemente cuando la expedición académica que integraba fue emboscada en las fronteras yuguladas de las tierras oscuras. Mientras sus compañeros caían o eran vendidos para trabajos forzados, el joven Fenris, un prometedor estudioso de la historia y la arquitectura pre-Cataclismo, fue reclamado por el Clan Moldearroca.

Sus captores, los geomantes Orcos que moldean roca y magma con la fuerza de su voluntad, vieron en sus meticulosos bocetos de ruinas antiguas no solo un talento, sino una herramienta. El clan, fundado sobre el principio de dominar la tierra en lugar de ser dominado por ella, carecía de la fineza teórica para llevar sus ambiciones a una escala monumental. Fenris se convirtió en su esclavo más valioso: el traductor de su poder bruto a diseños viables, el cerebro detrás de la fuerza.

Bajo la supervisión del Maestro de Obras, Ur’thok, un orco de inmenso poder pero escasa paciencia, Fenris ha sido el arquitecto silencioso de algunas de las construcciones más formidables de Mor’dhul. Desde las murallas inexpugnables de ciudadelas menores hasta las criptas laberínticas diseñadas para los nobles tiefling del Clan Sel’thirak, su firma está grabada en la piedra del reino. Publicamente, Fenris muestra una lealtad sumisa y una eficiencia impecable, ganándose una precaria existencia. En secreto, cada plano que dibuja es un estudio, cada cálculo una sonda. Con una paciencia forjada en el terror, analiza las debilidades estructurales de sus propias creaciones, documentando fallas ocultas que podrían, con el ímpetu adecuado, derribar los mismos pilares del poder de Mor’dhul.

Su peligrosa doble vida es posible gracias a la protección de Grizelda, la anciana matriarca del clan y descendiente directa del fundador. Ella ve en la brutal alianza con Sel’thirak una perversión de su filosofía original y valora la perspectiva externa de Fenris como un contrapeso a la creciente sed de sangre del clan. Sin embargo, este precario amparo lo convierte en blanco de la envidia y el desprecio de guerreros como Vor’lag, un sádico capitán que personifica la crueldad sin sentido que Fenris anhela erradicar. Evitarlo es una necesidad diaria para su supervivencia.

Fenris, apodado “El Erudito” tanto con respeto como con mofa, juega la partida más larga de todas. Su motivación ya no es solo la libertad, sino la demolición calculada de un sistema que lo devoró. Su conocimiento no es solo su herramienta de trabajo, sino el arma silenciosa con la que espera, algún día, hacer temblar los cimientos de Mor’dhul.

Descripción Física y Equipamiento

Fenris es un hombre de 38 años que aparenta más edad, marcado por el estrés perpetuo y la mala nutrición de una vida de servidumbre. Es de complexión delgada y nervuda, una figura frágil en un mundo de moles orcas. Su cabello oscuro está veteado prematuramente de gris y suele llevarlo corto por practicidad. Su rasgo más distintivo son sus ojos: de un azul profundo e intenso, arden con una inteligencia febril y una cautela que nunca descansa.

Su piel pálida lleva las marcas de su condición: cicatrices finas en brazos y espalda, y un tatuaje rúnico del Clan Moldearroca grabado a fuego en su muñeca izquierda, un recordatorio constante de a quién pertenece. Sus manos, sin embargo, son las de un artista: delgadas y callosas por el uso constante de carbón, plumas y herramientas de medición.

Viste una túnica de tela basta, propia de un esclavo, aunque de mejor calidad que la de otros sirvientes, un guiño a su estatus “privilegiado”. Su equipamiento más valioso consiste en sus herramientas de arquitecto, que Ur’thok le permite conservar: un juego de finos implementos de dibujo de origen galvornés, varios rollos de pergamino y una bolsa con pigmentos y carbones. Oculto entre sus posesiones, mantiene un pequeño diario encuadernado en cuero, donde, bajo la apariencia de notas arquitectónicas, cifra los fallos estructurales y las vulnerabilidades de cada una de sus obras.

Legado e Impacto en Lithernia

En el presente, el impacto de Fenris es tangible y aterrador: las fortalezas que ha diseñado son símbolos del poder opresivo de Mor’dhul, monumentos a la tiranía que se alzan sobre el paisaje devastado. Es, irónicamente, el constructor del poder de sus amos, una pieza clave en la rivalidad arquitectónica contra los clanes Enanos como el Agrietacero de Valarion.

Sin embargo, su verdadero legado es una bomba de tiempo. Las “Semillas de la Caída” que ha plantado en la infraestructura de Mor’dhul podrían ser el factor decisivo en una futura guerra o rebelión. Si sus secretos salieran a la luz, podría proporcionar a los enemigos del Rey-Dios la llave para desmantelar su imperio desde dentro, provocando el colapso de sus bastiones más seguros.

Más allá de la destrucción, su profundo conocimiento de la ingeniería antigua, especialmente de las estructuras pre-Lilium, podría ser crucial para desvelar los misterios de la profecía del Primer Rey. Fenris podría ser el único ser vivo capaz de interpretar los planos de la prisión del Rey o de encontrar un camino seguro a través de las ruinas que custodian las Lanzas Celestiales.

Así, el destino de Fenris el Erudito está suspendido entre dos futuros épicos: ser recordado como el arquitecto que cimentó la era más oscura de Mor’dhul o como el ingeniero silencioso que orquestó su espectacular y cataclísmica caída.