categoria: Personajes y Agrupaciones dg-publish: true subcategoria: Cultos tags: - cultos - personajes_y_agrupaciones summary: Vexia la Silente, matriarca del Culto del Eco Roto en Aelithor, domina la nigromancia sónica para liberar el “Primer Eco” y desatar el caos primordial. Astuta y poderosa, enfrenta a sus rivales mientras manipula a Lord Aethel para sus fines.
nombre: Vexia la Silente rol: Archivista del Silencio, Suma Sacerdotisa edad: 182 agrupacion: El Culto del Eco Roto tipo: Culto lema: El silencio esconde el trueno. escudo: Una onda sónica agrietada, de color verde espectral, sobre un campo de granito negro. ciudad_sede: Aelithor (en las profundidades) rivalidades: Cónclave de los Susurros, Clan Grimstone, Clan Whisper (linaje principal) alianzas: Lord Aethel ‘El Cruel’ (pacto de conveniencia) relaciones: - Líder suprema y matriarca del Culto del Eco Roto. - Enemiga acérrima del Cónclave de los Susurros en Aelithor. - Aliada secreta y manipuladora de Lord Aethel. - Considerada una hereje y traidora por el Clan Whisper. tags: [lithernia, personajes, culto, antagonista, hobgoblin, Mor’dhul] # Vexia la Silente
En los corredores más profundos y olvidados de Aelithor, donde la luz es un mito y el silencio es tan denso que parece sólido, reside Vexia, la Archivista del Silencio. Su nombre se susurra con una mezcla de pavor y reverencia entre los miembros del Culto del Eco Roto, la secta que ella misma ha elevado desde una simple herejía a una de las amenazas más esotéricas de Mor’dhul.
Vexia es la última matriarca de una línea de sangre renegada del Clan Whisper. Sus antepasados, Hobgoblins obsesionados no con las almas de los muertos, sino con las vibraciones que dejaron atrás, rompieron con el clan principal hace más de dos siglos. Se negaron a aceptar que el poder residía en el control de los espíritus, convencidos de que la verdadera fuerza yacía en los sonidos Primordiales del mundo. Descubrieron la leyenda del “Primer Eco”, la palabra de poder que el Primer Rey pronunció para dar forma a la realidad, un sonido que, según ellos, quedó atrapado en las rocas del Cañón Silente durante el Cataclismo del Lilium. Para los antepasados de Vexia, este eco no era una reliquia, sino una llave.
Nacida y criada en esta doctrina, Vexia demostró una afinidad innata por la nigromancia sónica, una disciplina prohibida que manipula la esencia misma de la vida y la muerte a través de frecuencias. A sus 182 años, no solo ha perfeccionado estas artes, sino que ha convertido la filosofía de su familia en una fe organizada. Como suma sacerdotisa, enseña que el orden actual del mundo, impuesto por los dioses, es una jaula imperfecta, una disonancia que debe ser corregida. Su objetivo no es la conquista, sino la purga. Busca liberar el Primer Eco para desatar una “Cacofonía Final”, un evento que destruirá las leyes físicas y mágicas de los dioses, devolviendo Lithernia a un caos puro y primordial. En ese vacío, ella y sus seguidores se convertirán en los nuevos arquitectos de la existencia.
Su liderazgo es absoluto, basado en una sabiduría aterradora y un poder que desafía su apariencia frágil. Ha sobrevivido a purgas del Clan Whisper, ha desbaratado expediciones del Clan Grimstone que buscaban los mismos secretos arqueológicos, y mantiene al Cónclave de los Susurros, el gobierno de Aelithor, en un precario estado de ignorancia sobre su verdadero poder. Su alianza con Lord Aethel ‘El Cruel’ es un testamento a su astucia política: Vexia lo considera un peón útil, una distracción ruidosa y ambiciosa que mantiene a Mor’dhul ocupado en guerras y traiciones superficiales, mientras ella trabaja en el silencio, acercándose cada día más a encontrar la nota que hará añicos la creación.
Vexia proyecta una imagen de antigüedad y fragilidad que oculta una voluntad de acero. Es una hobgoblin anciana, encorvada por el peso de casi dos siglos, con la piel de un tono grisáceo pálido, tensa y reseca como el pergamino. Sus ojos, sin embargo, arden con una inteligencia fría y penetrante de color ámbar. Se mueve con una lentitud deliberada, pero es su voz la que contiene su verdadero poder: un susurro apenas audible que, al ser imbuido con su magia, puede agrietar la roca, hacer hervir la sangre o silenciar un corazón para siempre.
Viste túnicas de un negro profundo, tejidas con hilos de plomo para amortiguar cualquier vibración no deseada, bordadas con los patrones geométricos de las ondas sónicas que estudia.
Equipamiento Relevante: * El Bastón del Silencio Quebrado: Un báculo de madera petrificada extraída del Cañón Silente. En su extremo, un cristal de cuarzo ahumado vibra perpetuamente, actuando como un diapasón arcano que le permite canalizar y enfocar su nigromancia sónica con una precisión devastadora. * Los Pergaminos de Frecuencia: Una colección de antiguos rollos de piel que contienen sus investigaciones. En ellos no hay palabras, sino complejos diagramas de ondas y notaciones musicales arcanas que cartografían las frecuencias de la vida, la muerte y la propia piedra de Lithernia. * Amuleto del Diente de Grimstone: Colgando de su cuello lleva un colmillo fosilizado de un Heroes orco del Clan Grimstone al que derrotó en una disputa por unas ruinas arcanas. Sirve como recordatorio de que el conocimiento, y no la fuerza bruta, es la clave del verdadero dominio.
Vexia la Silente no aspira a un trono ni a un imperio. Su legado, si tiene éxito, será el de la aniquilación y la recreación. Para la mayoría de Lithernia, es una figura fantasmagórica, una leyenda de cultistas locos en las profundidades. Sin embargo, para aquellos que conocen la verdad, como los líderes del Clan Whisper o los sabios más perspicaces de Valtoria, representa una amenaza existencial, comparable al propio Cataclismo del Lilium.
Su impacto potencial trasciende las guerras de Mor’dhul. Si desata el Primer Eco, no solo destruirá el reino oscuro, sino que podría deshacer el tejido mismo de la magia y la realidad en todo el continente, poniendo fin a la Gran Guerra de la manera más absoluta posible: borrando el tablero de juego. Es la arquitecta de un apocalipsis silencioso, una amenaza que no llega con ejércitos y estandartes, sino con una sola vibración resonando desde el corazón del mundo. Su historia es una advertencia de que las mayores catástrofes no siempre nacen del fragor de la batalla, sino del eco persistente de una idea prohibida.