autor: Aethelgard el Prudente categoria: Magia y Hechicería
dg-publish: true era_origen: Amanecer Sombrío (Era Crepuscular)
jurisdiccion: Reinos civilizados (aplicación variable)
principios_fundamentales: - Preservación del Tejido - Salvaguarda de la
Realidad - Prohibición de la Deificación Mortal proposito: Regular el
uso de la magia para prevenir un nuevo cataclismo subcategoria: Concilio
de Magos tags: - concilio_de_magos - ley - lithernia - magia -
magia_y_hechicería tipo: Código de leyes mágicas title: Los Edictos
Arcanos de Aethelgard summary: Los Edictos Arcanos de Aethelgard son el
código mágico que regula el uso seguro de la magia en Lithernia, surgido
tras el Cataclismo del Lilium. Establecen límites para proteger el
Tejido del Maná, la realidad y evitar la deificación mortal.
Los Edictos Arcanos de
Aethelgard
Los Edictos Arcanos de Aethelgard constituyen el código de leyes
mágicas más influyente y reconocido en los reinos civilizados de
Lithernia. Nacidos de la devastación del Cataclismo del
Lilium y forjados durante el Amanecer Sombrío
de la Era Crepuscular, estos edictos no son meras regulaciones, sino un
desesperado intento de los mortales por imponer orden a un poder que una
vez casi los aniquila. Representan la delgada línea que separa el uso de
la magia como herramienta de creación y su potencial como arma de
destrucción absoluta, un recordatorio perpetuo del precio de la
arrogancia frente al Tejido del Maná.
Historia y Origen: La
Sombra del Lilium
Tras la caída del Primer Rey y la ira de los dioses manifestada en el
Lilium, el mundo se sumió en una era de caos.
La magia, antes un río de poder, se convirtió en un torrente salvaje e
impredecible. Las líneas de maná se fracturaron, y el conocimiento
arcano se corrompió o se perdió. Durante el caos del
Cultos_y_sectas_del_Alzamiento_de_las_Sombras,
cultos oscuros, nigromantes y brujos prosperaron, utilizando el poder
desenfrenado para sus propios fines destructivos.
En respuesta a esta anarquía, los arcanistas más sabios y poderosos
de los reinos supervivientes se reunieron para formar el
Concilio de Magos. Entre sus miembros más venerados se
encontraba el archimago Aethelgard el Prudente, un
Erudito humano que había dedicado su larga
vida a estudiar los patrones del Maná en las cortes de
Eldrador y en las profundidades de
Valtoria. Aethelgard argumentó que, para
evitar que la historia se repitiera, los mortales debían establecer
límites autoimpuestos. Sostenía que la rebelión del Primer Rey no fue
solo un acto de desafío, sino una lección sobre los peligros de un poder
sin control.
Durante décadas, Aethelgard y el Concilio trabajaron para compilar,
clasificar y legislar sobre cada disciplina mágica conocida. El
resultado fue el corpus de leyes conocido como los Edictos Arcanos, un
marco diseñado para guiar a los lanzadores de
Conjuros y proteger la realidad misma.
Principios Fundamentales
Los Edictos se basan en tres principios sagrados, diseñados para
evitar otro cataclismo:
- La Preservación del Tejido: El Tejido del Maná es
la fuente de toda magia y debe ser protegido de tensiones, desgarros o
corrupción. Cualquier acto que debilite o contamine el Tejido de forma
irreversible es un crimen contra toda vida.
- La Salvaguarda de la Realidad: Las fronteras entre
los planos son frágiles desde el Lilium. La
invocación de entidades de reinos de pura malicia o caos, como
Demonios o abominaciones del Vacío, está
estrictamente prohibida, pues cada invocación debilita las barreras que
protegen a Lithernia.
- La Prohibición de la Deificación Mortal: La
rebelión del Primer Rey demostró que la ambición de un mortal por
alcanzar el poder divino puede atraer la ira de los dioses y la ruina
del mundo. Por ello, cualquier ritual o acumulación de poder cuyo fin
sea ascender a la divinidad se considera la máxima herejía.
La Clasificación Arcana
Para aplicar estos principios, Aethelgard clasificó toda la magia en
tres categorías, cada una con sus propias leyes y consecuencias.
I. Magia
Sancionada: El Camino de la Creación
Comprende las escuelas y prácticas mágicas consideradas seguras y
beneficiosas para la sociedad. Su enseñanza es abierta en las academias
de los reinos que acatan los Edictos.
- Abjuración: La magia de protección es venerada,
especialmente en Eldrador, donde se utiliza
para levantar barreras que protegen ciudades enteras.
- Adivinación: La búsqueda de conocimiento y la
previsión del futuro se consideran herramientas vitales. Los altos elfos
de Sunwood y los eladrines son maestros en este arte, y sus visiones a
menudo guían las decisiones de los nobles.
- Encantamiento y Transmutación: Pilares de la
civilización de Valtoria, donde los
Enanos y Gnomos la
usan para imbuir objetos con poder, moldear la roca y forjar maravillas
de la artesanía.
- Evocación Controlada: Hechizos elementales de uso
práctico, como los que emplean los magos de
Galvorn para controlar los vientos o calmar
las aguas, son permitidos siempre que su uso sea medido.
- Ilusión Menor: El arte de crear imágenes y sonidos
se considera una forma de arte y entretenimiento, común entre los bardos
y magos de feria.
II. Magia
Restringida: La Senda del Riesgo
Esta categoría incluye disciplinas poderosas que, si bien no son
inherentemente malvadas, conllevan un riesgo significativo para el
lanzador o para el Tejido del Maná. Su práctica está limitada a
arcanistas licenciados, miembros de élites de confianza o instituciones
especializadas.
- Absorción de Maná: La arriesgada técnica de extraer
energía de fuentes externas. Un error puede causar una sobrecarga fatal
en el lanzador o dañar la línea ley de la que se extrae. Solo magos
entrenados en la Torre de las Estrellas de
Valtoria o en academias secretas de
Eldrador reciben permiso para
intentarlo.
- Mezcla de Conjuros:
Considerada una “técnica prohibida” por los tradicionalistas, los
Edictos la clasifican como restringida. Fusionar dos hechizos ejerce una
tensión inmensa en el Tejido, y un fallo puede tener consecuencias
caóticas. Solo los “Tejedores de Hechizos” más expertos, a menudo bajo
supervisión, pueden practicarla.
- Invocación Elemental Mayor: Convocar a elementales
poderosos o criaturas de otros planos benignos (como los celestiales)
requiere licencias especiales, pues estas entidades pueden
descontrolarse y causar estragos.
- Conjuros Estelares:
Este campo de magia, recientemente descubierto, está bajo intenso
escrutinio. Su poder, extraído directamente de los cuerpos celestes, es
inmenso y sus efectos a largo plazo sobre el Tejido del Maná son
desconocidos.
III. Magia
Prohibida: Crímenes contra la Realidad
Estos son los actos arcanos considerados tabú. Practicarlos es
invitar a la destrucción y acarrear las más severas penas, que a menudo
incluyen la ejecución o el sellado mágico del alma del infractor.
- Necromancia y la Profanación del Alma: La
manipulación de los muertos y el tráfico de almas es el crimen más común
y perseguido. Se considera una afrenta directa al ciclo de la vida y la
muerte regido por los dioses, y una corrupción del espíritu. Los clanes
de Mor’dhul, como el Clan Whisper de Chéga,
son los mayores infractores de este edicto.
- Magia del Lilium y del Caos
Primordial: Cualquier intento de canalizar o replicar
El_Cataclismo_del_Lilium
del Lilium es la herejía definitiva. Se
considera un acto de locura suicida que podría desencadenar una Segunda
Caída, consumiendo el mundo por completo.
- Demonología y Pactos Oscuros: Abrir portales a los
planos inferiores para convocar Demonios o
pactar con entidades malignas está terminantemente prohibido. Se rumorea
que nobles ambiciosos como Lord Aethel “El Cruel” han violado este
edicto en su búsqueda de poder.
- Alteración Temporal a Gran Escala: Manipular el
flujo del tiempo, más allá de pequeños
Conjuros de aceleración o ralentización, es
una ofensa directa contra el dios Taladrios
y la propia estructura del universo, anclada por la lanza celestial
Chronos.
Aplicación y Jurisdicciones
Aunque los Edictos de Aethelgard son un ideal compartido, su
aplicación varía enormemente entre los reinos.
- Valtoria: Guardianes de la
Ley: El reino enano es el más estricto seguidor de los Edictos.
La Torre de las Estrellas actúa como un cuerpo regulador, supervisando
toda actividad mágica. Los “Hijos de la Luna” son confinados y
entrenados para controlar sus poderes, mientras que los “Cazadores de
Sombras” que practican magia prohibida son perseguidos sin piedad.
- Eldrador: El Privilegio de la
Nobleza: El reino élfico respeta los Edictos, pero su
aplicación está mediada por el sistema de castas de la “Mano de Hierro”.
La alta nobleza tiene acceso a magia restringida como un derecho de
nacimiento, mientras que las clases bajas están limitadas a las artes
sancionadas. La “policía secreta” del rey caza a los “Magos Negros” que
practican artes prohibidas, viéndolos como una amenaza a la estabilidad
de su orden.
- Galvorn: El Pragmatismo del
Mar: En el reino marítimo, los Edictos se interpretan con
flexibilidad. La ley se preocupa más por los resultados que por los
métodos. Mientras un hechizo no interrumpa el comercio, hunda barcos o
cause pánico, las autoridades suelen mirar para otro lado. Sin embargo,
cualquier magia que amenace la seguridad marítima se castiga con la
misma severidad que la piratería.
- Mor’dhul: La Burla de los
Edictos: El Reino de la Muerte no solo ignora los Edictos, sino
que los considera un manifiesto de la debilidad de sus enemigos. Las
artes prohibidas como la nigromancia, la magia de sangre y los pactos
oscuros son el pilar de su poder militar y político. Para
Mor’dhul, el poder arcano no tiene más
límite que la voluntad de quien lo empuña.
El Legado de
Aethelgard en la Era Actual
Hoy en día, los Edictos Arcanos son más relevantes que nunca. Son una
de las fallas ideológicas que alimentan la Gran Guerra, enfrentando a
los reinos que buscan el orden contra un imperio que prospera en el
caos. Sin embargo, la Profecía del Retorno del Rey plantea un dilema
existencial para los seguidores de Aethelgard: si el
Heroes elegido debe “purgar las creaciones
fallidas de los dioses”, ¿es su misión una violación de los Edictos o su
cumplimiento definitivo?
En un mundo al borde de un nuevo cambio de era, los Edictos de
Aethelgard sirven como faro y como grillete, un legado de sabiduría y
miedo que definirá si la magia de Lithernia será su salvación o, una vez
más, su perdición.
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