categoria: Historia y Cronología dg-publish: true era_siguiente: Era del Primer Rey eventos_clave: - Surgimiento de las Grandes Casas Dracónicas - Guerras Dracónicas - Caída del poder dracónico facciones_principales: - Grandes Casas Dracónicas - Imperio Talborak figuras_clave: - Lithernia/09_Personajes/02_Figuras_Historicas/Ignis|Ignis, el Dragón Carmesí - Tal’vorak, el Señor de las Tormentas - Lithernia/09_Personajes/02_Figuras_Historicas/Fidriel|Fidriel, Maestro del Rayo y la Sabiduría - Lithernia/09_Personajes/02_Figuras_Historicas/Sariel|Sariel, el Dragón Vampiro subcategoria: Guerras Dracónicas tags: - era - guerras_dracónicas - historia_y_cronología - lithernia tipo: Era Histórica title: Amanecer Dracónico summary: El Amanecer Dracónico fue una era clave en Lithernia, dominada por poderosos dragones primordiales que fundaron grandes casas y un imperio. Tras guerras titánicas y alianzas, su hegemonía cayó, dando paso a nuevas potencias y la Era del Primer Rey.
El Amanecer Dracónico marca un capítulo fundamental y legendario en la historia de Lithernia, un periodo en el que el dominio absoluto de los Dragones fue la fuerza primordial que moldeó los cielos y la tierra. Tras la consolidación de la Herreria del Mundo, surgieron las grandes casas dracónicas, cada una liderada por titánicos Dragones Primordiales que ejercieron soberanía sobre vastas regiones, imponiendo su ley y voluntad con el poder de sus alientos y su mística ancestral.
Cuatro linajes destacan en esta era, cada uno asociado a un dragón ancestral cuyos dominios y atributos definiendo territorios y culturas:
Ignis, el Dragón Carmesí: Gobernante de los volcanes y las montañas de fuego, Ignis forjó cumbres ardientes y tierras incandescentes. Aliado con Enanos y Humanos especializados en la Herreria, su linaje representó la creación y el fuego como herramientas de construcción y conquista.
Tal’vorak, el Señor de las Tormentas: Líder de los Dragones cromáticos, su dominio eran las tormentas y vastas llanuras. Fue un conquistador temible, subyugando a clanes enteros bajo su cetro de relámpagos y viento huracanado, símbolo del caos y el poder destructivo.
Fidriel, Maestro del Rayo y la Sabiduría: Representante del conocimiento y la inspiración, Fidriel fomentó las innovaciones tecnológicas y mágicas. Bajo su mentoría, escuelas de magia elemental se expandieron, y su linaje estimuló el avance cultural.
Sariel, el Dragón Vampiro de las Profundidades Nocturnas: Emperador de las sombras y maestro de las artes oscuras, Sariel extendió la noche y el misterio, fundando cultos y prácticas de nigromancia. Sus dominios fueron bosques corrompidos y cavernas olvidadas.
En esta era, el Imperio Talborak emergió como la fuerza más poderosa bajo Tal’vorak. Unificando a los Dragones cromáticos, sus ejércitos impusieron un orden que abarcaba desde las cumbres hasta los pantanos más alejados. Si bien su gobernanza fue severa, aseguró estabilidad y permitió el florecimiento de magias y artes prohibidas bajo Fidriel, así como la resistencia clandestina frente a la tiranía dracónica.
Las tensiones entre los linajes dracónicos desembocaron en las Guerras Dracónicas, la lucha titánica que enfrentó directamente a Ignis y Tal’vorak, mientras Fidriel y Sariel tejían alianzas y traiciones a su antojo. Batallas épicas se desataron, capaces de partir montañas y evaporar mares. Los enfrentamientos introdujeron niveles de magia sin precedentes, con artefactos y Conjuros ancestrales como armas de destrucción masiva.
El impacto fue tal que el tejido mismo del mundo quedó marcado, y los pueblos mortales se vieron forzados a elegir bandos o buscar refugio en la incertidumbre.
Tras siglos de conflicto, la hegemonía de los Dragones se desmoronó. Sus casas se fracturaron por traiciones y corrupción, y un número considerable optó por ocultarse o pactar con mortales. La rebelión de pueblos y la creciente resistencia humana, élfica y enana significaron el declive de este dominio ancestral.
De esta caída surgieron nuevas potencias y la apertura para la siguiente época: la Era del Primer Rey.
El Amanecer Dracónico dejó una huella indeleble en Lithernia. Por un lado, las cicatrices físicas y mágicas de sus batallas siguen visibles en el paisaje y las líneas de maná inestables. Por otro, la generación de artefactos, culturas forjadas en el fuego de la guerra y las Leyendas de Dragones inmortales forman el substrato mitológico que luego influenciaría la conformación de los reinos Humanos y no Humanos.
Los relatos heroicos de mortales desafiando a Dragones emplumados en el fragor de las batallas motivan a aventureros y bardos, y los vestigios arcanos guardados en ruinas erizadas de dientes y huesos cuentan la historia de un mundo donde el poder más grandioso puede ser efímero.
El Amanecer Dracónico es, así, una epopeya incontestable que enlaza la gloria, el terror y la transformación, preparando el terreno para la era de los héroes mortales y las luchas por la libertad que definirían el destino de Lithernia.