agrupacion: Casa Temporis alianzas: - Gremio de Artífices de Vatilleurs - Casa Mirastral de Rynhalis ciudad_sede: Cyndril (Valtoria) dg-publish: true edad: 250 escudo: Un reloj de arena de bronce sobre un campo de engranajes de mithril, con una única gema de zafiro en el centro del nexo, simbolizando el tiempo, la precisión y la visión. lema: El futuro es un mecanismo por descifrar. nombre: Lord Tiberius Temporis relaciones: Obsesionado con completar el Oráculo Mecánico, paranoico y desconfiado. Considera a su sobrina Lyra como única heredera capaz, pero teme que su pragmatismo ahogue la visión del proyecto. rivalidades: - Facción ‘Canteros Silenciosos’ de Cyndril - Clan Nighthawk (Mor’dhul) rol: Patriarca de la Casa Temporis, Arquitecto Principal del Oráculo Mecánico tags: - artífice - casa noble - casas_nobles - gnomo - lithernia - personajes - personajes_y_agrupaciones - valtoria tipo: Casa Noble (Gnomish Artífice) categoria: Personajes y Agrupaciones subcategoria: Casas Nobles summary: Lord Tiberius Temporis, patriarca gnomo de la Casa Temporis en Lithernia, lidera la creación del Oráculo Mecánico, un autómata capaz de predecir el futuro con precisión matemática. Su obsesión lo aísla y genera tanto admiración como enemistades.
En los anales de las grandes casas de Lithernia, pocas desafían el orden cósmico con la audacia de la Casa Temporis. Y en el corazón de esa audaz blasfemia se encuentra Lord Tiberius, su actual patriarca, un genio gnomo cuya mente es una intrincada sinfonía de engranajes y ecuaciones, y cuya alma está consumida por una única y monumental obsesión: el Oráculo Mecánico.
Descendiente directo del legendario fundador Kaelen ‘Tic-Tac’ Temporis, Tiberius heredó no solo el liderazgo de la casa, sino también la responsabilidad de su obra magna. Desde joven, demostró un talento sin par para la relojería y la artífice arcana. Mientras los elfos de Eldrador escrutaban las estrellas en busca de susurros del destino y los clérigos de Galvorn interpretaban las mareas de Taladrios, Tiberius aprendió que el futuro no era un misterio divino, sino un complejo mecanismo cósmico. Para él, cada evento es un engranaje que mueve al siguiente; el destino no es más que el resultado predecible de una cadena infinita de causa y efecto.
Su vida entera ha sido dedicada a materializar esta filosofía. Bajo su dirección, los talleres de la Casa Temporis en Cyndril, un bastión de innovación paciente en el corazón de Valtoria, trabajan sin descanso en la construcción del Oráculo Mecánico. Este autómata colosal, una montaña de bronce, mithril y cristales imbuidos de maná, está diseñado para calcular cada variable imaginable en Lithernia —desde la caída de una hoja hasta el movimiento de los ejércitos de Mor’dhul— y así, predecir el futuro con una precisión matemática que humillaría a los dioses.
Esta ambición ha convertido a Tiberius en una figura de admiración y temor. Su proyecto es visto como el pináculo del ingenio mortal por el Gremio de Artífices de Vatilleurs y como una fascinante vía alternativa a la verdad por sus aliados en la Casa Mirastral de Rynhalis. Sin embargo, en su propia ciudad, los tradicionalistas ‘Canteros Silenciosos’ —una facción de artesanos Enanos— consideran su obra una afrenta a la piedra y al espíritu de la montaña. Más allá de las fronteras, el Clan Nighthawk de Mor’dhul ve en el Oráculo el arma de inteligencia definitiva y no ha cesado en sus intentos de sabotaje y espionaje para robar sus secretos.
Con cada año que pasa, el peso de su legado y su propia mortalidad acosan a Tiberius. La paranoia se ha apoderado de él. Ve conspiraciones en cada sombra y traidores en cada taller. Ha sacrificado alianzas, amistades y la fortuna de su casa en el altar de su obsesión. Su única confidente es su sobrina, Lyra Temporis, una artífice brillante a quien ve como la única heredera capaz de continuar su trabajo. No obstante, en su pragmatismo y enfoque en los costes, Tiberius ve una falta de la “pura visión” que él considera esencial, un miedo que envenena su relación y lo aísla aún más en su torre de relojería.
Tiberius es la encarnación de su oficio. Para ser un gnomo de 250 años, su edad se manifiesta más en el desgaste de la obsesión que en el paso del tiempo. Es de complexión delgada y nerviosa, con una energía inquieta que lo mantiene siempre en movimiento. Su cabello, antes de un castaño brillante, es ahora una maraña de mechones grises desordenados, a menudo recogidos apresuradamente con una cinta de cuero. Sus ojos, de un azul intenso, están perpetuamente magnificados por unas gafas de múltiples lentes que se ajusta y cambia constantemente, escrutando planos o diminutos mecanismos con una intensidad febril. Sus manos son un mapa de su vida: dedos largos y ágiles, manchados de tinta y aceite, con finas cicatrices de quemaduras de soldadura y cortes de engranajes rebeldes.
Viste túnicas de artesano de la más alta calidad, prácticas pero
elegantes, en tonos oscuros de azul y bronce, bordadas con sutiles
patrones de engranajes. Nunca se le ve sin su
Cronómetro de Bolsillo de Mithril
, una obra maestra de su
propia creación cuyo tictac es tan constante como el latido de su
corazón. En su cinturón de herramientas cuelgan instrumentos de
precisión exquisita: calibradores de zafiro, llaves de ajuste de plata y
una pequeña lupa de cristal arcano que, según se rumorea, le permite ver
las más finas tensiones en el tejido del tiempo y el metal.
Lord Tiberius Temporis representa una de las fuerzas más disruptivas y fascinantes de la era actual. No busca el poder a través de la espada o la conquista, sino a través del conocimiento absoluto. Su legado pende de un hilo tan fino como los que tejen el destino que busca descifrar.
Si tiene éxito, el Oráculo Mecánico podría alterar el equilibrio de poder en Lithernia para siempre. Otorgaría a la Casa Temporis una ventaja estratégica sin precedentes, capaz de prever guerras, cataclismos y traiciones, convirtiendo a su casa en la facción más influyente del continente. Este acto de suprema arrogancia mortal sería una afrenta directa al dominio de dioses como Taladrios y Arzia, y podría provocar su ira, reeditando el conflicto entre la ambición mortal y el poder divino que marcó la caída del Primer Rey.
Si fracasa, Lord Tiberius será recordado como un genio trágico, un Ícaro de la relojería que voló demasiado cerca del sol del futuro. Su casa quedaría en la ruina, y su nombre se convertiría en una advertencia sobre los peligros de desafiar los misterios que ni siquiera los dioses se atreven a desvelar por completo.
En cualquier caso, el eco de su martillo y el tictac de sus engranajes ya resuenan en todo Lithernia, un recordatorio constante de que, en un mundo de magia y profecías, la más peligrosa de las fuerzas podría ser la lógica implacable de un gnomo decidido a capturar el mañana.