categoria: Personajes y Agrupaciones dg-publish: true subcategoria: Facciones tags: - facciones - personajes_y_agrupaciones summary: Flinn ‘Chisporroteo’ Torniquete, gnomo maestro artífice exiliado, fundó La Cofradía del Muelle Real en Soriel. Rechaza la tradición, fusiona magia caótica y tecnología, y busca innovar mediante la destrucción de antiguos artefactos.
nombre: “Flinn ‘Chisporroteo’ Torniquete” rol: “Maestro Artífice y Fundador Exiliado” edad: 280 agrupacion: “La Cofradía del Muelle Real” tipo: “Facción” lema: “El progreso exige sacrificio. La tradición es el primer y más pesado grillete.” escudo: “Un engranaje de bronce roto del que brota una chispa de energía arcana inestable de color verdoso. El fondo es de pizarra negra, representando su origen en la montaña y su actual exilio en la oscuridad.” ciudad_sede: “Soriel (Mor’dhul, en las profundidades)” rivalidades: [“Sínodo del Engranaje Pulido (Cyndril)”, “Gremio de Artífices (Vatilleurs)”, “Cazadores de Sombras”] alianzas: [“Clan del Edicto Susurrante (Soriel)”, “Facciones Piratas de Galvorn”, “Lord Aethel (Contacto Secreto)”] relaciones: [“Durgar Hacha-de-Runa (Antiguo Protegido)”, “Ingenieros Radicales de Galvorn (Corresponsales)”] tags: [lithernia, personajes, Facción, Artífice, Gnomo, Cofradía del Muelle Real] # Flinn ‘Chisporroteo’ Torniquete
En los salones resplandecientes de Valtoria, donde el martillo de Rokael resuena como un latido sagrado, nació Flinn Torniquete. Un gnomo cuyo intelecto brillaba con la intensidad de una fragua al rojo vivo, pero cuya paciencia era tan escasa como las gemas en la superficie. Desde joven, Flinn demostró un talento prodigioso para la artificería, superando a sus maestros Enanos y desarmando complejos mecanismos con una facilidad que rayaba en lo insultante. Sin embargo, donde otros veían la belleza de un engranaje perfecto y la armonía de un autómata predecible, Flinn solo veía estancamiento. Para él, la “innovación paciente” de gremios como el Sínodo del Engranaje Pulido o los perfeccionistas de Vatilleurs era una jaula dorada, una afrenta al verdadero potencial que yacía en la unión del metal y la magia salvaje.
Fue mentor de jóvenes promesas, como el talentoso enano Durgar Hacha-de-Runa, a quien intentó imbuir con su visión radical: el verdadero avance no estaba en la perfección, sino en el caos controlado. Flinn soñaba con fusionar la tecnología con la magia arcana inestable, canalizar la esencia impredecible de los elementos en núcleos de poder y crear constructos que no solo obedecieran, sino que sintieran y reaccionaran con una furia elemental. Esta filosofía era una blasfemia, un desafío directo a la ordenada creación de Rokael y una burla a las tradiciones que habían sostenido a Valtoria por siglos.
Su ambición alcanzó su punto álgido y su inevitable final en el incidente que ahora se susurra como “El Silencio de los Engranajes”. En un taller secreto, Flinn intentó activar un autómata colosal alimentado por un núcleo de energía arcana inestable, un vórtice de magia cruda apenas contenido. El resultado fue catastrófico. El núcleo colapsó, desatando una onda de choque que no solo silenció todos los mecanismos en un distrito entero de su ciudad, sino que también liberó a sus creaciones, ahora constructos enloquecidos que sembraron el pánico.
Acusado de herejía y desterrado de su patria, Flinn no sintió remordimiento, sino liberación. El exilio fue la chispa que encendió su verdadera obra. Junto a otros artífices marginados que compartían su visión, fundó La Cofradía del Muelle Real, un nombre cargado de ironía para un mecanismo deliberadamente desbocado. Se establecieron en las entrañas de Soriel, en el oscuro reino de Mor’dhul, bajo la protección transaccional del Clan del Edicto Susurrante.
Hoy, Flinn ‘Chisporroteo’ es el cerebro y corazón de la Cofradía. Su desprecio por el Sínodo de Cyndril es una obsesión que alimenta su ingenio. Lidera a su facción en la búsqueda de artefactos pre-Lilium y ruinas antiguas, no para preservarlos, sino para desmantelarlos, para arrancar sus secretos y alimentar la próxima generación de sus peligrosas creaciones. Sus innovaciones —cañones arcanos que disparan rayos de pura entropía, autómatas de abordaje para piratas de Galvorn, y dispositivos de vigilancia para los señores de Mor’dhul— fluyen hacia los rincones más oscuros de Lithernia, vendidas al mejor postor. A través de una correspondencia secreta, agita las brasas de la rebelión entre ingenieros radicales de Galvorn y ha iniciado contactos con los agentes del ambicioso Lord Aethel, viendo en su sed de poder el mercado perfecto para la tecnología más desestabilizadora. Flinn no busca gobernar; busca ser el catalizador que rompa los grilletes del viejo mundo, convencido de que el progreso, para nacer, debe primero quemarlo todo.
Flinn es un gnomo anciano cuya edad se manifiesta en una red de finas arrugas alrededor de sus ojos, aunque estos brillan con una energía juvenil y febril. Su cabello blanco y rebelde parece estar perpetuamente erizado por la estática, y su barba, antes meticulosamente trenzada al estilo de Valtoria, ahora está chamuscada en los extremos y salpicada de grasa. Siempre lleva unas gafas de artífice con múltiples lentes sobre la frente, listas para bajar en cualquier momento. Sus manos son un mapa de su oficio: delgadas, ágiles, pero cubiertas de cicatrices de quemaduras, cortes y manchas de aceite y reactivos alquímicos.
Viste con pragmatismo caótico. Sobre ropas de buena tela, ahora manchadas y remendadas, lleva un pesado delantal de cuero de draco, resistente al fuego y a los ácidos. Su pieza de equipo más notable es su Guantelete de Artífice Versátil, una obra maestra personal que puede reconfigurarse con un chasquido de engranajes en un soplete de plasma, una garra de precisión, un taladro sónico o un pequeño escudo deflector. En su espalda descansa un Rifle de Prototipo “Chispa Inestable”, un arma arcana de su propio diseño que zumba con una energía verdosa y cuyo cañón a veces crepita con arcos de poder erráticos. Su cinturón está sobrecargado con herramientas especializadas, viales con líquidos volátiles y pequeños artefactos explosivos de relojería, cada uno un peligro potencial para cualquiera que no sea su creador.
Flinn ‘Chisporroteo’ Torniquete está destinado a ser recordado no como un rey o un conquistador, sino como el arquitecto de una nueva era de caos tecnológico. Es una fuerza disruptiva, un hereje cuya visión radical amenaza con desmantelar los cimientos de la civilización, desde la fe en los dioses de la forja hasta el equilibrio de poder militar entre los reinos.
Su legado es la proliferación de armas inestables y tecnología prohibida. Al armar a piratas, rebeldes y señores de la guerra ambiciosos, Flinn no solo alimenta la Gran Guerra, sino que la transforma, introduciendo variables que los estrategas tradicionales no pueden prever. Su alianza potencial con Lord Aethel podría ser el factor decisivo que permita al tirano desafiar el poder divino de Sel’thirak, sumiendo a Mor’dhul y, quizás, a toda Lithernia en un conflicto de una escala inimaginable.
Para los gremios de Valtoria, es una advertencia, un fantasma de lo que sucede cuando el genio no está atado por la tradición y la ética. Para sus clientes, es la promesa de poder instantáneo. Pero para Flinn, su impacto es simple: es el sonido glorioso de los viejos grilletes rompiéndose, el chisporroteo del mundo ardiendo para dar paso a un futuro más brillante, audaz y peligrosamente libre. Él es el muelle real que se ha soltado, y la máquina que impulsaba ahora se dirige sin control hacia el horizonte.