categoria: Personajes y Agrupaciones dg-publish: true subcategoria: Casas Nobles tags: - casas_nobles - personajes_y_agrupaciones summary: Azgoth Aethel, archimago exiliado de la Casa Aethel en Mor’dhul, busca vengarse de su hermano usurpador y restaurar su poder mediante la magia y la intriga. Opera desde Thirawen, tejiendo alianzas clandestinas para dominar con conocimiento.
nombre: Azgoth Aethel rol: Archimago Exiliado, Conspirador en las Sombras edad: 180 años agrupacion: Casa Aethel (Exiliado) tipo: Casa Noble de Mor’dhul lema: “El Dominio se Teje con Conocimiento, no se Gana con Cadenas” (Lema personal, en desafío al de su casa) escudo: (Personal) Una serpiente de obsidiana enroscada alrededor de una lanza rota, sobre un campo de seda negra. Simboliza la sabiduría oculta, la traición sufrida y la promesa de un poder que resurgirá. ciudad_sede: Thirawen (refugio no oficial), anteriormente Daevyra rivalidades: - “Lord Aethel ‘El Cruel’ (Hermano y Usurpador)” - Casa Aethel (Línea principal) - Lady Xandria ‘La Susurrante’ (Vigila a todos los Aethel con recelo) alianzas: - Células rebeldes en Daevyra - Mercenarios y espías en Thirawen - Contactos clandestinos dentro del Clan Whisper relaciones: - nombre: “Lord Aethel ‘El Cruel’” tipo: “Hermano Mayor” estado: “Odio mortal y juramento de venganza” descripcion: “Hermano mayor de Azgoth, quien le usurpó el liderazgo de la casa tras una violenta purga. Es la encarnación de todo lo que Azgoth desprecia: la crueldad por la crueldad, la fuerza bruta sin la guía de la astucia.” tags: [lithernia, personajes, Casa Aethel, exiliado, tiefling, Mago, Mor’dhul]
Nacido en el seno de la Casa Aethel, un linaje de Tieflings regentes en la magocracia de Daevyra, Azgoth estaba destinado a una vida de intriga y poder. Descendiente del legendario archimago Varkon Aethel, fue instruido desde joven en las artes arcanas, demostrando un talento innato que rivalizaba, e incluso superaba, al de su hermano mayor. Mientras que Lord Aethel se inclinaba por la dominación a través del dolor físico y el terror manifiesto —ganándose el apodo de ‘El Cruel’—, Azgoth abrazó la filosofía original de su fundador: el verdadero poder reside en el conocimiento prohibido, la manipulación sutil y el dominio absoluto sobre el Tejido del Maná.
La rivalidad entre los hermanos definió sus primeras décadas. Azgoth era el estratega, el Erudito que pasaba noches enteras descifrando tomos pre-Lilium, mientras su hermano forjaba alianzas con los clanes más sanguinarios de Mor’dhul. La tensión culminó con la muerte de su padre. En la inevitable lucha por la sucesión, Azgoth tejió una compleja red de alianzas con las facciones más intelectuales de Daevyra, planeando un golpe de estado mágico y político. Sin embargo, subestimó la brutalidad de su hermano. ‘El Cruel’ no jugó al ajedrez político; simplemente volcó el tablero. Desató una noche de terror sobre Daevyra, ejecutando públicamente a los aliados de Azgoth y acusándolo de herejía contra el Rey-Dios Sel’thirak.
Traicionado por uno de sus más cercanos aprendices y superado por la violencia descarnada de su hermano, Azgoth fue derrotado. En lugar de concederle una muerte rápida, Lord Aethel lo marcó con el sigilo del exilio y lo desterró, un acto de humillación diseñado para que muriera lentamente en las tierras baldías de Mor’dhul, olvidado y sin poder.
Pero Azgoth sobrevivió. Su profundo conocimiento de la magia de supervivencia y su voluntad de hierro le permitieron llegar a la ciudad de proscritos de Thirawen. Allí, en las sombras de los mercados negros y las tabernas de espías, el archimago caído comenzó a reconstruir su poder. Ahora, Azgoth ya no es solo un Noble despechado; es un depredador paciente. Su motivación trasciende la simple venganza. Busca no solo destruir a su hermano y reclamar el liderazgo de la Casa Aethel, sino también demostrar que su visión de un dominio basado en la inteligencia arcana es el verdadero camino hacia la grandeza para Mor’dhul, un imperio que ni siquiera el propio Sel’thirak podría imaginar. En su exilio, se ha convertido en una figura de poder clandestina, un susurro en los oídos de los descontentos, acumulando favores, artefactos y aliados para el día en que su sombra vuelva a caer sobre Daevyra.
Azgoth posee la aristocrática y a la vez siniestra belleza de los Tiefling de alto linaje. Su piel tiene un tono de amatista profundo, y sus ojos, de un dorado intenso, brillan con una inteligencia fría y calculadora. A diferencia de los cuernos ostentosos y agresivos de otros de su estirpe, los suyos son delgados, de obsidiana pulida, y se curvan hacia atrás desde su frente, dándole un perfil regio y serpentino. Su cabello es largo, de un blanco plateado que contrasta fuertemente con su piel, a menudo recogido en una trenza compleja adornada con pequeños sigilos de plata.
Aunque su exilio le obliga a la austeridad, no ha perdido su porte Noble. Viste túnicas de viajero de color oscuro, de buena factura pero desgastadas por el tiempo y el camino. Bajo ellas, una armadura de cuero endurecido con placas de metal rúnico le ofrece protección sin sacrificar su agilidad.
Su equipamiento más preciado es su báculo arcano, tallado en madera de un árbol petrificado del Bosque de las Lágrimas y coronado con un Orbe del Vacío, un cristal que parece absorber la luz a su alrededor. Se dice que este báculo le permite canalizar magia de las sombras con una potencia devastadora. Además, siempre lleva consigo varias dagas ocultas y una bolsa con componentes de Conjuros raros y pergaminos con extractos de textos prohibidos, sus verdaderas armas en la guerra que libra.
Azgoth Aethel es una bomba de tiempo en el corazón de la política de Mor’dhul. Su existencia es una espina clavada en el orgullo de su hermano, Lord Aethel, y una debilidad que rivales como Lady Xandria o los leales a Sel’thirak podrían explotar.
Si fracasa, su historia será una simple nota a pie de página en los anales de la Casa Aethel: la de un usurpador fallido, una advertencia más sobre los peligros de la ambición.
Pero si tiene éxito, las consecuencias serían cataclísmicas. La caída de Lord Aethel y el ascenso de Azgoth no significarían la paz para Mor’dhul, sino el comienzo de una nueva era de tiranía: una más sutil, inteligente y, quizás, mucho más peligrosa. Un Mor’dhul liderado por un archimago de su calibre, obsesionado con el conocimiento arcano y el poder que este otorga, podría desenterrar secretos que el mundo ha tratado de olvidar, desde reliquias de la era del Primer Rey hasta, quizás, una de las Lanzas Celestiales.
En el gran tapiz de Lithernia, Azgoth Aethel es un catalizador del cambio, un rey exiliado en las sombras que representa la disidencia intelectual frente a la brutalidad. Es la prueba viviente de que en Mor’dhul, las guerras no solo se libran con acero y garras, sino también con susurros, secretos y el poder devastador de la magia antigua. Su destino, ya sea la muerte en el anonimato o el trono de obsidiana, sin duda dejará una cicatriz imborrable en la historia del continente.