batalla_clave: Batalla del Crepúsculo Infinito beligerantes: Mortales liderados por Eryndor vs. Panteón Celestial categoria: Historia y Cronología dg-publish: true figura_clave: Eryndor el Forjador lugar_principal: Lilium resultado: Caída de Lilium y comienzo de la Edad de los Hombres Libres subcategoria: Era del Primer Rey tags: - conflicto - era_del_primer_rey - historia-mitica - historia_y_cronología - lithernia tipo: Conflicto Mítico title: La Rebelión del Primer Rey summary: La Rebelión del Primer Rey fue un levantamiento liderado por Eryndor contra los dioses de Lilium, que terminó con la caída de la ciudad divina y el fin del Fulgor Final, marcando el inicio de la era de libertad y caos en Lithernia.
En los albores de Lithernia, mucho antes de que los reinos Humanos conocieran la paz o la guerra, se desató una confrontación sin igual entre mortales y divinidad: la Rebelión del Primer Rey, un evento que cambió el curso de la historia y marcó la caída del mítico Lilium, la ciudad de los dioses.
La era antes de la rebelión estuvo dominada por los dioses del Panteón Celestial, quienes gobernaban sobre la existencia con mano firme desde Lilium, la ciudad suspendida en el éter. Su luz, conocida como el Fulgor Final, iluminaba y oprimía por igual, pues contenía el juicio divino que decidía el destino de todas las criaturas.
Este poder era inalcanzable para cualquier mortal, y la brecha entre lo divino y lo terrenal se antojaba eterna. Sin embargo, la insatisfacción creció entre los Humanos, encabezada por un hombre de visión y voluntad férrea: el primer gobernante que se atrevió a desafiar el orden celestial.
Conocido en los cantos como Eryndor el Forjador, el Primer Rey fue una figura envuelta en Leyendas: un hombre nacido de la unión entre el viento y la tierra, destinado a modificar el equilibrio del cosmos. Su reclamo no era solo político, sino ontológico: cuestionó la supremacía divina, impulsado por la injusticia que percibía en el dominio de los dioses.
La opresión divina se manifestaba en castigos severos, cosechas marchitas y un ciclo implacable de tributos a los dioses que dejaba al pueblo exhausto. Eryndor comenzó a reunir seguidores entre los Humanos, pero también entre algunas criaturas descontentas con la tiranía celestial.
El resentimiento tomó cuerpo en una alianza inusual: guerreros, hechiceros y seres de la sombra forjaron un pacto de resistencia contra Lilium.
La rebelión culminó en una marcha audaz hacia la ciudad de los dioses, una expedición heterogénea que desafió los límites conocidos de la magia y la voluntad. Según las crónicas, las fuerzas de Eryndor surcaron abismos y atravesaron tormentas etéreas, cada paso envuelto en bendiciones y maldiciones ancestrales.
Las páginas más sombrías y grandes de la historia hablan de la batalla del Crepúsculo Infinito, un enfrentamiento donde mortal y divino chocaron en un combate sin igual. Se dice que el Fulgor Final se extinguió por primera vez durante aquel día, sumiendo al mundo en una penumbra tan densa que el tiempo pareció detenerse.
El derrumbe de la ciudad celestial fue tan impresionante como devastador. Pocos fragmentos del Fulgor Final sobrevivieron, dispersándose por el mundo y dando origen a los actuales focos de poder mágico que aún hoy se veneran y temen.
Tras la rebelión, los Humanos obtuvieron una independencia sin precedentes, pero a un costo profundo. El equilibrio que los dioses mantenían se trastocó, gestando épocas de caos pero también de progreso, donde surgieron nuevas naciones y culturas, todas bajo la sombra de lo que fue y lo que podría volver a ser.
La Rebelión del Primer Rey permaneció como un faro de esperanza y advertencia: la lucha contra la tiranía divina puede abrir caminos inesperados, pero nunca sin un precio. En Lithernia, la memoria de aquel choque cósmico define aún la esencia de su gente, su cultura y su destino.